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VEGAS:

Al fin dejé salir lo que tenía en el pecho incrustado como una garrapata chupando mi vil existencia. En el mismo momento que lo vi frío en mis brazos; todos sus recuerdos, inundaron mi mente, mostrándome la verdad de mis sentimientos. Sentía algo profundo hacia el, ya no podía negarlo. La conexión que teníamos era única; su fragancia y su cercanía, me estaban volviendo loco.

Lo quería.

Lo necesitaba a mi lado.

Y no lo iba a dejar solo en ningún momento, lo protegería con todo mí ser. Nadie le tocará ni un solo pelo.Debes explicarme muy bien ese tema. No entiendo a lo que te refieres -indicó con la mirada confusa-. ¿Soy tu mate? ¿Y Tawan? ¿No decían que los hombres lobos solo tienen un mate o pareja destinada de por vida?

-Lo tenemos.

-¿Y entonces? ¿Cómo explicas la barbaridad que me estás contando? -inquirió con el ceño fruncido-. No entiendo nada.

Ni yo entendía.

Pensé siempre estar solo. No tener a nadie más a mi lado, pero al parecer la Diosa Luna no quería eso. ¿Qué más podía haber sucedido para tener otro mate?

Aspiré y me llevé ese olor a limón con almizcle. Un olor demasiado peculiar.
El solo me miró como si estuviera loco.

Quedó en silencio, como si estuviera conversando con el mismo internamente.

Era normal, no lo juzgaba, yo también estaba en el mismo estado que el. No sabía cómo tratarlo, no sabía que decir, ni que rumbo tomar. Hacía años que no tocaba a nadie con delicadeza, ni le hablaba palabras de cariño.

Parecía primerizo.

-Esto es demasiado espeluznante. Es como si me dijera que tengo una joroba en la espalda. Caso que nunca la he tenido. -Se tocó la frente y me miró-. Soy tu mate.

-Sí.

-¿No lo fue Tawan?

-Así es. Ahora tú eres mi mate.

Sonrió de medio lado y soltó un bufido cargado de sorna.

-Estoy pensando que estás bromeando conmigo -Arqueó una ceja. Al mirar que expresión tenía, solo me quedó reírme—. No estoy de broma.

—Ni yo.

-Entonces no te rías -amedrantó. Tosí para dejarme de reír, y le sonreí sinceramente-. Esa sonrisa parece a la de tu hermano.

-Somos hermanos.
Buen punto- Respiró profundamente y dio una mirada por todo el lugar-. Necesito saber ciertas cosas de tu pasado. -Me miró seriamente, sabía que estaba tocando tema tabú para mí-. Si soy tu mate, debes decírmelo.

No quería recordar mi pasado.

Ni tampoco quería hablar de ello. Pero mirando como estaba, y que palabra dijo, tuve que soltar lo que tanto me costaba superar.

-Está bien, te lo contaré todo -dije
a mi pesar. Me ubiqué en el
asiento y llevé un suspirar para mis adentros.
Me pesaban las palabras. ¿Por
dónde empiezo?

-Por donde quieras. Con tal que digas toda la verdad sobre la muerte de tu antiguo amor.

-Antiguo amor. Sí, el lo fue. Todo para mí -Sonreí tristemente al recordarlo. Tawan murió en el lago, estando con mi hermano mayor. Él intentó protegerlo; sin embargo, no pudo hacerlo. La corriente del lago se lo llevó. -Mi corazón comenzó a doler, y los recuerdos a molestar-. Lo busqué por días, semanas, meses. Pero no lo encontré. Su cuerpo desapareció del lago, encontrándolo años después.

-¿Por qué? ¿Por qué el estaba en el lago?

-El quiso pasear por el lago, y mi hermano aceptó. Así que, en medio de la tranquilidad, aparecieron unos enemigos, y comenzaron a disparar. Mi hermano no tuvo más remedio que saltar al agua con el. Así que...

-Se le fue de las manos -completó Pete con el rostro compungido-. Lo lamento.

Negué con la cabeza.

-Yo tuve la culpa por no llegar a tiempo. El me llamó en el último momento, pero no pude alcanzarlo. -Apreté suavemente las manos-. Mi hermano cargó con el peso. La manada lo juzgó por ello, otorgándole el castigo de herirlo para siempre.

-¿Qué dijiste? ¿Herirlo? ¿A Kinn?

Me moví un poco en el asiento y lo miré fríamente, recordando aquella ceremonia de castigo.

-Le quitaron la voz. Lo culparon de la muerte de Tawan, y ese fue su castigo. Tomó un ácido que hizo quemar sus cuerdas vocales para siempre. Mi hermano podía hablar a la perfección, pero luego de eso, ya no lo volvió hacer. Y yo, no pude hacer nada. ¡Nada!

El abrió los ojos sorprendido. Su rostro se contrajo, recorriendo el dolor en su expresión fácil. Hasta pude sentir las emociones que suscita de su pecho; la ráfaga de pena y dolor, me abofeteó. No solo eso, sino los recuerdos de esos días. Cada maldito día fue un infierno, no podía quitarme la voz de Tawan en mi cabeza. Hasta el día de hoy, seguía latente su voz repitiéndose muchas veces.

Tuve la culpa de todo.

Por no ser fuerte.

Por no ser capaz de hacer algo por mi hermano.

Por todo.

Me culpé y seguiré culpando de todo. Nunca iba a vivir tranquilo, sin tener ese pecado clavado en mi corazón, que seguía rasgando poco a poco mi corazón.

-Lo siento, Vegas -susurró el con una mirada hacia mí. Estaba llorando en silencio, llorando por mi dolor-. Pero tú no tienes la culpa de nada.

-La tengo. No supe defender a mi hermano, no pude sacar cara por él. ¡Es mi hermano mayor! Tenemos una conexión demasiada fuerte. Lo quiero a pesar de todo, pero.... No pude hacer nada por él. No pude hacer...... -Algo caliente rodó por mis mejillas, de nuevo estaba saliendo a la luz, lo débil que era. Mis sentimientos manifestando se de una manera despiadada. Este era yo, el verdadero yo que siempre traté de ocultar de todo. Era un niño.

-Vegas, mírame.

-No quiero.

-Eres un idiota.

-Lo soy.

Escuché como soltó un suspiro. Sentí su mano sobre mi cabeza, la sobó como si fuera un niño. Sonreí levemente, eso hacía mi padre cuando era un niño de cinco años de edad.

-Te quiero con todo mi corazón. Estoy enamorado del hombre que eres, del hombre lobo que te muestras en este momento. No debes ocultar tu verdadero ser, solo para castigarte a ti mismo. ¿Acaso eres un Dios para no equivocarte? ¿Manejas a la muerte? Pues no; el destino de tu antiguo amor, ya estuvo marcado desde el principio. —Su voz era un susurro suave que viajaba a mis oídos, endulzando mi corazón-. Todos tenemos equivocaciones, a puesto que tu hermano ya te perdonó.

-Igualmente, yo...
No tienes la culpa de la muerte de Tawan. Debes perdonarte, Vegas. Mírate al espejo y habla contigo mismo. Ya es tiempo que lo hagas, no te condenes injustamente declaró con su voz sedosa. Alcé la mirada y me encontré con un par de ojos oscuros que estaban llenos de calidez-. Debes perdonarte, Vegas. -

-Te quiero, Pete.

-Yo también te quiero mucho palmeó suavemente el colchón, invitándome a su lado. No esperé más y me recosté a un lado de el, poniendo mi cabeza sobre su hombro-. Eres un niño.  -

-Lo soy.

No dijimos más.

Quedamos en silencio, disfrutando de la compañía mutua.
Al fin le había dicho la verdad, y eso me llenaba de alivio.

Luego del acontecimiento, decidí dejarlo descansar. De vez en cuando, lo visitaba para conversar un poco y molestarlo, solo para ver su adorable rostro contraerse de la ira. Me gustaba ver las expresiones de los demás, y eso nunca cambiaría.

Y en este momento, estoy sentado en mi estudio con una visita muy interesante.

Después de ver herido a Pete; ordené buscar por todos los rincones del territorio de la manada Arcanos, algún integrante de la manada enemiga, encontrándome con una sorpresa muy inesperada.

Ojo por ojo. Diente por diente.

ERES MI ALPHA (vegaspete)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora