Una vez lejos de la fiesta, nos detuvimos y Maze se lanzó a mis brazos.
Sin decir nada, le devolví el abrazo.
Maze era el tipo de persona que cuando se sentía abrumada por sus emociones, ya fueran buenas o malas, necesitaba abrazar a alguien. Así que solo la dejé ser.
Así se quedó un rato hasta que se apartó de mi, cogiéndome de las manos y lanzándome una mirada seria.
—Lo siento. Soy una mierda de amiga.
Me sorprendí. La verdad no esperaba que dijera eso.
—No eres una mierda de amiga.
—¡Sí, sí lo soy! —gritó, frustrada—. Soy una cabrona que no ha parado de pensar en si misma. Ni siquiera se me ha pasado por la cabeza que tú no...
No terminó de hablar, como si esperara que lo que fuera a decir iba a herirme.
Yo solo le sonreí.
—¿Qué no encontré a mi mate? Eso tampoco es una novedad.
A ella no pareció hacerle gracia mi broma.
Me miro con culpabilidad y eso me hizo sentir peor.
Ahora era yo la mala amiga.
Había vuelto un momento precioso para Maze en uno para hacerme la víctima. Eso era lo último que quería.
Realmente me había hecho feliz que encontrara a su mate. Se lo merecía.
Pero tampoco podía evitar sentirme sola y herida.
La única persona en el mundo q tenía a mi lado era Maze. Pero ella ahora se iría. Estaría con su mate y su nueva manada, y no había lugar para mi.
Sabía que en algún momento tendríamos que hacer vidas separadas. Pero llevábamos tanto tiempo juntas, solo las dos, que me había olvidado.
Pero tampoco podía atarla a mi. Si bien nuestra vida era buena, se sentía vacía. Ahora ella podía formar su propia familia, una de verdad.
Tenía que admitir que la envidiaba, que yo también quería lo mismo. Pero Maze no tenía la culpa de que yo no encontrara a mi mate.
No tenía derecho a arrebatarle su felicidad.
—Todo está bien. Vendré a la próxima reunión. Quizás entonces tenga suerte.
—Eso es dentro de otros 10 años.
—El tiempo pasa volando.
Maze suspiró. Soltó mis manos y evitó mirarme.
Yo lo agradecí. No sabía por cuánto tiempo más tenía que mantener una tonta sonrisa falsa.
—¿De verdad te irás mañana? —preguntó en voz baja.
—Debería. Durante los siguientes días habrá actividades y eventos solo para parejas. Tienes que aprovechar para estar con Kate y conocerla.
—Puedes estar con nosotras.
—Uff, no, gracias. No quiero ser la sujeta velas.
Ambas nos reímos un poco y volvimos a quedarnos en silencio.
Vi como Maze jugueteaba con sus dedos. Sabía que tenía algo que decirme y no sabía como.
—Estoy segura de que...Bueno. Si le preguntara a Kate, le parecería bien que te vinieras a la manada.
Esperaba algo así.
—No creo que sea buena idea.
—Claro que lo es. Ahí estaría yo, También Kate. Os habéis llevados bien, ¿verdad? Y además...
Antes de que comenzara a enumerar un sin fin de razones por las que debería hacerlo, la interrumpí.
— No habría diferencia con mi actual manada. Todos verían mal que no tengo mate.
—No es así. Kate me ha dicho que en su manada hay muchos casos así. Como no podían ir a la reunión antes, muchos no han podido encontrar a sus mates.
—No —respondí, tanjante.
Maze frunció el ceño, molesta, pero no dijo nada.
Yo suspiré.
No me gustó mucho la dirección que estaba tomando nuestra conversación.
—Puedo quedarme al menos unos días más.
—¿Para luego marcharte a Alemania sola?
Vale. Ahora era yo la que estaba molesta.
—No vamos a discutir esto mas.
Maze asintió a regañadientes.
Sin decir más, volvimos a caminar hacia la fiesta.
—Estaría bien que te quedaras un poco más —murmuró apenas—. Kate quiere que mañana tengamos una especie de comida familiar. Así yo conozco a su hermano y ella al mío. Quiero que vengas.
Yo sonreí y pase mi brazo por sus hombros.
—Eso me encantaría.

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Alfa de rogues
WerewolfIzzy asiste junto a su amiga Maze a "la reunión", un evento que solo ocurre cada 10 años donde los licántropos de todo el mundo pueden encontrar a su mate. Sin embargo, Izzy y Maze ya han perdido la esperanza de encontrar a su pareja predestinada, p...