Reencuentro

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 Con el paso de los años, Wilhelm jamás volvió a intentar hablar con Alessandra: se había resignado a vivir sin ella. Eso ocurrió, aproximadamente, después de los primeros 8 - 9 años que estuvieron sin tratarse. No sería correcto decir que él dejó de amarla, sin embargo, luego de tantos constantes desprecios y rechazos años tras años, su cuerpo comenzó a adaptarse al dolor y se anestesió... no sentía tristeza ni alegría, tampoco dolor ni felicidad, solo sentía un glacial vacío -si eso es posible sentirlo...

Aunque no experimentaba la sensación de felicidad como comúnmente se manifiesta, había algo en él que sonreía, de una forma muy extraña y oscura, pues sentir nada, vacío e indiferencia era mucho mejor que sentir la tristeza, el sufrimiento y la melancolía, los cuales durante muchos años le acompañaron. De alguna manera, creía era algo positivo, en comparación al pasado, su insensibilidad adaptativa. Al darse cuenta de que era indiferente con respecto a Alessandra, pensó que la había superado y olvidado para siempre, pero aún así él perseveró y la siguió amando, incluso, sin sentir algo por ella. Tenía fe en que esa era la voluntad de Dios para su vida, por consiguiente, jamás cesó de amarla, asimismo, debiera morir amándola en secreto, solo, lejos y partir a la eternidad sin recuperar nunca su amor, él estaba dispuesto a morir creyendo.

Pasaron dos años más sin comunicarse, igualmente, Wilhelm perseveró firme. Después en una reunión, casualmente, alguien mencionó el nombre de Alessandra y su familia, comentaron que su papá le había sido infiel a su madre, luego las abandonó junto a sus hermanas, además, la menor de las hermanas había salido embarazada y estaban pasando dificultades económicas. Inmediatamente de haber escuchado esa noticia, Wilhelm, quien también estaba afrontando varios imprevistos financieros que lo habían llevado a la quiebra en sus empresas y debía una considerable cantidad, se endeudó todavía más, sin que nadie tuviera conocimiento de ello, y reunió todo lo que estaba en sus posibilidades para tratar de apoyar a Alessandra.

A través de Alice, haciéndose pasar por un desconocido, contactó con ella y le mandó todo lo que pudo en el anonimato, empero, de nada le sirvió esconderse, pues Alessandra a los días logró rastrear mediante las cuentas bancarias que el dinero provenía de él y lo descubrió. Ella ofreciéndole su amistad, le agradeció por la ayuda brindada y volvieron a comunicarse por primera vez en 10 años. Wilhelm sentía que estaba en un sueño, creía que era una ilusión, no podía creer que luego de lo que había pasado, finalmente, hayan vuelto a estar juntos, de igual manera, fuera como amigos.

Él ya no sentía nada por ella, en realidad, no tenía sentimientos hacia ninguna otra persona, aun, aquellas que le atraían amistosamente o por su belleza física, se sentía despersonalizado, vacío, como si hubiera extraviado su corazón. El asombro de volver a compartir con Alessandra le causaba curiosidad únicamente porque había perdido toda esperanza y estaba resignado absolutamente a que jamás volvería a conversar con ella o, mucho menos, tener una nueva oportunidad de reconquistarla, pero no porque aún guardara sentimientos del pasado, ya que había perdido sus sentimientos. Es verdad que sí la seguía amando, mas su amor era solamente por decisión y disciplina: porque sentía que obedecía la voluntad de Dios, en consecuencia, su trato hacia ella era frío, seco e insensible, así era cómo él mismo se sentía a raíz del dolor y desprecio que a lo largo de tantos años cargó en soledad. Los rechazos y humillaciones recibidos lo habían transformado en alguien distinto, duro, indiferente, vacío y gélido..., son las consecuencias de experimentar la condición de depresión real y no la que se confunde con tristeza en los medios o en la farándula dramática. Aunque él hubiera querido revivir sus sentimientos de amor y expresarlos, no era capaz. Su cuerpo no podía responder conforme a sus deseos debido al gigantesco proceso de sufrimiento que todavía tenía efectos y secuelas en su organismo.

Mantuvieron largas platicas diarias, inclusive, coordinaron para encontrarse en persona y volver a compartir, ya que Wilhelm vivía en la ciudad y Alessandra no la conocía, él la invitó a pasar unos días y recrearse en los teatros, museos, galerías de arte, cines, parques... a lo cual ella aceptó y pasaron dos semanas juntos.

AMOR & RIQUEZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora