RENACER

58

Fanni

—Despierta.

—Hola, estamos aquí.

—Despierta, por última vez te lo digo.

Aclaró la vista encontrándome con dos sombras similares  frente a mí observándome como si fuera  un bicho raro.

—¿Mori?— es lo primero que preguntó al ver como se dan una semana divertida.

—No, solo nuestra pareja se encargó de liberarnos. Seremos invencibles— chilla la figura idéntica a mi, alzó una ceja y miró a la otra soltar un gruñido.

—Jodida sean las Diosas, va a ser una tortura.

—Déjenme adivinar, al final si termine siendo mitad loba y mitad demonio— ruedo los ojos, que equivocado estaba el hechicero del reino, nada puede contra la naturaleza. Ellos nunca habrían podido eliminar nuestra parte demoníaca.

—Soy Liz– se presenta mi demonia.

—Yo soy Fai– mi loba me lanza una piedra que no sé de donde rayos saco— la más bella y sexy de todas. ¡Tienes que decirle sus dones demonia!— chilla haciéndome reír.

—Cállate canina, se lo diré cuando quiera.

—No, lo harás ya mismo. Tengo que despertar — me levanto del suelo al momento que Liz se posiciona en forma amenazante delante de mí.

—¿O si no que?

—Te voy a encerrar donde no podrás comunicarte conmigo y tampoco podrás salir.

–No podrás usar los dones que te ofrezco— sonríe con malicia, le devuelvo la sonrisa poniendo un dedo sobre su pecho.

—He estudiado mucho sobre la vida demoníaca, sé perfectamente que puedo usar tu fuerza…

—Pero no mis dones.

—¡Son un dolor de culo! Quiero ver a mi mate lo antes posible, terminen con sus desafíos infantiles.

—Fai tiene razón, dime ahora y quizás podríamos comenzar mejor — ánimo a mi demonia quien sonríe dándome la espalda.

–Uno yo soy una princesa, no pueden faltar me faltar me respeto, dos, tenemos una fuerza incomparable y no sólo eso…

—Habla de una vez— me estreno.

—Puedes volver la animación realidad.

–¿Cómo?

—Todo a su tiempo pequeña canina. Todo a su tiempo.

—Espero que valga la pena eso de “todo a su tiempo”.

—Lo valdrá.

—¿Por qué me he transformado antes? Aún faltan dos años para eso— preguntó de repente cuando recuerdo lo obvio. Aún no era momento.

—Tu, así como todos los demonios ya nacen con su  debida transformación. No son como los demás, ustedes son excepcionales y por eso les temen— empieza a explicar mi loba.

—Estabas callada, al ser tan pequeña no podías controlar tus poderes y yo podría quedar atrapada en un cuerpo tan pequeño si intentaba adueñarme de ti. Pero moriste y pudiste romper el sello, viajaste al inframundo y volviste junto a mi y tu loba.

—Karia al asesinarnos y ser tu pareja destinada por la Diosa oscura no te dejo quedar allá, así que estás en el limbo y si no despiertas en menos de cinco minutos quedaremos…

—Atrapadas— decimos al unísono.

—Joder, ¿como hago para volver?

—Aferrarte a algo en la tierra, debe ser muy fuerte para que te permita volver.