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VEGAS:

Sí, fue una mala idea salir escapando de su cuarto. Fue mala idea, dejarlo solo en su departamento. Tenía que estar a su lado, y no salir escapando como un cobarde. Debía de aceptar la nueva realidad que me rodea; caso contrario, íbamos a resultar heridos sentimentalmente.

El era mi mate.

Tawan quedó en el pasado, tenía que aceptarlo.

Pero dolía, y mucho más ahora que el peso de la culpa estaba presente en mi pecho, aplastando todo a su paso. El remordimiento era un puñal que se incrustaba en mi alma y me dejaba sin aire.
No solo era nuevamente mi culpa; sino que estaba viendo de nuevo como mi otra mitad, estaba inconsciente y sangrando. Desde que sentía esa punzada de mal augurio en mi corazón, tuve que salir disparado para el departamento de el, pero no lo encontré. Eso desató el miedo que suscitó en mi pecho, no iba a perder de nuevo a alguien.

No lo iba a permitir.

Me transformé en lobo y vine hasta aquí, para encontrarlo justo en el momento que lo tiraron. Mi cuerpo tomó forma humana, y así, pude salvarlo, aunque la herida de bala estaba latiendo en mi cuerpo.

Lo mataría, iba a desatar la guerra entre las dos manadas. Destrozaré cada parte de él, y luego seguirán sus séquitos.

-¡Resiste! ¡Maldición, resiste! intenté por todos los medios, salir a flote con el. La corriente nos llevó hacia el otro extremo. Escuché como aquellos tipos corrían a medida que nos alejábamos, solo para seguir disparando. Ellos querían vernos muertos.

Otro disparo, y este fue directo a mi brazo derecho.

No lo iba a soltar por nada del mundo. No perdería a alguien de nuevo; esta vez lo salvaría aunque me costara la vida.
Me sumergí con el en mis brazos, y comencé a nadar con rapidez. No podía perder tiempo, tenía que desaparecer de la vista de los agresores. La corriente nos llevó cuesta abajo, hacia el territorio de mi manada, los tipos desaparecieron cuando vieron que ya no nos encontrábamos en la superficie.

Saqué a Pete; enseguida lo llevé a la orilla, había tragado demasiada agua. Y eso no era buena señal. Lo recosté sobre el pasto seco, y sin importar lo desnudo que estaba, comencé a ver que parte de su cuerpo estaba herido.

Un golpe, y una herida de bala.

Malditos desgraciados.

Coloqué su cabeza en forma correcta, y comencé el RCP. Conté las veces y nada. Ningún signo de estar con vida, eso mandó un sentimiento de terror a mi cabeza.

-¡Pete! ¡Despierta! ¡No estoy de broma! -dije en voz alta con el en mis brazos. Y nada, ningún signo para saber que estuviera consciente -. ¡Maldición, Pete! ¡Despierta!

Nada.

Solo se podía escuchar el ruido del viento pasar por el lugar.

Mi cuerpo comenzó a temblar, lo arrimé a mi pecho y todas las imágenes de Tawan vinieron a mi cabeza. Ahora entendía lo que sintió mi hermano al intentar proteger a mi mate, y yo solo le di la espalda.

Nunca me perdonaría por ello.

-Pete, por favor.... -rogué en un susurro, apretando su cuerpo contra el mío. No mueras. Yo... aún no te digo lo que siento. Por favor.... Pete.....

Apreté los dientes.

¿De nuevo perdería a mi mate? ¿Mi destino era estar solo?

Y sería mi culpa. Sí, de nuevo cargaría con un peso en los hombros.

-¡Vegas! -Escuché unos pasos aproximarse hasta mí. ¡Oh cielos! ¡Pete!

Era Porsche con mi hermano a su lado. Algunos integrantes de la manada Arcanos, aparecieron de la nada. Todos vinieron hacia nosotros.

Yo seguía algo ido, no podía moverme. Tenía aferrado a Pete contra mi pecho, sintiendo el frío de su cuerpo.

-El está muerto. Yo lo maté. Fue mi culpa, de nuevo perdí a alguien a quien quería -murmuré con la mirada hacia Porsche. El abrió los ojos sorprendido y jadeó, cayendo de rodillas a mi lado.

-No. Pete no debe estar muerto. ¡No debe estar muerto! -Comenzó a llorar, tocando una de sus manos-. ¡Pete despierta! ¡Soy yo, Porsche! ¡Despierta!

Nada.

Mi hermano lo intentó tomar entre sus brazos, pero el lo rechazó.

-¡Pete! ¡Pete! -Lo movía suavemente para que reaccionara, pero nada. Oh no, por favor. Tú eres mi mejor amigo, idiota. ¡Estamos juntos desde la secundaria! ¡Estuvimos en los momentos más difíciles! ¡No ¡Maldición, Pete! no me hagas esto!
Su llanto se escuchó por todo el lugar. Mi hermano dio la señal para que tomaran el cuerpo de Pete de mis brazos, mientras que separaba a Porsche del cuerpo de su mejor amigo.

-¡Suéltame, Kinn! ¡Te dije que me soltaras!- pataleo intentando zafarse sin resultado alguno. ¡Pete!

Uno de los hombres intentaron tomar el cuerpo de Pete, pero no podía apartarlo de mí. Lo sujeté contra mi pecho, sintiendo como algo caliente rodaba por mis mejillas.

-No lo toquen, el es mi mate. Quiero estar junto a el, quiero..... Bajé la mirada hacia Pete, y miré por primera vez, lo que era tener a una persona desfallecida en mis brazos. Con Tawan no pude hacerlo.

El doctor de la familia vino corriendo hacia nosotros, trayendo consigo los instrumentos.

Una toalla cubrió mi cuerpo, y uno de los hombres lo alejó de mí, para ponerlo en posición dorsal, así poder hacer los debidos cuidados básicos.

-No tiene pulso -murmuró el doctor, ubicando sus aparatos que trajo los enfermeros de la familia-. Debemos de actuar rápido.

No, ya no podía pensar en nada.

Mi mirada estaba fija en el, quería verlo abrir los ojos y escucharlo insultar mi nombre. Quería decirle que lo sentía con todo mi corazón, que todo lo que dije fueron tonterías.

Quería decirle que el era mi mate.

Mi otra mitad, que la Diosa Luna me dio la oportunidad de encontrarla a tiempo.

-Te quiero, Pete -susurré con voz de hilo. Apreté los dientes, y lloré en silencio. Los versos de aquellos libros que leía mi hermano, tomaron sentido. Recién me daba cuenta mis sentimientos hacia el. Era un idiota, un gran idiota.

Escuché el llanto de Porsche, y sentí la agonía que sufría mi lobo. De nuevo, iba a perder a mi mate.

De nuevo.

ERES MI ALPHA (vegaspete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora