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PETE:

Estaba alrededor de varios hombres lobos. Una parte de ellos, estaban transformados en lobos, otros estaban en su forma humana, Vegas era parte de estos. Por primera vez, venía para ver un enfrentamiento entre manadas. ¿Estaba nervioso? Lo que me ponía nervioso, era la condición que estaba mi mejor amigo. Solo quería verlo sano y salvo. Sabía perfectamente que cuando lo viera en condiciones favorables, todo mi estrés y mis miedos, se esfumarán rápidamente.

Kinn estaba en su forma de lobo, su color negro lo hacía diferente a los demás. De vez en cuando, alzaba su nariz y olfateaba para encontrar cualquier señal, que tuviera que ver con Porsche o con los enemigos; parecía el líder en el grupo de lobos, mientras que Vegas lideraba el grupo de hombres.
-No entiendo por qué te sumaste, mamá -replicó Vegas a un lado de mí -. Le dije que solo Pete venía, no tú.

-Necesito proteger a mis chicos, además Porsche está embarazado. Mi nieto está ahí -explicó su madre a medida que caminábamos-. Forma parte de la manada Arcanos, así que me puedo defender a la perfección. No soy un ser humano normal.

-No deberías estar aqui eres una mujer mamá.-

Oh Dios mío. No me digas. Ahora te pones a mirar a las mujeres como algo débil, que no podemos defendernos con uñas y dientes refuto su madre con ganas de golpearlo en el estómago. Él solamente soltó un suspiro.

-Deberías ver de otro punto de vista. Estos trabajos son para hombres lobos.

-Deja de soltar palabras machistas. No necesito saber que los hombres lobos nos ganan en fuerza. Estoy aquí y punto. Quiero ver a mi Porsche, sano y salvo.
-¡Todos lo queremos! Solo que no podré estar tranquilo con ustedes dos a  mi lado -Dio una mirada rápida a su madre y a mí—. Sería mejor que no estuvieran aquí.

-Sigue hablando y te golpeo.

Él negó con la cabeza.

-Siempre eres un cabeza dura dijo el idiota. Apreté los dientes, no tenía ganas de discutir con él. Así que solo no le hice caso y, seguí caminando como un niño bueno. Su madre solo estaba mirándonos con una sonrisa.
A medida que caminábamos, se podía apreciar el lodo adherido por todo el suelo. Parecía un bosque con arbustos, árboles y el lago que estaba a un lado de nosotros. Los hombres que trajo Vegas, estaban armados, así que cualquier cosa extraña, ellos comenzarían a disparar.

-Me recuerdan, a Korn y a mí. Al principio siempre peleábamos, pensé que era odio lo que sentíamos. Sin embargo, no fue así -habló la madre de los hermanos. Su voz estaba cargada de mucha tristeza-. Al fin nos enamoramos, y tuvimos unos bellos hijos.

-Mamá...

Sí.

Así llamábamos a nuestro pingüinito.

Ella lo había tenido, hasta formó una familia con él, naciendo unos bellos hermanos.

Ahora sabía, donde había heredado Kinn, los ojos heterocromicos que poseía. Su madre. La madre de los hermanos, tenía unos hermosos ojos de colores, dándole el toque de belleza en su rostro. Y no solo eso, sino su cabellera, la cual la tenía recogida en un lazo, estaba llenos de bucles que le caían como cascada en su espalda.
Una hermosa mujer.

-Estamos rodeados -susurró uno de los hombres de Vegas. Todos quedamos quietos, escuché los gruñidos de los lobos, y el de Vegas a mi lado.

-No te separes de mí -demandó.

No dije nada, y solo comencé a mirar por todas las partes. A simple vista parecía todo tranquilo, como si no hubiera ningún indicio de presencias. Olfateé, intentando captar un olor. Aunque sabía perfectamente, que en mi caso, era imposible. No formaba parte de su gremio, solo era un chico normal.

Sin embargo, capté un olor peculiar.

¿Café? ¿Perfume? Era algo dulce.
Olfateé más, y alcancé a percibir un olor familiar.

-Porsche murmuré sorprendido.
Unos lobos desconocidos aparecieron enfrente de nosotros,
juntos con otros hombres que
estaban vestidos de guerrilleros.
La manada Arcanos, se puso en guardia. Los lobos comenzaron a gruñir a los enemigos, mientras que los hombres sacaban sus armas y comenzaron a apuntar.

-Me conocen como el asesino más eficaz en su trabajo. Por eso que me contratan para ciertas cosas. Esta vez me están pagando más de lo debido -dijo un tipo, apareciendo. Su aspecto era demasiado áspero, le rodeaba un aura demasiado espesa. Era similar a...

-Eres un humano -objeto Vegas entre dientes-. ¿Qué hace alguien como tú en este lugar?

-Soy asesino a sueldo. Sé de ciertas cosas, que un ser humano no lo sabe. -Se encogió los hombros. Mi mujer murió por uno de ustedes. Al principio no lo creí, pero cuando vi a un monstruo transformarse, pude creerlo.

-Tú estás ayudando a una manada. Los humanos no deben meterse en esto.

Carcajeó

-No deberías decir eso. Más bien, hubieras preguntado sobre la muerte de mi mujer.

-¡Nosotros no matamos humanos! -gritó Vegas encolerizado-. Hay reglas, pactos entre nuestra especie con la tuya.
Aquel hombre, sacó un arma de un lado de su cuerpo, y apuntó hacia mí, dejándome helado.

-Un humano en medio de un grupo de hombres lobos. Parece ser que tampoco son de tu especie. ¿Me equivoco?

Vegas gruñó y me puso detrás de él, como un escudo para protegerme de cualquier cosa.

-No deberías de estar aquí. Este conflicto no te incumbe. Saldrás muerto. -Vegas empezó a ponerse demasiado tenso, podía sentir su ira circulando por todo mi cuerpo, queriendo matarlo, sintiendo la impotencia de no poder hacer algo en ese preciso momento.
-Las armas son muy fáciles de usar. Pensé que la plata los mataba, pero.....-Disparó hacia uno de los hombres de Vegas, este gimió y cayó al suelo herido.Siempre se recuperan.

Todos estaban en un estado inmutable. Como si nada hubiera pasado, incluyendo la madre de los hermanos. Mientras que yo, estaba algo nervioso y asustado por las armas que estaban apuntando sobre nosotros.

Debes correr de aquí.

Abrí los ojos asustado. Podía escuchar la voz de Vegas dentro de mi cabeza, no era la primera vez que hablaba telepáticamente, pero tampoco lo hacía siempre.

¿Correr? ¿Y tú?

No te preocupes por mí. Nosotros estaremos bien. Debes ir a buscar a Porsche. Cuento contigo.

Apreté los labios. Tenía que obedecerlo, él sabía más de la situación. Mandé una orden a mi cuerpo para que se moviera y cumpliera a su mandato.

Corre! -gritó Vegas. No faltó de
nada más para acatar a su mandato.
Así que corrí, lejos de todos. No
miré atrás, solo escuché los disparos y los gruñidos.

Unos lobos comenzaron a perseguirme, pero no importó. Seguí con lo mío.

Corrí y seguí corriendo, sintiendo el suelo lodoso. La maratón no la estaba ganando, sino los lobos que saltaron encima de mí, poniéndose como una barrera.

ERES MI ALPHA (vegaspete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora