Capitulo 27

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- Hola. Me han llamado que ha llegado un libro que pedí. Se llama, "El poder de las plantas".
- Hola. Dame tu carnet, por favor.
- Sí. Toma.
Aún no les había dicho qué libro era. "Si quería parecer guay, creo que cuando vea lo que he venido a buscar pensará que soy un poco rara".
- Vamos chicos. Ya lo tengo.
- ¿Para qué quieres ese libro? - me dijo Jonh.
- Mi madre y yo tenemos un libro de recetas medicinales que se hacen con las plantas y he pedido éste, para complementar información sobre el otro. Ya no le podemos preguntar nuestras dudas a la tía Grey, que fue quien nos lo regaló, porque ya no vive.
No preguntó nada más. Quizás no entendió para qué queremos hacer recetas medicinales o simplemente no le interesó mucho el tema.
- Hola chicos. Para los que no lo conozcan, éste es Jonh. Ha empezado hoy el instituto. Va a nuestra clase.
- Hola Jonh. - le dijeron todos.
- Jonh, ella es Martina, Laia, Mateo, Leo, Daniela y Sofía.
- No sé si me voy a acordar de vuestros nombres, pero lo intentaré.
- Tú tranquilo. Seguro que el de Mateo te lo aprendes rápido, que es el payasote del grupo. - dijo Leo entre risas.
- ¿Lleváis mucho rato aquí?
- No mucho Lucía. ¿Queréis pipas? - me dijo Martina.
- Ahora no. Gracias.
Ibet si que quiso unas pocas y Jonh también. Martina es una chica pelirroja y muy blanquita de piel. Es muy buena chica y siempre se preocupa por todos. Lo que tiene te lo da sin esperar nada a cambio. En el instituto, se meten mucho con ella por ser tan blanquita, pero todos los que la critican no tienen ni la mitad de corazón que tiene ella. Los niños pueden llegar a ser muy crueles y nunca se ponen en el lugar del otro.
- Leo y Daniela son la parejita del grupo. Son bastante empalagosos, pero son buena gente. - comentó Mateo riendo.
- Estos dos están siempre así. Ya te acostumbrarás Jonh. - le dijo Ibet, a la vez que le explicó lo de nuestros sofás.
- Esta casa, antes era una floristería. Ahora entenderás porque le llamamos la casa de las flores y ya habrás visto las pinturas en de la parte de delante. Resulta que la mujer que la llevaba murió y ahora está abandonada. Un día encontramos palés de madera en los contenedores y nos montamos unos asientos. Laia se encarga de ponernos música y...
- Y Mateo de contar chistes. Son malos, pero hacemos que nos hacen gracia para que se sienta mejor. - dijo Leo.

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