Diciembre, 24

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 En las vacaciones navideñas del año 2128, Wilhelm fue a pasar las vacaciones en su pueblo como era común, en aquellos días su economía no estaba yendo muy bien, debido a la mala gestión del gobierno en asuntos financieros se había acentuado la hiperinflación, causando una reducción del poder adquisitivo, disminuyendo la capacidad de ahorro, devaluación del patrimonio, incrementando la necesidad de gastar más rápido de lo normal por la desvalorización constante de la moneda, todo eso tuvo un impacto negativo en las finanzas personales y bienestar emocional de nuestro joven caballero. Durante el mes de diciembre era muy frecuente conseguir cientos de jóvenes y adultos celebrando por las calles del pueblo. Prácticamente, cada dos o tres casas se encontraba música al máximo volumen, personas bailando, tomando alcohol, era un ambiente de festejo y júbilo que contrastaba completamente con la figura de Wilhelm por aquel entonces.

Tan pronto llegó al pueblo, lo primero que hizo fue reunirse con sus amigos quienes estaban en medio de fiestas familiares, tomando y degustando diferentes platos cotidianos de la época navideña; lo invitaron a unirse a la diversión, las primas y hermanas de sus amigos estaban todas deseosas de conocerle y disponibles para jugar con él, sin embargo, más aventuras amorosas era lo que menos quería nuestro joven caballero, ya había tenido suficiente libertinaje y relaciones abiertas con muchas señoritas, además, en su corazón aún amaba a Alessandra y creía fervientemente en las palabras que había recibido de Dios, ella era la única chica que soñaba conquistar o reconquistar, no había espacio en sus sentimientos y pensamientos para otra mujer. En medio del compartir con sus amigos también había escrito a Alice, ella le había compartido el número de Alessandra para que se comunicara con ella, finalmente después de cinco años sin intercambiar ninguna palabra ella había aceptado tener una cita con él y quedaron encontrarse en un sitio cerca de su casa. A la hora que habían establecido Wilhelm y Alessandra llegaron uno atrás del otro con segundos de diferencia, él la saludo normalmente como corresponde con las normas de etiqueta, "¡Hola! Alessandra ¿Cómo es..." antes que terminase de hablar ella lo interrumpió y comenzó a hablar alterada diciendo que "ya no lo amaba", "no quería volver a tener nada con él", "que se olvidará de ella", "que siguiera su vida y buscará otra persona a quien amar", "que estaba harta", "no quería saber nada más de él", "que había tenido problemas con sus novios esos años pasados debido a que celaban con él por sus mensajes", "le dijo que era un acosador y que la dejará en paz"... él sólo esperaba que ella dejará de hablar y tener su oportunidad de expresarse para explicar todo lo que había sucedido, incluyendo el porqué la última vez que hablaron se había quedado callado, en eso la hermana mayor de Alessandra estaba llegando y viendo el drama a lo lejos se unió también a la plática pero con ofensas diciendo "que su hermana jamás tendría algo con un drogadicto", "un enfermo", "un psicópata", intento agredirlo físicamente, pero él calmadamente como un digno caballero se guardó su orgullo sin hacer nada y sólo la miró a los ojos fijamente escuchándola sin decir ninguna palabra en su respuesta, por el contrario, le dijo "lamento mucho tenga esa impresión de mi persona y les solicito me perdonen si mis palabras llenas de amor por Alessandra ha causado algún inconveniente, yo la amo de verdad y sólo eso puedo decir", ella se sintió desconcertada, pues, esperaba que él se alterará como ella y se comportará como cualquier hombre vulgar igual a los que ella había tenido por parejas, Alessandra tomando a su hermana por la fuerza y empujándola dentro de la casa para evitar agrediera a Wilhelm, se encerró con ella, nuestro noble hombre quedó ahí con el corazón herido, despreciado y humillado sin merecer esos maltratos, sus compañeros de copas estaban a unos metros de él escuchando todo el escándalo porque estaban esperando terminará de hablar con su amada con la esperanza logrará restaurar todo, al ver sucedió todo lo opuesto y ni siquiera lo dejaron terminar de decir "cómo estás", además, lo poco llegó a decir lo hizo en medio de ofensas, mientras Alessandra empujaba por la fuerza a su hermana dentro de la casa, se burlaron de él en medio de los tragos y él les dijo "pasadme la botella y vamos a comprar otra porque esta me la termino toda yo sólo", la botella de la cual estaban tomando se encontraba casi al tope, recién la habían abierto y estaba prácticamente llena, por otra parte, los últimos 14 meses Wilhelm no había tomado una gota de alcohol, hacía mucho que no bebía licores, ni consumía ninguna clase de sustancia adictiva, se tomó un primer sorbo de cuatro dedos, era un Ron fuerte con más de 40° grados de alcohol, siguieron andando mientras permanecía en silencio tragándose todo su dolor sin proferir palabra con sus compañeros, a los pocos minutos se toma otro trago solitario sintiendo que las lágrimas se le escapaban solas de los ojos, sigue caminando y pasa cerca de la casa de unos viejos conocidos que eran consumidores de sustancias adictivas, con ellos había compartido mucho de más joven en sus años apartado de Dios dedicado al libertinaje, se encontraban reunidos en rumba como siempre, hacía muchos años que no los veía y algo ebrio entró a saludar, ellos estaban armando un tabaco de sustancias, le ofrecieron y al principio dudo si aceptarlo, pero guiado por sus emociones negativas de lo despreciado y lastimado que se sentía después de haber tenido esa mala experiencia de cita frustrada, sólo quería olvidar y hacer a un lado todo el dolor que sentía, se hizo indiferente con todas las cosas que pudieran suceder, recibió la sustancia y la consumió varias veces, luego se despidió de ellos y avanzó hacia el rumbo con sus compañeros, llegaron a otra fiesta, el malestar que sentía aún no desaparecía de su alma, bailando con chicas entre la multitud a su alrededor que sus compañeros le habían presentado y que deseaban conocerlo aún seguía pensando en lo sucedido con Alessandra, tomaba tragos como si fuera agua, comenzó a sentirse mareado y soporto varios minutos mientras compartía con las señoritas, pasados más de 30, le dice a Clint, su amigo que también estaba en la fiesta junto con los demás compañeros cerca, "Hermano, me siento mal, creo que ya estuvo, ¡Vayámonos de aquí!", él le responde "¡Está bien bro! Si tú te vas yo también me voy, no puedo dejarte ir por ahí así si te sientes mal" entonces ellos se van de la fiesta se despiden rápidamente con las chicas y demás personas, cuando van caminando a dos cuadras de la fiesta Wilhelm le dice a Clint "Bro, me siento muy mareado, tengo náuseas, creo que vomitaré" se recuesta en la pared y vomita varias veces botando todo el alcohol, luego sigue caminando y al no poder más se cae en la orilla de la calle, sigue vomitando e intenta levantarse hasta sentarse, luego su cuerpo comienza a sudar drásticamente de golpe el alcohol, se le baja la tensión y lo último que recuerdo que percibí con mi vista antes de desmayarme, fue que mi sudor se detuvo también de golpe y cuando todo mi cuerpo estaba bañado en sudor de repente se secó, justo uno o dos segundos después de eso observé salió un rostro como de agua azul claro opaco desde mi cara hasta mis hombros, en ese instante mis ojos se cerraron caí al suelo, ya no sentía dolor, me sentía mejor que si estuviese durmiendo, me encontraba en un estado que mi cuerpo estaba totalmente desmayado, intentaba hablar y mis labios no se movían, traté de abrir mis ojos y tampoco podía, escuchaba todo lo que sucedía a mi alrededor, el mareo y las náuseas se habían esfumado, sólo podía percibir un inmenso gozo y éxtasis, Clint me dijo "Hermano, ¡Oye! ¡Levántate!, varias veces", al ver que yo no reaccionaba me pidió que me quedará ahí que iba a buscar a los demás compañeros para levantarme y cargarme al hospital entre todos, fue y vino corriendo en menos de tres minutos, me cargaron entre dos personas y hubo una parte que debido al peso se cayeron, me di un golpe en la cabeza y me rasguñe un brazo con el suelo, sin embargo, no estaba consciente que rebotó mi frente en el piso, no sentí el golpe, luego me volvieron a cargar, pero esta vez todo mi peso lo sobrellevo uno solo de mis compañeros, finalmente, llegamos al hospital y me acostaron en una camilla, mis compañeros se fueron cuando los doctores y enfermeras llegaron para atenderme porque si se quedaban ahí les harían preguntas, intentan tomarme el pulso, medirme los signos vitales, me abren los ojos con los dedos y mis ojos permanecieron inmóviles, me hacen a un lado y declaran por muerto, una de las enfermeras, por causalidad, era vecina de mi casa y amiga de mi familia de toda la vida, ella pregunta a los demás enfermeros ¿Quién es aquel que está allá? Los demás dicen, ese está muerto, ahí lo dejaron unos muchachos, parece que estaba tomando, ella se acerca y me reconoce, al ver que soy yo dice exaltada "Ese es Wilhelm, ¡Cómo va a estar muerto! ¡No se puede morir! Si ese muchacho se muere, en un rato también se podría morir su abuelo que lo tiene como lo más preciado del mundo" Me manda a pasar a un cubículo, me colocan vías en las venas y diferentes químicos, mientras buscan los equipos me vuelve a examinar para confirmar mis signos vitales, en efecto, se da cuenta de que no estaba respirando, el corazón estaba sin latido. Llegan los equipos que mandó a solicitar para hacerme electroshock cardíaco, me sueltan la descarga eléctrica, la primera no me revive, piden a las enfermeras subir el nivel del equipo médico para mandar un mayor voltaje eléctrico, vuelven a colocarme esas cosas en mi pecho y sueltan una segunda descarga, a partir de aquí no logro recordar muy bien con exactitud si esta segunda descargar me revivió o si mandaron a subir nuevamente el voltaje, según mis borrosos recuerdos me parece que subieron nuevamente y me soltaron una tercera descarga, entonces volví nuevamente a la vida, otra vez sentí mi cuerpo, mis brazos y piernas, ese oscilar humano entre la alegría y la felicidad, había regresado al mundo y ya no estaba en ese estado que no sabría cómo describir en el cual aunque estaba consciente de lo que sucedía en mi entorno experimentaba un absoluto placer, gozo, éxtasis y ya no existía ninguna sensación de dolor, percibía todo lo que sucedía, pero ya no sentía ningún sufrimiento, era cómo si en ese tiempo en el cual mi cuerpo estuvo sin respirar ni latir mi corazón, mis compañeros me cargaban y estaban asustados al ver que no respiraba ni mostraba ningún tipo de reacción, también los médicos y enfermeros me encontraron sin signos de vitales, mientras todo eso acaecía yo simplemente vivía una experiencia en la donde era desconocido el dolor y todo lo que podía conocer-sentir era completa paz, una sensación inconmensurable de infinito éxtasis, un espacio dónde sólo había placer perpetuo, los segundos y minutos pasaban, más gozo ilimitado eran todos mis sentidos.

AMOR & RIQUEZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora