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Izel 

Llegué al hospital entrando, estaba solo, no había nadie en los pasillos además de los enfermos. Me pregunto dónde está Hunter, luego recuerdo que está próxima a hacer un alfa y debe estar con el rey aclarando esta situación.

Me acerco a recepción y pregunto si puedo ver a mi prima, a lo que la recepcionista palidece y me pide un momento. Un guardia vuelve junto a ella luego de unos minutos.

—Señorita Cooper, su hermana ha escapado del hospital— abro mis ojos sorprendida ante la declaración, pero se me pasa porque recuerdo que es Amara y quien sabe que travesura está haciendo por ahí.

Suelo un suspiro agotado mientras negó con la cabeza. 

—Vale, la iré a buscar— miento. Amara y yo al parecer por fin estamos entablando una amistad así que me haría a casa y solo esperaría que ella vuelva.

–Izel— me gire hacia el auto que estacionó frente a mí.

—Jayse— salude entusiasmada— ¿Qué haces por acá?

—Traía a Aziel, y ya me iba a casa ¿Quieres que te lleve?— lo pensé, no me gustan los extraños, muchos menos subirme a un auto con ellos, pero Jayse no se ve un mal chico así que asentí— ¿o prefieres ir a conocer el reino?

—La segunda me parece bien— le di una sonrisa más subiendo al coche. El realmente me da buenas vibras.

•••
Amara

Di una mirada más a Aziel una vez más. No podía creer que me encontraba con el príncipe de todos los hombres lobos caminando por el bosque a estas horas de la noche y no sólo eso, él aún tenía mi mano entrelazada entrelazada la suya y me generaba escalofríos.

Habíamos comprado comida por el camino y ahora nos encontrábamos en medio del bosque caminando a un lugar hermoso, según él.

—¿Falta mucho? Si doy un paso más me desmayaré— hago drama y este ríe.

—Puedes subirte en mi espalda– alce una ceja.

—¿No estás cansado?— él negó.

—Por mi rango debo tener una condición física excelente, el entrenamiento que nos dan es muy forzado. Así que subir esta montaña contigo en mi espalda no es nada— lo mire dudosa, pero ansiosa ante su contacto.

No respondí. Seguí caminando aún tomando su mano y luego de unos minutos finalmente llegamos a una colina. Es hermosa, no pueden siquiera imaginarse el paisaje que ven mis ojos. Era una hermosa laguna azul, donde se refleja la luna haciendo que ésta brille dándole luz al bosque.

Gire mirando a Aziel que empezaba a quitarse la camisa.

—¿Qué haces?— Trague grueso al ver su cuerpo bien definido, con unas ganas enormes de poder tocarlos e incluso pasar mi lengua por ahí.

—Voy a meterme— aclaró tan simplemente como se quitaba la ropa quedando solo en calzoncillos— ¿me acompañas?— pregunto antes de lanzarse al agua haciendo que esta caiga sobre mí.

—¡Me mojaste!— chille sacudiendo mis manos— ¿Aziel?— lo llame, pero este no respondió —¡Aziel, no juegues conmigo!— le grité, pero este no salía. Esta jugando, lo sé, solo quiere que me preocupe y me entre a la laguna con él.

Muy cliché de su parte.

—No me voy a meter— sentenció y me siento en la roca esperando a que salga.

Miro atenta la laguna sin ver su cuerpo o el más mínimo movimiento bajo el agua. Trago grueso empezando  a pensar lo peor ¡Malditos nervios! Pero ¿y si se mató en la caída? Aún no está transformado y no puede regenerarse ¿y si es así y me culpan de muerte? Inmediatamente me levanto quitándome los zapatos y buscando una bajada. Cuando la halló bajo despacio adentrándome al agua.

RENACERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora