11. Arcana

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By Daiani

Una vez que el nivel terminó, decidimos parar para descansar. Estamos mucho más cansados de lo que esperábamos. Cuando abro los ojos en la cama, realmente puedo sentir las agujetas. Me duelen los brazos y siento que mis músculos han sido llevados al máximo y más.

—Okay —Lilith se quita la máscara y se levanta velozmente contra Rober—. ¿Qué demonios fue eso? ¡Nos hemos enfrentado a un terrene!

El padre de Camila empieza a revisar todo confundido, alegando que no fue él, que no hizo nada, que eso no fue su idea ni su orden. Parece que alguien ha debido hackear el programa, pero ¿A quién le interesaría hacer algo así? La diablesa se va furiosa al que solía ser su cuarto, seguida de un Arioch que intenta calmarla. Chloe ayuda a un bastante magullado Matheo a salir de su cama. Realmente está mal; se le ve mucho más herido y pulverizado que nosotros. Va a costar recuperar la resistencia para esta misión.

—Didi, ¿Nos ayudas? —le pido a Didi para que no se caiga de bruces contra el suelo.

Continuamos entrenando durante lo que acabaron siendo más de tres meses. Mi impaciencia crecía cada vez que uno era derrotado, derribado o herido. Si el primer día fue difícil, los siguientes fueron todo un reto. Nos enfrentamos a todo tipo de seres inimaginables, casi ni parecía que pudieran ser reales en la vida en la que vivimos, pero por desgracia existían. Llegué a hacer un microestudio de ellos para poder memorizarlos.

—Están Empyreal, Aerial, Subterranean, Lucifugi, Aqueous y el Terrene... —anotaba en mi cuaderno, creando pequeños dibujos de estos para un mejor reconocimiento de las bestias.

Es increíble; nos hemos enfrentado a lo inimaginable y aún no siento que estemos ni al 30% preparados. Ahora nos enfrentamos a estos seres casi de a uno, y nos lleva horas derrotarlos. Arioch y Lilith nos han advertido que en cada anillo estos demonios pululan en pares. ¿Cómo haremos entonces? Nos harán papilla, y esto sin contar a los líderes de cada anillo, que serán una historia terriblemente peor. Resoplo angustiada, apoyando mi cabeza contra la pared de mi habitación. Cada día que pasa, el alma de Camila está en las garras de esos monstruos sanguinarios. ¿Y si llegamos demasiado tarde? ¿Y si ya no hay nada qué hacer? ¿Y si llegado el momento realmente no sé cómo salvarla?

—Todos esperan que simplemente actúe por impulso y sepa cómo llevarnos a la victoria, pero no tengo ni idea de qué estoy haciendo...

Tomo el ajado libro de magia arcana en mis manos y paso las hojas con dejadez. El latín antiguo comienza a ser mi segunda lengua. Las ilustraciones de los distintos demonios aparecen ante mis ojos. Los hay bicefálicos, mutaciones, entre otros, que hacen que los monstruos a los que nos hemos enfrentado parezcan indefensos bebés con fuego en las manos. Hay páginas con distintos cánticos y rezos de extraña procedencia.

—Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio, contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur: tuque, Princeps militiae caelestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute in infernum detrude.

De pronto, un estruendo brutal se escucha abajo. Corro a ver qué sucede y encuentro a Arioch y Lilith al otro lado del ventanal de la cocina, parece como si hubieran salido disparados. Hay cristales rotos y Chloe parece que le vaya a dar algo.

—¿Qué demonios ha pasado? —chilla Matheo, también temblando—. Estábamos desayunando y de pronto algo les disparó por los aires fuera de la casa.

—Oh madre mía —tomo el libro repasando lo que acabo de leer—. Creo que he invocado una protección en la casa contra demonios y malos espíritus —rio nerviosa—. ¿Puedo hacer hechizos?

—Sí, hermosa, ahora, ¡Permite nuestra entrada de nuevo! —chillan enfadados nuestros dos oscuros amigos.

Paso las hojas con nerviosismo; ni siquiera sabía que podía hacer algo así. ¿Es por eso que el libro responde a mí? ¿Son estos encantamientos un poder especial para mí? Podría pelear con esto en el propio infierno.

—Salve Satanas, Salve Satanas in nomine dei nostri satanas luciferi excelsi Potemtum tío mondi de Inferno, etc non potest Lucifer Imperor Rex maximus, dud ponticius glorificamus et in modos copulum adoramus te Satan omnipotens in nostri mondi. Domini agimas lesus nasareno rex ienoudorum In nostri Terra Satan imperum un vita Lucifer ominus fortibus Obsenum corporis dei nostri satana prontem Reinus Glorius en in Terra eregius Luciferi Imperator omnipotens Salve Satanas —empiezo a leer y un fulgor rojo me cubre, rodeando la casa. De pronto, los chicos vuelven a poder entrar.

—Genial, ahora solo falta explicarle a Rober esto —dice Chloe señalando el ventanal hecho añicos—. ¿Hay algo ahí que repare cosas?

—No soy Harry Potter —replico.

—Había que intentarlo —se encogen de hombros.

Este libro se ha vuelto mil veces más interesante ahora. Me paso horas leyendo y aprendiendo qué hace cada cosa, lo que puede o puede que no mande por los aires a ciertos demonios en numerosas ocasiones en esa tarde. Algo que no puedo decir que me haga sentir especialmente mal... es un poco de karma, un pequeño castigo por todo lo que hicieron. No hace daño a nadie eso de ser disparado por los aires varias veces en un mismo día, ¿verdad? Al menos sé que a mí no me está doliendo.

—¿No te podrías tomar un descansito del libro de marras? —reprocha Arioch, levantándose del suelo por tercera vez en la misma hora después de haber sido vapuleado contra muebles y paredes.

Sonrío divertida y cierro las viejas páginas. Está bien, tal vez por un rato podría parar. De todos modos, en breve tenemos nuestro entrenamiento final en la máquina de realidad virtual. Hoy toca el noveno círculo, el que originalmente pertenecía a Satanás. Me pregunto qué nos espera allí, y sobre todo, cuánto van a doler en el día de hoy los golpes que recibiremos.

Un infierno tras de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora