42

1.3K 85 1
                                    

Aziel

Entró a la casa encontrándome con una nota que me desconcierta un poco, Casiel se ha ido al bosque diciendo que volvería a la media noche. Ahora no podíamos irnos hasta que él llegara.

Isaac tampoco está en la casa, solo estamos Ivar, Tania y yo. Por mi parte, me voy a mi habitación a recoger mis cosas para esperar a los chicos e irnos de inmediato. Moría por ver a Amara, la extrañaba demasiado.

Termine de empezar y mire la hora, solo faltaban dos horas para que Casiel volviera, el alfa había enviado a su asistente a preguntarnos cuándo nos iríamos, le dije que a la media noche.

Ahora me encontraba en la sala con mis cosas esperando que llegara alguno de los dos. Pero llegó la hora y no había señales de ellos. 

Mire a Ivar a quien le palpitaba la vena del cuello mientras miraba a Tania leer tranquilamente un libro.

—Maldición, deja de suspirar leyendo ese estúpido libro. Me desesperas— Tania se sonrojo por completo cerrando su libro.

—Lo siento.

–No te preocupes Tania, aquí mi amigo anda de cascarrabias— la tranquilizo— ¿que te sucede Ivar?

—Se supone que Casiel ya debería de estar aquí y no tenemos ni pura idea de donde puede estar Isaac, tampoco ha aparecido Lana, todos la siguen buscando— Ivar estaba molesto y eso es algo poco común en él,  sin embargo lo entiendo porque yo soy uno de los que quiere regresar pronto al reino.

—Empiezo a creer que Isaac se llevó a Lana– murmuró mis pensamientos, Ivar me mira cauteloso.

—¿Hasta ahora? Yo lo sospeché desde el principio.

—Te lo dije, quería creer que no había sido él.

—Pues quien sabe que tortura psicológica le este dando a la pobre chica— se queja Ivar mientras yo río.

La puerta suena y Tania se levanta a abrirla.

—¡Chicos!— Su grito horrorizado nos hace levantarnos y observar lo mismo que ella.

—Atrapenlos— Rainses trae consigo a un grupo de hombres y dos hechiceros el cual suelta una bomba de humo.

Tranquilizante. Susurra mi lobo mientras miro a Ivar, este me da la misma mirada antes de cerrar los ojos y caer en la inconsciencia.

•••

Casiel.

—Camina más rápido— ignoró los reclamos de la cazadora, sigo cantando en un silbido mientras caminamos por el bosque.

Ya anocheció y supongo que es más de la media noche. Aziel debe de estar insoportable.

Tenía horas caminando con aquella insoportable la cual no paraba de decir que me había capturado y que su aldea estaría orgullosa. Si supiera que realmente yo me dejé atrapar y que ese lazo no me hacía ningún daño.

Pobre Ilusa.

—¿Falta mucho?— le preguntó fastidiado.

—No, ya llegamos— ruedo los ojos al ver que empezamos a adrentarnos y una  cueva totalmente oscura. Ella come una antorcha de la pared y la prende iluminando nuestro camino.

Es una cueva  ancestral. Caín se apodera de mi cuerpo empezando a observar todo el lugar. Aquí podrás desarrollar por completo tus dones.

Sonrió complacido, Caín me había dicho que por cuestiones de sellos él no podía darme todos los poderes hasta que lo rompamos por completo. Este era el momento perfecto y no iba a desaprovecharlo.

RENACERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora