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PETE:

-Basta, Pete. Deberías ver de otro punto de vista, Vegas no lo hace por mandarte, debes...

-Déjalo, Porsche. Tu amigo siempre tendrá la cabeza hueca -dijo el nombrado. Se limpió la sangre de su labio partido. El latido de mi mano indicó el dolor que iba a tener luego de alejarme del idiota.

De seguro la voy a vendar.

-Así que todo resuelto, me iré de aquí. Gracias por todo. -Di la media vuelta, nuevamente para irme, pero no pude. Un brazo me jaló y choqué contra algo duro-. Que mierda...

-No te irás de aquí. No, hasta resolver todo esto.
-¿En serio? Pues déjame decirte que no estás en lo correcto. -Intenté apartarme, pero no pude, su garre era firme y demasiado fuerte-. ¡Suéltame idiota!

-No.

Me fijé en él, y solté una sonrisa ladeada.

-¿No decías que tu único mate es el dichoso Tawan? ¡Pues vive encerrado para siempre con el!

-¡Cállate! Si sigues hablando mal de el, te juro que...

-¿Qué? ¿Qué harás? ¡Solo tienes ojos para una persona que ya murió! ¿Cuándo podrás salir de eso? ¿Cuándo aceptarás que debes dejarlo ir? ¡¿Cuándo?!- grite!fuertemente.

Todo quedó en silencio.

Y lo sentí.

El dolor directo en el pecho, que hizo que abriera la boca y me quedara sin aire. Todo dentro de mí, se movió de una manera dolorosa. Podía sentir el dolor en toda su grandeza, algo cálido cayó por mis mejillas.

Abrí los ojos por completo, y lo miré. Ambos nos miramos sorprendidos. Nunca en mi vida había sentido esa emoción de tal magnitud, las lágrimas caían a mi pesar.

-Lo siento.

-susurró Vegas suavemente. Tomó mi muñeca y me jaló suavemente hacia él. Su olor masculino fue directo a mi nariz y una calidez me rodeó por completo - Debes quedarte aquí, no quiero que te pase nada malo.

Sí. Eso quería escuchar, no sus estúpidas palabras hirientes.

-Sí.

Nos quedamos en silencio. Cerré los ojos y me dejé envolver por esa calidez. No importaba nada, ni que nos estuvieran mirando, ni la ira que había desaparecido por completo.

Solo estábamos él y yo. Y con eso bastaba.
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VEGAS:

Por un lado, todavía estaba el misterio del por qué podía sentir sus emociones. ¿Un mate? ¿Por qué tendría otro mate? Pensarlo me causaba tristeza y felicidad. Encontrar a mi otra mitad, encontrar a mi pareja que me ayudaría a liderar a mi manada, era emocionante, hermoso y único.

Tawan.

No podía olvidarlo, ¿cómo olvidarlo? El fue todo para mí. Abrí mi corazón por completo, soñé un futuro con el. No podía olvidarlo de la nada, no podía. Mi corazón no quería, y yo no podía.

-Llegamos. Ahora entra y quédate a dormir. Necesitas recuperar energía -dijo Pete, sacándome de mis pensamientos internos. Lo quedé mirando por un momento, ¿podía ser mi nuevo mate? ¿Podía tener a alguien a mi lado hasta mi muerte? -¿Qué?

-Necesito pensar.

Resopló-. Eso lo sé, idiota. Ahora entra y descansa.

-Necesito pensar, pero en este
momento quiero que te quedes a
mi lado -declaré con sinceridad.

Quedó estudiándome por unos
segundos como si estaba
considerando mis palabras-. ¿Por favor?
Eres un lunático, Vegas. Primero, te declaro mis sentimientos; segundo, nombras a tu viejo amor, y tercero, quieres que esté a tu lado -Arqueó una ceja y sonrió de medio lado-. No me gustan los jueguitos, ya no estoy para eso.

A mí me encantaba jugar, solo que en este caso, lo estaba diciendo muy en serio que daba miedo.

-Aún no sé, si tú eres mi mate. Yo... solo pensar que te puede pasar algo, siento algo en el pecho. Creo que yo...

-Tú estás confundido. Debe ser eso. -Abrió la puerta de mi cuarto y me empujó suavemente hacia atrás-. Descansa, luego hablaremos de este tema.

No, no quería dejarlo ir. El corría riesgo de volver a pasar lo mismo.
-¿Dónde irás? Debes quedarte aquí, te pueden buscar y atrapar. Este sitio es más seguro que los demás, –La desesperación de mi pecho, aumentaba cada vez que le hablaba -. Quédate a mi lado.

Nunca fui insistente con las personas. Ellos siempre me buscaban a mí para complacer en labores carnales. Pero con el, era diferente, se estaba volviendo demasiado sentimental y profundo.

-Chico voluble. Está bien, me quedaré contigo y....-No lo dejé hablar, ya que le tomé de la cintura y nuevamente lo acerqué a mí. Ambos nos miramos fijamente, sumergiéndonos en la mirada del otro.

Mi corazón latió, convirtiéndose en un remolino de emociones que venían y se iban.
Mi lobo se movió inquieto dentro de mí, demostrando el interés que tenía con el chico que estaba en mis brazos.

Olía deliciosamente, cada vez más fuerte.

-Un poco, solo un poco -susurré para mí mismo. No dije más y lo besé, sus labios eran suaves, dulces y glotones. ¿Por qué no me di cuenta antes? ¿Por qué tenía que recién sentir estas emociones fuertes?

Lo escuché suspirar en mis labios, no esperé más y lo acerqué más a mi cuarto, entrando y cerrando la puerta con el pie. Aún me dolían las heridas, pero no tanto para no poder estar de pie y hacer ciertas cosas.
Mis manos acariciaron el contorno de su cuerpo, bajando y subiendo, sintiendo su respiración acelerada y el estremecimiento de su cuerpo con el mío.

-Vegas... -murmuró en mis labios sin dejarme de besar. Aproveché el momento para meter mi lengua, ambos comenzamos a besarnos con una pasión abrasadora. Todo mi cuerpo despertó, deseando por ese contacto más íntimo.

Lo deseaba tanto.

La lujuria estaba multiplicada por dos.

-Espera...

-Quiero tenerte -farfullé, mordiendo suavemente su labio inferior-. Te deseo tanto.

Metí mi mano por debajo de su suéter, buscando uno de sus hermosos pezones. Aparté su suéter y al fin pude tocar lo que tanto quería.

El soló soltó un gemido y yo me moví en su cuerpo.

-Espera, Vegas...

-No ahora, no en este momento. Bajé a su cuello y lo lamí. Y de un movimiento, saqué su suéter con destreza, lanzándolo a un lado. A mi vista aparecieron sus hermosos pezones.

Exquisito.

ERES MI ALPHA (vegaspete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora