NINE

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Daegu.

Su mano derecha sostenía un cigarrillo, mientras expulsaba el humo por su boca.

Su humor no era precisamente el mejor de estos momentos, y todo gracias a un tipo de mala vida que le trajo disgustos agrios desde hace días atrás.

No estaba tranquilo y no iba a estarlo, hasta encontrar al jodido imbécil que arruinó su mercancía de alta calidad.

— ¡Jefe! —llamó un chico, algo agitado de tanto correr. Llamando así la atención de su superior.

— ¿Que quieres?

— Llegaron los fortachones. —avisó, mientras controlaba su ritmo de respiración.

— Hazlos pasar. —respondió el mayor, tirando el cigarrillo usado en el suelo para después pisarlo con la punta de su zapato.

El joven al oír la orden de su jefe, no tardó en avisar a unos de sus compañeros para que abriera la puerta principal.

Solo pasaron unos cuantos segundos para luego observar a cinco tipos de lo más desanimados y algo temerosos al encontrarse con su superior.

— ¿Donde está? —preguntó cruzándose de brazos, demostrando frialdad y soberbia.

Los tipos se miraron entre ellos con temor, sin saber cuál de ellos iba a tener el valor suficiente para responder.

— ¡DIJE DONDE MIERDA ESTÁ!

Un sonido de un disparo se escuchó, haciendo que todos se pusieran tensos en ese preciso instante.

— J-Jefe...

— ¡Habla bien hijo de puta! —gritó con rabia, harto de que sus trabajadores no dijeran nada.

— No lo encontramos. —soltó uno de ellos con rapidez, casi sin entenderse.

Aunque sus palabras fueron rápidas, el hombre logró descifrarlo. Incrementando así su ira y su cólera que lo tenía intacto desde hace días.

— Malditos inservibles de mierda. —insultó el jefe, apretando sus dientes con fuerza. Sus nudillos se volvieron blancos al momento de hacer puños con las dos manos.

Estaba molesto y mucho.

— ¡SOLO LES PEDÍ UNA MALDITA COSA, Y NO PUDIERON HACERLO!

— Jefe.

— ¡CÁLLATE! —interrumpió el mayor, haciendo que el tipo cerrara los ojos con fuerza, esperando no ser castigado.— Son una porquería que no me sirven para nada, y como la porquería asquerosa que son, se van a ir al mismísimo infierno. En donde siempre pertenecieron.

Los tipos levantaron la cabeza, esperando que no haya sido verdad lo que dijo su jefe.

— ¡Ustedes! —señaló el superior a unos tipos con impecables trajes, quienes se encargaban de la seguridad del mayor.— Prendan con fuego a estos perros de acá y no olviden grabar todo para mí colección de videos ¿Quedó claro?

— Si jefe. —respondieron con una voz grave y casi ronca. Seguidamente los hombres se acercaron en compañía de otros compañeros para después sujetarlos del cuello, llevándolos a un lugar oscuro y lejano.

— ¡No jefe, no puede hacer esto! —gritó uno de ellos, poniendo resistencia al agarre de los hombres.

— ¡Señor tengo una familia, tenga piedad de mí, porfavor! —habló otro mirando a su superior, quien lo miraba con rechazo y odio.

Siguieron gritando y suplicando. Pero todo era completamente ignorado por el mayor quien solamente se disgustaba por las palabras de sus ex fortachones.

IT'S NOT YOU || KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora