Hunter
Catorce días, siete horas y veinte minutos desde que no para de sentir ese dolor en mi pecho. La rabia no me dejaba dormir, la furia era mi acompañante en las veinticuatro horas del día y las ganas de ponerle las manos encima era mi motivación cada día.
Laila, mi mate, la mujer destinada a mí me había traicionado y de la peor manera. La odia joder la odio por hacerme sentir tanto dolor y hacerle creer a mi lobo que ya nada tiene sentido.
Quería asesinarla, quería asesinar al imbécil que se atrevió a ponerle las manos encima. Ella es mía y yo soy el único que tiene derecho de ponerle las manos encima.
—Hunter, tu mano— la voz de mamá me hace mirar al lugar mencionado, el tenedor me ha cortado y la sangre derramada cae sobre la mesa.
Me levanto tenso ante la mirada de los alfas. Maldita convención, me habían privado de poder ir al reino y verle la cara, por más que la odie necesitaba una explicación del porqué lo hizo.
Me había dicho que la esperara, entonces ¿por qué me engaño? Era una hipócrita.
¿Acaso quería que fuera un bárbaro con ella?
Llegó a la terraza pateando una silla la cual cae por el balcón justo en el momento en que mi teléfono empieza a sonar y su nombre aparece en pantalla.
—Diosa ¿este dolor acabará?— apretó las manos contra las barandas mirando al cielo deseando una respuesta de mi Diosa.
—Hijo ¿qué sucede? Llevas días fuera de ti mismo. Sabes que puedes confiar ciegamente en mi— giró hacia mi padre quien apoya sus manos en mis hombros y niega— Puedo sentir tu dolor, háblame para poder ayudarte.
Abrazo a papá sintiendo que puedo liberar este dolor, me aferro a él como cuando era niño y dejó que las lágrimas fluyan.
—Me engaño papá, me traicionó con otro hombre y ahora mi lobo está muriendo— cortó el abrazo y la sola mención de esa situación en voz alta me hace perder el control haciendo que golpee todo a mi alrededor haciendo que mis puños sangren— ¡me engaño con otro joder!
Me siento en el piso mirando mis puños, papá se hace a mi lado en un rotundo silencio por parte de ambos.
—Deberías escucharla primero, debe haber alguna explicación hijo— niego sin dejar de ver mis manos.
—¿Qué explicación hay para ser infiel? Ninguna.
—Conozco a Laila desde que era una bebe, se que es algo hiperactiva pero conoce los valores que le dieron sus padres, conoce sus valores como princesa y sobre todo conoce sus valores y el respeto hacia su pareja destinada. Algo debió pasarle, debes escucharla antes de actuar.
—Me duele papá, me quema.
—Lo sé hijo, se que te duele y sientes como si el mundo fuera a caerse, pero no es así, siempre hay una luz aunque no sea al final. Ve y habla con ella, escuchala y haz lo correcto — me quedo mirando al vacío por un momento ¿qué es lo correcto? ¿Realmente voy a ser capaz de escucharla y no dejarme gobernar por mis impulsos?
Papá se levanta y me da su mano apoyándome a hacer lo mismo quedando frente a él.
—Debería ir ya mismo entonces— habló finalmente.
—Hazlo hijo, ve por ella— asiento dándole un abrazo a papá antes de dejar el balcón y salir de la casa sin siquiera llevar maleta.
••••
Laila
¿Qué hacemos cuando el mundo parece venirse abajo? ¿ qué hago ahora que nada tiene sentido para mí? Me duele el pecho, me duele el alma y la vida recordar esa noche, me duele saber que perdí mi virtud, que traicione a Hunter involuntariamente y que estoy sucia.
ESTÁS LEYENDO
RENACER
Werewolf-¿Qué haremos con ella? El hombre la miró. -La cuidaremos, la protegeremos y será como otra hija más. No haremos más que amarla- la mujer asintió mirando a la pequeña con ternura. -Izel- murmuró la mujer mirando la tobillera que traía. -Hermoso nomb...