FOURTEEN

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Cuando recibió aquella llamada, Taehyung no dejó de preocuparse desde ese entonces.

Intentó comunicarse muchas veces con el rubio; sin embargo, sus conocimientos por saber dónde estaba y como estaba, eran absolutamente nulas.

Su preocupación y su intriga lo invadía en su ser por completo, y sus hijos lo habían notado desde que salieron de la escuela.

El pelinegro muchas veces les había dicho que estaba bien y que no había pasado nada malo. Y sabía que en una parte hacía muy mal en engañarlos, pero quería evitar que estos se preocuparan y seguidamente lloraran por saber dónde estaba su padre.

Aunque hizo su mayor esfuerzo por mantenerlos tranquilos, los gemelos no tardaron en preguntar por su papá.

Taehyung en ese momento, tuvo que hacer las mil maravillas para que los pequeños pudieran conciliar con el sueño. Y vaya que tuvo suerte en esa parte, ya que los menores durmieron a causa del cansancio físico y mental que tuvieron en su estadía en la escuela.

No obstante, su tranquilidad no permanecía con él. Jeon todavía no aparecía y sinceramente planeaba ir a la comisaría para poner una denuncia por su desaparición.

Pero esos planes se fueron por la borda, al escuchar el sonido de la puerta, abrirse.

Y en ese mismo instante el menor se puso de pie y comenzó a caminar para confirmar que se tratara de él.

Y fue bueno al saber que si lo era.

Sin embargo, lo que vió a continuación, lo dejó perplejo y confundido por algunos segundos.

El rubio se encontraba herido, desordenado y por último ebrio.

— ¿Donde estabas? —preguntó un preocupado Taehyung, mientras colocaba un brazo alrededor de su cuello, dirigiéndose hasta la habitación.

— En el cielo, en el infierno... Realmente no lo sé —respondió Jungkook entre risas, a medida que ingresaban.

El menor se mostró disconforme, ante las incoherencias que decía; más lo dejaba pasar por alto ya que estaba borracho y por consecuencia de ello, inconsciente.

— Ahora vengo, traeré algunas cosas. —avisó el doncel para salir del lugar; más sus acciones se vieron interrumpidas; al sentir una mano, apresar su antebrazo.

— Quédate, no te alejes otra vez. —pidió, casi con un tono de súplica.

Taehyung al interpretar sus palabras con algo de confusion, decidió hacerle caso. Y con eso se refería a no hacer fuerza o resistencia alguna ante su agarre.

— Ven, siéntate aquí. —ordenó Jungkook, dando a entender que se acomodara en su regazo.

Aún no entendiendo a donde quería llegar con todo esto, el pelinegro se sentó encima del adverso. Mirando fijamente aquel pómulo que estaba un tanto hinchado y visiblemente morado.

— ¿Por qué te corrieron? —preguntó en voz baja, sintiendo tristeza por todo lo que había ocurrido.

A lo que sabía la relación de su pareja con el señor Song, había sido una de las mejores hasta ese entonces.

— Porque me odia, además ese viejo era insoportable. —contestó con desinterés, mientras sus manos se posaban en la cintura estrecha del menor.— Pero no hablemos de eso, y mejor comentemos de lo hermoso y divino que te ves encima mío.

A pesar de que no era el momento adecuado para escuchar aquellas palabras, el menor no pudo evitar sentirse un tanto tímido por lo dicho.

— Tu rostro, tus ojos, tu boca... Están tan exactos como yo los recordé. —comentó con cierta nostalgia, Jungkook, al mismo tiempo que enseñaba una sonrisa débil. Expresando su aflicción.

IT'S NOT YOU || KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora