A ti y a quien serás tras vaciar tu alma. "No podrás" te dijeron y aquí estás, letra a letra.
A vosotras que lo leísteis con ganas y más ganas me dieron a mí, gracias por darme vuestro tiempo y vuestro entusiasmo con cada capítulo, Clemen y María.
A ti Wilson, que inspiraste el personaje de Mateo. Gracias por darme alas aún sin saberlo.
CAPÍTULO 1
Por alguna inexplicable razón, todas parecían ser casualidades extrañamente entrelazadas.
Primero fue Anni. Recuerdo estar sentadas tomando algo en aquel bar que tanto nos gusta, de paredes de ladrillo visto de un color rojizo, con asientos forrados en color verde oliva y una mesa de madera. Nosotras siempre nos poníamos fuera, en el patio. Nos gustaba la mesa más apartada, la del rincón cerca de la puerta más alejada del bar. Casi nadie salía por ahí, por lo que era el lugar más tranquilo del garito. Ese rincón había escuchado nuestras risas y nuestros llantos, amoríos y amistades. Era nuestro lugar favorito para desahogarnos y echarnos unas cervezas a la vez. No sabemos por qué pero pocas veces nos lo encontrábamos ocupado. Parecía estar siempre reservado para nosotras. Ese día, mientras el camarero nos servía, Anni comenzó su perorata repleta de obscenos detalles sobre lo que le haría a aquel guaperas del doctor si no estuviera tan enamorada de su querido Toño. El médico en cuestión o mejor dicho "El buenorro del Doctor" según mi amiga, resultaba ser una mezcla entre el cantante Lenny kravitz y el actor de CSI las Vegas, Gary Durán.
Según ella, por sacarle algún defecto al doctor macizo, le raparía ese pelo rizado que llevaba demasiado largo para su gusto, o al menos haría que fuera a por un buen corte de pelo. Ella se lo imaginaba saliendo de la ducha con esa melena cayéndole por la cara y no estaría tan sexy como querría. Tras marearme con la minuciosa descripción del susodicho, comenzó a contarme la odisea que su padre tuvo que sufrir tras ser hospitalizado por un problema intestinal.
Eso dio lugar a que mi imaginativa amiga conociera a... bueno ciertamente no se acordaba de su nombre por lo que aún solo puedo referirme a él como: "El doctor buenorro".
Tras la operación, Ana, no volvió a encontrarse con el cirujano, por lo que la repentina excitación inicial por lo prohibido cesó.
No mucho tiempo después, otra "casualidad del destino" quiso que, estuviera en casa de una de mis hermanas menores, Federica -gemela de Sofía-. A pesar de ser la mayor de las tres, era la única que seguía viviendo con mis padres. No siempre fui la mayor pero es algo demasiado doloroso para mí. Hay personas a las que les toca vivir la muerte demasiado jóvenes.
Federica fue la primera en irse de casa. Se casó bastante joven y Sofía no tardó mucho tiempo en independizarse tras la boda de su gemela.
Ella se fue a vivir con dos amigas suyas a un piso de alquiler y yo no me veía compartiendo piso y aún menos me podía permitir alquilar un piso y yo sola, por lo que seguía bajo el mismo techo que mis padres.
Ese día en casa de Fede de pura casualidad escuché una conversación entre mi hermana y su cuñada por teléfono. Hablaban del día en que mi hermana y su marido habían ido al hospital a recoger unas pruebas médicas. No escuché muy bien el principio de la conversación. Yo venía de la cocina, pues habíamos terminado de comer y estaba ayudando a Marcos -mi cuñado- a recoger los platos y meterlos en el lavavajillas, cuando me dirigí al salón.-Hasta tu hermano me preguntó si me había fijado y yo me hice un poco la tonta- Contaba Fede entre risas -No iba a decirle a mi marido que jadeé al ver a ese hombre cuando pasó por nuestro lado- Mi hermana asentía con una sonrisa en la cara.
-Hombre, cuñada, hay que reconocerlo, cualquiera se saltaba la dieta con ese caramelito. No me tires más de la lengua que tu hermano me va a matar.
Federica parecía una quinceañera contándole a su amiga que había conocido a el tío más macizo del instituto. -Sí, sí, eso mismo pensé yo. Igualito que el actor de CSI.
Ahí fue cuando la conversación captó toda mi atención, al escuchar CSI, recordé toda la charla con Anni. Tras colgar fui directa a mi hermana;-Fede
-Mmm
-¿De quién habláblais tu cuñada y tú?
-De un médico que me crucé el otro día cuando fuimos al hospital Marcos y yo. Subíamos las escaleras de la entrada y él iba saliendo.- Y un segundo después.
-¡Elaaa! -dice de repente mi hermana gritando como loca. En ella es muy común ese tipo de ataques cuando se le viene una idea a la cabeza. Algo se le había ocurrido, veríamos a ver qué locura era.
-¡Ese sí que sería un buen partido para ti!
Mi hermana y sus disparatadas ideas. Siempre me hacían reír, pero también pasar mucha vergüenza.
Recuerdo un día que fuimos de tiendas a un centro comercial de esos gigantescos que cuando acabas la jornada de compras, necesitas un día entero de reposo por todos los kilómetros que te habías recorrido de un sitio para otro. En fin salíamos de una de tantas tiendas cargadas de bolsas llenas de prendas y listas para seguir entrando en algún que otro establecimiento más. Por el camino, vimos venir a un guaperas de esos que hasta quieres girarte para verlo incluso de espaldas. Pues bien, mi muy querida hermana no tuvo otra ocurrencia que, sin previo aviso y aprovechando que el chico pasaba por nuestra vera, preguntarle a grito pelado;
-Eh, ¿quieres ser mi cuñado? Mira que hermana más guapa tengo.
El chico me miró con bastante intensidad al pasar por nuestro lado luciendo una preciosa sonrisa pícara. Menos mal que el muchacho no se paró ni hizo amago de hacerlo porque, lo hubiera dejado allí plantado. La vergüenza me hubiera echo salir corriendo.
No sabía dónde demonios meterme. Yo la mataba, siempre me hacía este tipo de bromas. Ella sabe lo tímida que soy y le hacía especialmente gracia ponerme entre la espada y la pared.
A mí también me hacía gracia, pero pasado un rato, cuando la vergüenza y el color rojo habían desaparecido por completo de toda mi cara.
Lo peor era la risa nerviosa que me daba cada vez que me sentía así, muerta de vergüenza y queriendo correr a kilómetros de allí.
-¡De verdad que eres de lo que no hay hermanita! Si el chico era monísimo, ¿Por qué no te has parado?-Yo no puedo hacer esas cosas, la vergüenza puede más que yo. Además, ni lo conocemos. ¿Y si tiene novia, es un psicópata o qué sé yo? No y punto. ¡Respeta a tu hermana mayor! Dije riéndome.
![](https://img.wattpad.com/cover/351206064-288-k418480.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El perdón llega de tus manos
RomanceCuando el amor aparece por la puerta de tu trabajo tras unos ojos que parecen devorarte, no te queda más remedio que jadear de deseo. Ela lleva demasiado tiempo escapando de Cupido y Mateo ni se plantea una relación hasta que la conoce. Le trasmite...