Decidida a hablar con él, me abrí paso entre la multitud hasta llegar a su lado. La expresión de Killian era oscura, aunque se suavizó ligeramente al verme acercarme.
—Isabella —murmuró, su voz apenas un susurro en medio del bullicio que nos rodeaba—. ¿Estás bien?
Asentí, aunque sabía que mi expresión revelaba mi preocupación.
—¿Y tú? —pregunté, preocupada por su bienestar después de la acusación que pesaba sobre su manada—. ¿Cómo estás lidiando con todo esto?
Killian suspiró, pasando una mano por su cabello oscuro en un gesto de frustración.
Me tomó de la mano y me condujo hacia un lugar apartado, lejos de las miradas curiosas de los demás. Nos detuvimos junto a un árbol solitario, donde la luz del sol se filtraba entre las ramas, creando un ambiente íntimo y tranquilo.
—No es fácil. La gente está asustada y enojada, y culpan a mi manada por lo que ha sucedido —confesó, su voz llena de pesar—. Pero lo más importante ahora es descubrir la verdad detrás de lo que ha sucedido. No puedo permitir que mi manada sea injustamente culpada por un crimen que no cometimos —dijo, con determinación.
Mi corazón se apretó al ver el cansancio en sus ojos azules, y supe que tenía que hacer algo para reconfortarlo.
—Killian, sé que esto es difícil, pero no estás solo. Estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites —le aseguré, poniendo una mano sobre su brazo para dar una caricia.
Sus ojos buscaron los míos con intensidad.
—Gracias por preocuparte, Isabella. Significa mucho para mí —dijo sinceramente, su voz suave y cálida.
—Siempre estaré aquí para ti, Killian. Eres mi mate —respondí, sintiendo el vínculo entre nosotros fortalecerse con cada palabra.
Killian me miró con una mezcla de emoción y alivio. Su mano cubrió mi mejilla con ternura.
Temblé ante su tacto, dejando escapar un suspiro apenas audible.
—Creo que ya lo he dicho antes, pero lo vuelvo a repetir —susurró, mirándome con una mezcla de anticipación y anhelo—. Tengo mucha suerte de tenerte.
Sin decir más, me besó.
El contacto fue suave al principio, apenas un roce fugaz que envió corrientes eléctricas por todo mi cuerpo. Pero pronto, el beso se intensificó, sus labios fundiéndose en un baile de pasión y deseo desenfrenado.
Sentía mi corazón latir desbocado, el sonido resonando en mis oídos como un eco de la pasión sentía.
Sus labios se movieron contra los míos con una delicadeza cautivadora, explorando cada rincón de mi boca con un anhelo ardiente. Yo respondí con la misma intensidad, olvidando todo lo demás excepto la calidez de su contacto.
Pasé mis brazos por sus hombros, rodeando su cuello, al mismo tiempo que las manos de Killian bajaban hacia mi trasero para agarrarlo con fuerza y empujarme contra él, eliminando cualquier mínimo espacio que hubiera entre nosotros.
La misma sensación de necesidad que sentí cuando lo conocí volvió a aparecer, arrasando dentro de mí. Solo deseaba tenerlo a él junto a mí, pero no ahí, no en el bosque. Quería marcharme con él, quizá a mi habitación, si es que con suerte Maze no estaba hay.
La idea atormento mi mente, haciéndose más tentadora.
—Killian...
El sonido de su teléfono me interrumpió.
Killian se separó de mí a regañadientes, aunque con uno de sus brazos rodeando mi cintura, y atendió la llamada.
No duró mucho, apenas intercambió un par de palabras cuando colgó.
—Lo siento. Era mi hermana —aclaró, aun con la voz ronca por el deseo y el cabello despeinado.
—Supongo que tienes que irte —adiviné, intentando ocultar mi decepción.
Él me miró con pesar.
—Sí. Aun tengo que lidiar con lo que ha pasado.
—Entiendo —dije, pasando mis manos por mi cabello pelirrojo—. ¿Sigue en pie lo de esta noche?
—Claro. Te pasó a recoger a las nueve.
Fruncí el ceño.
—No hace falta que me recojas. El restaurante está al lado del hostal. Puedo encontrarme contigo ahí.
—No quiero que andes sola por la noche después de lo que ha pasado —ordenó, y antes de que pudiera replicar volvió a hablar—. Y no vamos al restaurante.
—Entonces, ¿adonde? No hay mucho más que hacer. No podemos salir del territorio y esta noche no hay ningún evento.
—Tengo planeado una sorpresa —contestó, con una gran sonrisa.

ESTÁS LEYENDO
Alfa de rogues
Manusia SerigalaIzzy asiste junto a su amiga Maze a "la reunión", un evento que solo ocurre cada 10 años donde los licántropos de todo el mundo pueden encontrar a su mate. Sin embargo, Izzy y Maze ya han perdido la esperanza de encontrar a su pareja predestinada, p...