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VEGAS:

El aspecto fácil de mi hermano era fatal. Tenía ojeras en sus ojos, y toda su expresión estaba decaída, demostrando lo doloso que estaba al respecto del secuestro de su mate. Lo entendía a la perfección, entendía ese sentimiento desesperante que nacía dentro del corazón. Era demasiado asfixiante, y demasiado angustiante.

-Lo encontraremos. Mis hombres están rodeando todo el terreno de la manada Razors -dije suavemente. Él solo asintió suavemente con la cabeza, no tenía ganas de mover sus manos para hablar-. El estará bien Lo  juro
Podía sentir su angustia. Después de todo, éramos hermanos.

Unos pasos se acercaron a nosotros. Olfateé y reconocí un olor demasiado cálido acercarse. Mi madre apareció ante nosotros. Ambos nos pusimos de pie por su sorpresa inesperada, era la primera vez en meses que salía de su agujero.

-Estoy enterada de lo sucedido. Han secuestrado a Porsche -habló nuestra madre, mirándonos. Enseguida pude apreciar su estado físico, tanto de peso y ánimo. Había bajado de peso, demasiado que lucía demasiado demacrada, apreciando sus huesos sobresalientes.

-Mamá...

-Mi amor. -Abrazó a mi hermano
fuertemente, comenzando a sollozar -. Lo siento por no salir de la habitación. La muerte de vuestro padre, me llenó de depresión, solo quería estar sola para lamer mis heridas y mi pérdida.

-Te entendemos en eso, mamá dije, acercándome a ella. Acaricié sus hombros, ambos la abrazamos cálidamente. Yo sé perfectamente lo que se siente perder a tu otra mitad. No debes disculparte.

-Quería estar al lado de Porsche para ver su embarazo. Y justo cuando me había decidido salir, escucho lo sucedido por las empleadas. -Se separó de mi hermano y nos abrazó a los dos. Mis lindos amores, mamá se ha comportado muy mal con ustedes. A pesar que son adultos; para mí, ustedes siempre serán mis cachorros que tanto amo.
Nos llenó de besos, tanto que ambos sonreímos.

Las madres de los hombres lobos, siempre eran protectoras, cariñosas y apegadas a sus hijos.
Y mi madre era una de ellas. A pesar de no estar al lado de nosotros todo este tiempo, siempre estuvo pensando en nosotros, intentando curar sus heridas por la pérdida de su otra mitad.

-Haremos todo lo posible para recuperar a Porsche, mamá. Yo como alfa de esta manada, me encargaré de esto -sentencié decidido. Ella me acarició suavemente el cuello. Sentí su apoyo en esa caricia etérea.

Mi chico apareció, haciendo que nos separemos de nuestra madre. Su rostro era todo un caso, tenía plasmado varias emociones, que podía sentirlas danzando en mi pecho.

-No quería interrumpir. Es un gusto de conocerla. -Saludó amablemente. Nuestra madre lo miró y le sonrió-. Soy Pete, el mate de su hijo Vegas.

-Oh vaya. Eso también había escuchado. Al principio no sabía si era verdad, pero viéndote en este momento..... Fue hasta el y le di un cálido abrazo, me alegra saber que mi pequeño tiene a su pareja a su lado. Miré como se despedazaba cuando perdió a Tawan. Y viéndote en este momento, me llena de mucha alegría.

-Gracias, Sra...

-Victoria, querido. Es un gusto de conocerte Pete. Sería un buen ambiente si también estuviera Porsche. -Miró hacia mi persona y sonrió tristemente-. Lo siento por no estar en la ceremonia de lazo y en tu nombramiento como alfa, cariño.

-No te preocupes por eso, mamá. Lo bueno es que al fin puedo verte salir de ahí.

Ambos nos quedamos mirando, compartiendo ese sentimiento cálido que siempre me había transmitido mi madre. Ella siempre nos mimó por igual, siempre protegiéndonos de los severos gritos que nuestro padre, por enseñarnos a usar un arma. Mi hermano nunca le había gustado tocar un arma; aunque si sabía manejarla.

El saber y el querer.

-Perdón por interrumpirlos. Solo que vine a decir que uno de tus hombres está en tu estudio -dijo Pete. Todos nos tensamos. Sobre menos, mi hermano que no dijo nada y salió disparado hacia la dirección que había dicho mi chico-. ¿Vegas?

-Quédate con mi madre, iré a ver qué información me ha traí...

-Yo iré allá -dijeron en conjunto mi madre y Pete. Ambos se quedaron mudos y ambos se miraron.

-Bien, bien. Como digan. Solo que no hagan ninguna tontería -Lo último enfaticé con la mirada hacia Pete. El solo frunció el ceño como respuesta. No se diga más. Vamos.

Nos dirigimos hacia mi estudio. Pete estaba callado y demasiado tenso. Todo lo que había dicho referente a Porsche, era demasiado profundo. Ahora entendía por qué eran mejores amigos. La reacción de Porsche al ver a Pete mal, la reacción de mi chico al saber que su amigo fue secuestrado.

Ambos eran demasiado unidos.

La puerta estaba abierta por la entrada súbita de mi hermano. Lo primero que vi fue a mi hermano sostener el cuello de uno de mis hombres, este tenía el rostro lleno de pánico. Hasta podía escuchar el gruñido de parte de mi hermano mayor.

-Hijo mío. ¿Qué pasa? -preguntó nuestra madre, yendo hacia él-. ¿Por qué estás así? ¿Qué sucede?
No lo sé. Solo sentí como me sujetó del cuello. Estoy intentando que me suelte, pero él....

-Hermano, suéltalo. Él nos dirá la información que necesitamos -dije con tono demasiado convincente, intentando calmarlo-. Hermano...

Nuestra madre, lo acarició y le dijo tiernas palabras. Ahí recién lo soltó, haciéndolo respirar aliviado. Era normal comportarse de esa manera; en su caso, hacía rato estaría golpeando al tipo para que diga algo.

-Habla. Somos todos oídos demandé.

Carraspeó para soltar la información.

-Encontramos su olor. No viene de la mansión de la manada Razors, sino viene del otro extremo de esta. Estamos seguros, que se encuentra en la fábrica abandonada.
-¿Fábrica? ¿Estás diciendo que puede que esté en esa fábrica de textiles que los humanos crearon hace años?

-Sí.

Apreté los puños y golpeé la pared.

-Humanos. De nuevo escucho eso. ¿Por qué justo ahora? ¡Tenemos un acuerdo con ellos! ¡Un acuerdo que no puede ser roto! -grité, fuertemente. Pete dio un sobresalto y me dio una mirada demasiado confundido-. Algún humano lo está ayudando.

-Es demasiado probable.

-Encárguense de rodear el perímetro. Lo encontraré y lo mataré con mis propias manos -sentencié con la ira rodeando mi pecho-. No irás solo.
Mi hermano quedó quieto. Sabía sus intenciones, la desesperación podía con todo.

-Yo iré con ustedes. Ayudaré en lo que sea. Y no quiero un NO como respuesta -dijo Pete con tono gélido -. Iré contigo, Vegas.

No dije nada.

Solo respiré profundamente,
intenté controlar a mis emociones
que estaban vivas y estaban
carcomiendo mi razonamiento.

-Bien. Pero ya te dije, no te separarás de mí.

-Déjamelo a mí.

Bufé. Salí de ahí con el y mi hermano a mi lado.

Ojo por ojo, diente por diente.

ERES MI ALPHA (vegaspete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora