Sinsentido

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 Pasadas varias horas, Wilhelm, finalmente, se da cuenta de que Alessandra se fue y no regresó, tiene una extraña sensación, ella nunca antes había hecho eso, él pudo haberla buscado en el instante que se fue y estaría aún con ella a su lado, sin embargo, no lo hizo, jamás le hubiera cruzado por la mente que se iría así sin regresar, se sentía tan confiado en que ella volvería nuevamente junto a él como siempre, se quedó esperándola, creía ciegamente en su corazón que ella retornaría encontrando el camino de vuelta hasta él, llorarían, sanarían y seguirían avanzando a través de sus sufrimientos, solventando todo juntos, pero no fue así, tristemente, ella lo despreció y abandonó. Rechazó su santa amistad mientras él clamaba todos los días a Dios por volver con ella, ¿Alguno puede saber lo que se siente eso? Y no solo lo hizo en esa ocasión, lo hizo durante doce años, cada vez que Wilhelm la buscó con el único propósito de hablar con ella, porque Dios se lo había mandado. ¿Saben algo mis estimados? Las súplicas de Wilhelm para que Dios cambiará de parecer y le permitiera volver con Alessandra si llegaron a los oídos de Dios, aunque daba la impresión no atendía ninguna, Él escuchaba y prestaba atención a cada lágrima con inagotable amor, bien si ese no fuera el tiempo correcto para Wilhelm poder buscar a Alessandra... Sin embargo, creo estamos avanzando muy rápido en los acontecimientos que se avecinan a continuación, por tal motivo, les solicito me permitan explicarles cómo sucedió...

Allí se encontraba Wilhelm sentado en medio del paraje. Bajando las pálidas escaleras que tenía al frente, se podía llegar a una deteriorada cancha de Basket callejera donde solían jugar jóvenes, a la derecha se tenía un gran mural con hermosas pinturas urbanas al estilo del surrealismo que pintó algún artista reconocido del pueblo. Del otro lado, había un jardín inmenso donde no se podía vislumbrar el final adornado con diferentes plantas ornamentales y variedades de pequeños insectos de toda clase. Arriba en los árboles, también, hacían nidos las más de 20 mil especies de pájaros que exploraban los cielos de aquel oculto pueblo andino. Había aves color azul marino con blanco y amarillo, naranja con verde y marrón, blanco con fucsia y negro, lila con azul cielo y rojo... literalmente, poder contemplar el aleteo de esta última era como ver un milagro, su esplendorosa belleza era algo que estaba más allá de toda noción estética. Finalmente, cayó la noche, Wilhelm deja el asiento y se dirige a su quinta. Caminando de regreso, debía pasar por las afueras de la casa de Alessandra. Cuando estuvo cerca echó una mirada, rápidamente, esperando ilusionado verla; sin tener éxito. Decide recostarse en la esquina algunos instantes más manteniendo la esperanza que ella saldría, accidentalmente, y, entonces, aprovecharía la oportunidad para expresarle su sentir: decirle que sea había molestado con Dios para poder volver a hablarle, estar con ella, sanar sus heridas y alejarla para siempre del sufrimiento... sin embargo, nada ocurrió, no salió ni se asomó, aunque él deseaba ir a buscarla a su casa no podía porque los padres de Alessandra le tenían prohibido tener novio o amigos hombres, aparte de eso, eran muy estrictos. Una vez, el papá de Alessandra corrió con disparos de un viejo rifle, que tenía por su antigua vida como militar, a un simple hombre por haber ido a su casa a visitar a su esposa, ya que eran amigos. Si Wilhelm iba, el papá de Alessandra se podría alterar y ambos terminarían con graves problemas, por lo tanto, siguió caminando pasando de largo hasta llegar a su Quinta. Al llegar, se tiró en la cama boca arriba, cerró los ojos y entró en un profundo sueño.

A la mañana siguiente Wilhelm buscó a Alice para intentar pautar una cita con Alessandra; ella no quiso, se negó. Resulta que 10 días antes había comenzado una relación con Roberto -Si ya leyeron Werther, les causará gracia por qué la presente obra se llama Las cuitas del joven Wilhelm..., pues sí, en la vida real Alessandra tuvo una relación con un Roberto al igual que la amada de Werther estaba casada con un Roberto: ¡Ironías de la vida!-, un conocido de Wilhelm. Ella rehusó la invitación con la excusa de que "el que ellos se vieran era algo que no agradaría a su nuevo novio". Debido a eso, Wilhelm se enfadó, tuvieron una intensa discusión, Alessandra se molestó también y ambos se bloquearon y dejaron de tratarse... aproximadamente,pasaron 15 días así, después, a Wilhelm se le pasó el disgusto e intentó contactar con Alessandra; ella lo rechazó, nuevamente, y continuó haciéndolo semana tras semana, pasaron seis meses sin compartir ni una sola palabra, si ella lo veía lo evitaba, si se encontraban por sus amig@s en común Wilhelm al darse cuenta de que ella no quería estar cerca a él se marchaba herido, pero aun así insistía intentando pautar una cita para conversar, por medio de cartas y enviándo mensajes con sus amigas. Wilhelm, iba perdiendo con cada intento más fuerzas y deseaba desistir de buscarla, era agotador para él que ella lo despreciará, sin embargo, siguió un tiempo más tratando de acordar un encuentro.

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