Schöne 3

3 2 0
                                    

 Valeria y el Sr. Smith habían viajado a la nación de Maquiavelo, el año 2053, en DasGesicht, la capital de Schöne. Allí se habían infiltrado en el palacio presidencial, donde se celebraba una fiesta en honor al príncipe Ma Piche, que acababa de anunciar su reelección indefinida. Su objetivo era sabotear el sistema de comunicación del régimen, para difundir un mensaje subversivo a toda la nación, inspirado en las ideas de Maquiavelo.

- ¿Estás lista? - le preguntó el Sr. Smith a Valeria, mientras se abrían paso entre la multitud de invitados, vestidos con trajes y prendas lujosas.

- Sí, estoy lista - le respondió Valeria, mientras ocultaba bajo su abrigo un dispositivo electrónico que habían fabricado con la ayuda de la máquina del tiempo.

- Recuerda, tenemos que ser rápidos y discretos - le recordó el Sr. Smith. - No podemos llamar la atención ni despertar sospechas.

- Lo sé, lo sé - le dijo Valeria. - No te preocupes, lo tengo todo bajo control.

Los dos llegaron hasta la sala de control, donde se encontraban los técnicos encargados de transmitir el discurso del príncipe Ma Piche a toda la nación. El Sr. Smith distrajo a los técnicos con una excusa, mientras Valeria aprovechaba para conectar su dispositivo al sistema de comunicación. El dispositivo estaba programado para interceptar la señal del príncipe y reemplazarla por el mensaje de Valeria.

- Listo - le susurró Valeria al Sr. Smith, cuando terminó de conectar el dispositivo.

- Bien hecho - le susurró el Sr. Smith, cuando se alejaron de la sala de control.

- Ahora solo tenemos que esperar a que empiece el discurso - le dijo Valeria.

- Sí, y luego salir de aquí lo más rápido posible - le dijo el Sr. Smith.

Los dos se dirigieron al salón principal, donde se encontraba el príncipe Ma Piche en el escenario, rodeado de sus ministros y militares. El príncipe Ma Piche era un hombre corpulento y blanco, con el pelo negro y los ojos oscuros. Vestía un traje rojo con una banda tricolor en el pecho y una corona de oro en la cabeza. Su rostro era arrogante y cruel, como el de alguien que se sabe poderoso e intocable.

El príncipe Ma Piche tomó el micrófono y comenzó a hablar con voz fuerte y grave:

- Querido pueblo schöne-ano, queridos amigos y aliados del mundo: hoy es un día histórico para nuestra patria porque hemos celebrado unas elecciones libres y transparentes, donde ustedes han ratificado su confianza y su amor por mi persona y mi proyecto político, demostrando al mundo que somos una nación soberana y digna, que no se deja intimidar ni someter por nadie. Hoy hemos consolidado nuestra revolución, que ha traído paz, prosperidad y felicidad a nuestro pueblo.

El público aplaudió con entusiasmo las palabras del príncipe Ma Piche, mientras Valeria y el Sr. Smith observaban con incredulidad y repulsión.

- ¿Cómo puede mentir así? - le preguntó Valeria al Sr. Smith.

- Porque es un maquiavélico - le respondió el Sr. Smith. - Porque cree que el fin justifica los medios, que el poder es su único objetivo, que la moral y la verdad son irrelevantes.

- Pues vamos a demostrarle que se equivoca - le dijo Valeria.

- Sí, vamos a hacerlo - le dijo el Sr. Smith.

El príncipe Ma Piche continuó su discurso:

- Por eso, querido pueblo schöne-ano, queridos amigos y aliados del mundo: hoy quiero anunciarles una gran noticia que les llenará de alegría y orgullo, que hará historia... he decidido postularme para un nuevo período presidencial; indefinido.

AMOR & RIQUEZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora