AMOR & RIQUEZAS

Imperfección

 Uno de los motivos debido al cual algunas las personas tendían a ver el trabajo con las creencias MnIC es porque estaban siendo atacados por Danach, el hermano de la Procha. Un demonio elitista de la Antigua Grecia que tiene forma de humano, los ojos rojos como fuego al igual que su hermana, un cuerpo es inmensamente fornido con el pecho descubierto y una larga barba negra, cabello oscuro corto, a los lados lleva puesto dos hombreras de acero con puntas filosas. Danach fue engendrado del cementerio de niños, nacidos con defectos, que fueron arrojados en el precipicio al lado del monte Taigeto para mantener el régimen represivo, estricto y terrorífico llamado Agogé, el cual exigía a sus ciudadanos la obligación de vencer la resistencia en contra de la acción mediante la "fuerza bruta" en obediencia absoluta a la ciudad-estado espartana (...) él heredó el temor a la mediocridad: esa búsqueda de perfeccionismo, que era socialmente visto como un rasgo positivo de la personalidad que sirvió a los espartanos para justificar los innumerables infanticidios cometidos. Danach, surgido del temor, dolor y muerte de inocentes bebés recién llegados al mundo, desea vengarse, aterrorizando a la humanidad con el perfeccionismo -miedo a la mediocridad-, influenciando a los seres humanos a crearse presiones auto-impuestas que los hagan ver el trabajo como algo que debería ser duro, demasiado difícil y desagradable hasta, finalmente, sobre-cargarlos de preocupaciones, estrés y ansiedad, causando que sus víctimas eviten y dejen para "después" la labor o las metas propuestas.

Danach, antes de comenzar un proyecto, induce a las personas a centrarse en la idea de perfección, al mismo tiempo, les muestra la realidad, es decir, que es una ilusión imposible de alcanzar, luego les hace temer exteriorizar sus imperfecciones y, en conclusión, cuando las personas terminan pensando que sus acciones serán menos o estarán por debajo del estándar de perfección, incluso, que sus acciones podrían obtener un resultado mediocre -de donde nace el miedo a la mediocridad-, se cargan de ansiedad y estrés para luego recurrir a la evasión y postergación con el fin de aliviar la presión, se dicen "prefiero mejor dejar para después" o "lo haré luego", lo cual casi siempre termina siendo nunca, y esto último termina acumulando mayor cansancio al no estar haciendo lo que se debería, en lugar de exponerse al riesgo de la exagerada e insoportable situación que Danach, engañándolos, les ha inventado sobre la mediocridad. Las frases preferidas que Danach envía a sus víctimas son "debo ser el mejor", "debo ser perfecto", "o lo hago bien o no hago nada", "tengo que hacerlo perfecto" cargando de presión y ansiedad los esfuerzos de las personas por realizar las tareas; el hecho de comenzar algo, así sea de manera imperfecta, ciertamente, es ultra suficiente en contraposición a la utopía de lograr algo perfecto. El mayor reto de cualquier tarea es iniciarla, luego que estamos haciendo, entonces, ya hemos conseguido superar el más grande reto que requiere nuestro proyecto, el resto consiste en perseverar y sentirse agradecido de lo que logramos. En conclusión, para evitar caer en la trampa de esas creencias negativas es importante decidir separar los pensamientos de la idea de perfección, comprendiendo que la perfección es asunto únicamente de Dios. Abrazar la imperfección, hacer las cosas como salgan, a medias, con mediocridad: la hermosa realidad. Congratular y recompensar los resultados, agradecer cada grande o pequeño logro del proceso de manera que la plenitud y suficiencia del Tiempo Vital fortalezca contra Danach, y poder seguir avanzando.

Era una mañana fría, Laila sintió un escalofrío y se miró al espejo, el cual, en ME, estaba creado con tecnología avanzada basada en inteligencia artificial, adaptado a las necesidades de los estudiantes para ayudarlos a consolidar la productividad. Laila se miraba al espejo; no le gustaba lo que veía: su rostro estaba pálido, sus ojos hundidos y los labios secos; el cabello lo tenía sucio y enredado; su cuerpo estaba flaco y débil, y se sentía fea, triste y sola.

- ¿Qué te ha pasado, Laila? -se dijo a sí misma con voz temblorosa-. ¿Cómo has llegado a este punto? ¿Por qué te has dejado caer así?

Laila recordó lo último de su vida. Había perdido su novio, sus amigos y familia. Cayó en una tristeza profunda que la había aislado del mundo. Dejado de cuidarse, comer y dormir. Perdido el sentido de su existencia.