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Bajo la cabeza ante la mirada despectiva que me da papá al sentarme frente a él, parece realmente cansado y su aspecto no es favorable. La barba canosa que ha crecido en su barbilla junto a sus ojeras y pelo despeinado me da a entender que no ha tenido ni un día ni buena noche.

En mis dieciocho años de vida solo he visto a papá así en dos ocasiones y cuando sucede es porque algo realmente malo pasa.

Trago grueso alzando la mirada, él solo me mira sin decir nada al igual que las dos chicas a mi lado. Hago una mueca y un puchero inocente se forma en mis labios.

–Realmente me decepciona que mi propia familia no sea capaz de confiar en mí– mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas.

–Papa…

–¿Cómo es posible que sigues de pie después de lo que le pasó a Hunter Amara?– niego, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas.

–¿Qué le sucedió?– Soy incapaz de dejar de llorar y me siento realmente estúpida por preguntarle eso a papá cuando se supone que la pareja destinada de Hunter soy yo o bueno, lo era.

–Chicas salgan, quiero hablar en privado con mi hija– Lana y Cora no dudaron en salir de la oficina dejándome sola con papá.

–Yo no…

–Sabes que te amo, ¿no? Que daría mi puesto, mi vida y todo lo que tengo porque tú y tu hermano estén bien, sé que ya no son unos niños y quieren cuidarse entre ustedes mismos, pero no quiero verlos llorar– papá se agacha frente a mí y pone su mano sobre mi mejilla con su pulgar limpiando mis lágrimas– ¿Que sucedió mi princesa? Quien se atrevió a lastimarte de esta manera, quien se atreve a lastimar a la princesa de papá– me lanzo contra papá abrazándolo y derramando mis lágrimas abre su hombro.

Quien diría que este hombre tan imponente me dejaría llorar sobre su hombro a una chiquilla que no sabe que quiere en su vida, que el mismísimo rey de los hombres lobos se arrodillaria frente a su pequeña hija y la abraza tratando de consolarla. Definitivamente no puedo tener un padre mejor, me siento dichosa de tenerlo y espero que nunca me deje.

La maldición que tiene papá sobre él viene a mi mente y vuelvo a romper en llanto, no quiero perderlo, no quiero que me deje. No quiero que se vaya de nuestro lado.

Me aferré más a él sin dejar de llorar, papá acaricia mi cabello y susurra en mi oído lo mucho que me ama a mi y mi hermano.

–Estoy acá mi pequeña, llora todo lo que tengas que llorar que yo nunca te juzgare por eso hija– . definitivamente necesitaba se abrazo de papá, de su calor paternal y su apoyo.

Me permití llorar como no había hecho con nadie, me permití sacar en balbuceos todo lo que me había guardado tras una falsa sonrisa.

Cuando finalmente puedo calmarme mi padre me mira con una pequeña sonrisa, tratando de hacerme sentir mejor y mostrarme su apoyo.

–Hunter me rechazó papá– trató de fingir una sonrisa– pero estoy bien, yo soy fuerte y eso no va a matarme– papá me mira compasivo y a la vez con una furia en sus ojos.

–Mi pequeña…

–Se que la Diosa luna me dará otra oportunidad igualmente a él, después de todo el pensó que lo engañe– papá frunce el ceño y antes de que pudiera decir algo, solté: – me violaron papá, soy alguien impura para él, no merezco ser la luna de su manada– papa se levanta de golpe mirándome… ni siquiera puedo describir todas las emociones que pasan por su rostro y la mirada que me da.

–Diosa, hija yo no sabía. Perdóname, perdóname por no estar más pendiente de mis hijos por dejarlos tanto tiempo solos, perdóname…

–No tengo nada que perdonarte, tú siempre has sido un excelente padre, tu siempre has Sido el mejor– me levanto y lo abrazo– tienes un gran peso sobre tus hombros, no debes solo velar por la seguridad del reino sino por cientos de manadas– tomó las manos de papá, mi mirada va directo a su mano vendada. Me trago mis palabras– no debería haber secretos entre nosotros papá– le doy una pequeña sonrisa mientras tomo su mano vendada.

RENACERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora