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Sábado por la mañana, un día soleado y perfecto para broncearse, cosa que no puedo hacer hasta que termine de organizar mi habitación. Extraño el personal de servicio que teníamos en la manada.

Había pasado toda la mañana organizando mi armario y aún no iba ni por la mitad. Que pereza. Me levanté del suelo cuando la pantalla de mi computador se enciende anunciando una llamada. 

—¡Holaa!— saluda Isa a través de la pantalla emocionada.

—Holaaa— Saludo con el mismo entusiasmo.

—¿Qué tal tu primera semana en el reino?—  fruncí el ceño y luego reí al ver cómo peleaba con Jack para que no aparezca en la llamada— ¡Basta!— chillo mi amiga frustrada.

—¿Qué hacen los dos juntos?— alce una ceja, Isa se sonrojo y Jack ganó la batalla. Su hermoso rostro apareció en pantalla.

—Hola amore, qué bella estás.

—Que fastidioso eres— Isa lo empujó y nuevamente tuvo el control de la llamada— ha venido a casa a ver a  mi hermano, pero se ha colado en mi habitación para que te llamáramos— bufo mi amiga.

—Vale, vale— no quite la sonrisa de mi rostros mientras la veía seguir discutiendo con él. Mi teléfono sonó con un mensaje.

"Te veo a las cuatro. Con amor Aziel". 

No respondí, sin embargo mi piel se erizó ante la idea de verlo. Me quedé mirando unos minutos más hasta que finalmente estos dejaron de pelear y empezaron a llenarme de preguntas alegando que ya estaban alistando los papeles para enviar a finales de año para solicitud a la universidad. Me emocione junto a ellos.

•••

Casiel

Pase las manos por mi cabello una vez más despeniandolo. Mire en dirección donde las personas reciben su equipaje y llegan a la salida del aeropuerto.  Tenía media hora acá, escuchando que el vuelo 146 se había retardado por problemas climáticos, sin embargo me quedé aquí esperando a que mi novia llegase de ese estúpido viaje donde la había extrañado tanto.

Al fin la vi aparecer con un semblante decaído. Me preocupé y me levanté de mi asiento inmediatamente caminando hacia ella.

—¡Kennedy!— la llame haciendo que esta se sobresalte y se gire hacia mi, observándome con temor. Eso me dolió e intrigó a la vez.

Ella jamás me había dado una mirada así, tampoco la había visto con ese semblante decaído, siempre tiene una sonrisa en la cara o tiene algo tonto para decir. 

—¿Qué sucede amor?— le preguntó asiendo qué está me abrace con fuerza— ¿alguien te lastimó, te hicieron algo? De ser así ya mismo me encargaré de eso— la sentí abrazarme más fuerte mientras soltaba un sollozo.

—¿Me has engañado?— se alejó de mí mirándome con furiosa. La miré incrédula ante lo que dijo, eso jamás pasaría por mi mente. 

—¿Cómo se te ocurre pensar que haría algo así?— Kennedy pareció pensarlo y luego negó con la cabeza, respirando fuerte para calmarse.

—¿Son para mi?— sonrió mirando las flores. Asentí.

—Si.

—¿Vamos por algo de comer? Muero de hambre— ahora no estaba de muy buen humor, hemos sido novios durante tres años y jamás la he traicionado o por lo menos pensar hacerlo. Me molestaba que dudará de mí.

•••

Amara

—¿Dónde vas tan arreglada?— Izel que parecía una loquita del centro leía un libro sentada en el sofá.

RENACERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora