32. Aguas eternas

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By Rober

El avión despegó sin problemas, y mientras nos elevábamos sobre las nubes, la mente de cada uno de nosotros se dirigía hacia lo que nos esperaba en Italia. Nuestra próxima parada era crucial: las Aguas Eternas, también conocidas como las aguas de Baba Yaga, un artefacto de importancia vital para nuestra misión. Sabíamos que enfrentarnos a las pruebas que nos aguardaban no sería sencillo, pero estábamos decididos a no permitir que nada se interpusiera en nuestro camino.

En el avión, el ambiente estaba cargado de una mezcla de expectativas y ansiedad. Arioch seguía descansando en una camilla improvisada, mientras Lilith permanecía a su lado, atenta a cada señal de mejoría. El silencio en el avión era opresivo, roto solo por el sonido del motor y el suave murmullo de los asientos en movimiento.

Observé a Daiani, que estaba sentada junto a la ventanilla, absorta en sus pensamientos. La luz tenue del atardecer la envolvía, y pude ver que su expresión estaba marcada por una preocupación que iba más allá de la misión. Había algo en su postura, en la forma en que sus manos se aferraban al libro de hechizos, que sugería una lucha interna profunda.

No tardé en darme cuenta de que el regreso a Italia significaba mucho más para Daiani que para el resto de nosotros. El país donde había nacido, y al que se refería con una mezcla de nostalgia y dolor, era también el lugar de origen de sus difuntos padres. La conexión con Italia era un hilo doloroso en la vida de Daiani, y su regreso parecía abrir viejas heridas que habían permanecido cerradas durante años.

—¿Estás bien, Daiani? —le pregunté, intentando romper el silencio. Aunque mis palabras fueron suaves, había un sentido de urgencia en mi voz.

Ella levantó la vista, sus ojos reflejando una mezcla de emociones que no podía ocultar. Su mirada era distante, perdida en recuerdos y sentimientos que parecían abrumarla.

—No estoy segura de cómo enfrentar esto —admitió finalmente, con un susurro casi inaudible. Sus palabras estaban cargadas de una tristeza palpable—. Italia es... es como una cicatriz abierta para mí. Volver aquí es como desenterrar un pasado que preferiría olvidar.

Mi corazón se apretó al escuchar sus palabras. Sabía que el dolor y la angustia que llevaba consigo no eran fáciles de soportar, y el simple hecho de enfrentarse a su pasado debía ser una carga pesada en este momento.

—No tienes que hacerlo sola —dije, tratando de ofrecer un poco de consuelo—. Estamos contigo, Daiani. Sabemos que es difícil, pero estamos aquí para apoyarte. Este viaje es importante, pero tu bienestar también lo es. Si necesitas hablar o si hay algo que podamos hacer para ayudarte, solo tienes que decirlo.

Ella asintió lentamente, aunque sus ojos aún reflejaban una tristeza profunda. La conversación se desvió cuando Chloe y Matheo comenzaron a discutir sobre los detalles logísticos de nuestra llegada a Italia, pero el peso emocional en el ambiente no desapareció.

Cuando el avión aterrizó en Italia, el aire estaba impregnado con una mezcla de expectación y nerviosismo. La llegada a suelo italiano marcaba un nuevo capítulo en nuestra misión, pero para Daiani, significaba enfrentarse a un pasado lleno de dolor y recuerdos difíciles. Mientras nos preparábamos para salir del avión, no pude evitar preocuparme por el impacto que esta etapa tendría en ella.

Nos dirigimos a un pequeño aeropuerto cerca de nuestro destino final. La transición a la tierra firme fue rápida, y pronto nos encontramos en un vehículo en ruta hacia la región donde se encontraban las Aguas Eternas. A lo largo del trayecto, la conversación se mantuvo ligera y centrada en la misión, pero sabía que cada kilómetro recorría era un desafío adicional para Daiani.

—Estamos aquí —anunció finalmente Chloe, rompiendo el silencio mientras estacionábamos el vehículo cerca de una pequeña aldea en las afueras de un denso bosque.

Un infierno tras de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora