8.

346 31 0
                                    

VEGAS:

-No es necesario que lo sepas argumenté escuetamente. Miré al tipo, y lo apunté con el arma. Nadie se escapaba de mis manos.

-¡¡Vegas!! ¡¡Por todos los cielos!! ¡¡Baja el arma!! -ordenó rudamente.

-Métete al auto.

-¿Qué dijiste? -preguntó algo pasmado. ¿Qué me meta al auto para no ver como lo matas? -Su voz sonó a molestia-. ¿Eres un imbécil?

Estaba exasperándome el tono de su VOZ.

Lo miré airado. El no se quedó atrás, me lanzó una mirada afilada.

-No te metas en estos asuntos, así anda...

-Ándate a la mierda, Vegas—refutó con rabia acumulada en sus ojos. Y sin decir nada más, sujetó mi muñeca, y me llevó hacia el auto, tirándome en al asiento del copiloto. Todas las emociones que estaban vivas, murieron rápidamente.

Parpadeé para despertarme de la sorpresa, y antes que me diera cuenta de la situación, el auto comenzó a andar, manejándolo el.

-Tú...

-Hace un mes tuve la licencia. Así que no te preocupes en que vaya a chocar el auto -dijo con la mirada en el asfalto. Cuando lleguemos, quiero que me des una explicación de lo que acaba de pasar. Una explicación bien clara.

-Este asunto no te concierne a ti.

-Claro. Claro -ironizo-. Te salvé el maldito trasero y merezco una maldita explicación de lo que acabó de pasar. Y si no me la dices...... - Sonrió de medio lado-. No sabes lo que puede pasar.

Apreté los dientes.

Nunca una persona me había tratado como con el. Su comportamiento era muy salvaje y muy apasionado. No tenía la menor idea como iba hacer nuestra relación más adelante. Solo estaba seguro de algo....

No tengo paciencia con el.
En todo el camino a la mansión, estuve callado. Mis pensamientos estaban a flor de piel. Todavía se repetía el diálogo asqueroso que dijo ese tipo. ¿Darles a los cachorros de mi manada? Ni loco lo haría. El tan solo pensar eso, se me revolvía el estómago. Un alfa velaba por sus integrantes, no los mandaba al mismísimo infierno para que mueran.

El pensamiento de dar al hijo de mi hermano y de porsche, hacía que mi lobo interno gruñera de ira, suscitando el deseo de matar a quien se atreviera a tocar a porsche o su bebé.

El auto se apeó en la puerta principal. Salí disparado hacia la mansión, no me importó el llamado del mejor amigo de porsche. Solo quería verlo a “el” para estar más tranquilo. No quería ver muertes, mucho peor, sentirlas.

Quería que todo estuviera en paz, sin ningún derramamiento de sangre.

A grandes zancadas, llegué a la sala. Porsche estaba parado, mirando unos portarretratos del anaquel. Y sin más preámbulo alguno, lo abracé por detrás, rodeando mis brazos.

-Te protegeré. Los protegeré. No dejaré que nada les pase -dije con tono desesperado. Lo apreté suavemente. Su cuerpo se tenso, pero luego se relajó. -¿Vegas? ¿Qué ocurrió ahora? preguntó suavemente. No contesté. Pareces un niño.

Se giró hacia mí, y comenzó a examinarme el rostro con preocupación, buscando el motivo de la cual estaba actuando extrañamente.

Si el supiera....

-No es nada. Solo he bebido algo. - Traté de actuar como el idiota que siempre era. Sin embargo, no pude.

-No hueles a licor. Ahora me dices que mismo pasó. Kinn no tarda en bajar de bañarse -exigió con una ceja alzada-. ¿Qué pasó?

Silencio.No quería decirle, no quería que se preocupara. Quería que pasara el embarazo tranquilamente sin ninguna novedad que lo pueda preocupar.

Abrí la boca para decirle algo, pero una presencia me detuvo.

-Oh Dios mío. ¿Te gusta, porsche? inquirió Pete, quien estaba parado enfrente de nosotros.

Por un momento, deseé que desapareciera de mi vista.
No tenía ganas de tratar con el.
Y tampoco tenía ganas de explicarle mis sentimientos.

ERES MI ALPHA (vegaspete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora