Capitulo 33

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Era el día del cumpleaños de María. Cómo siempre en estas ocasiones, no sabía qué ponerme. Empecé a rebuscar en mi armario, con la idea que por arte de magia, apareciera la ropa perfecta para la ocasión. Cómo si no supiera lo que hay en él...
Además al final, Jonh también iba a venir y quería causar buena imagen.
Llamé a Ibet para ver qué se pondría ella. Pensé que quizás sabiendo que llevaría, me sería más fácil a mí, pero no fue así. Después de enseñarle mis vestidos y darle vueltas durante media hora, decidió venir a mi casa un rato antes, para traer alguna prenda suya. Yo también pensé que era una buena opción. Ella tiene muchísima ropa y la verdad es que encima tiene muy buen gusto.
Cuando llegó parecía que se iba de viaje de fin de semana. Trajo una mochila y empezó a extender su ropa encima de mi cama.
- Mira. Este vestido es muy bonito. Aunque también tengo estos dos y si prefieres te he traído algún top, faldas y pantalones cortos. Ah...y también este mono verde que queda ideal.
- ¡Madre mía Ibet! Que montón de ropa. Me has traído tanta que no se qué elegir.- comenté poniendo las manos en la cara.
- Lo mejor es que te vayas probando, porque hay cosas que te favorecen más que otras y eso solo se ve probando.- me explicaba mientras me alcanzaba un vestido para que empezara a ello.
- Tienes razón. Entonces empiezo por este mismo.
El tercero que me probé fue un vestido rojo, que la verdad al verlo, parecía muy sencillo , incluso un poco soso, pero le hice caso y me lo puse igualmente.
- Lucía no te pruebes nada más. Éste es ideal. Te queda muy bien. ¿Tienes un cinturón? Bueno...no hace falta. Ya queda bien así.
- ¿Tu crees?
Soy muy indecisa, por eso me cuesta tanto ir a comprar ropa, pero la verdad es que cuando me vi en el espejo me gustó. Era un vestido atado al cuello, con los hombros y media espalda descubierta. Quedaba de largo casi por la rodilla, tenía un poco de vuelo y la tela hacía como unas aguas. Era sencillo, pero muy bonito.
- Venga. No se hable más. Me dejo éste, porque sino voy a seguir probando y me va a entrar la duda por todo. Si éste te parece bien, a mí también. - le dije mientras le daba las gracias con un abrazo enorme.
- ¡Lucía que me tiras!- contestó bromeando y riéndose.
- ¿Qué haría sin ti?
- Ir más fea. Eso seguro.
Nos miramos sonriendo y nos fuimos al aseo para ponernos algo de colorete y rímel. Algo suave, pero nos hacía sentir más guapas.
- ¿Que habrá preparado éste año? - le pregunté a Ibet.
- Ni idea. En breve lo descubrimos. Oye...¿y al final Jonh que te dijo? Porque no quería venir.
- No era por él, sino porque no sabía cómo lo tenía ese viernes con sus hermanos, pero al final me dijo que sus padres lo arreglaron y entonces podía venir. ¡Mamá! Ya nos puedes llevar! ¡Tenemos que pasar a buscar a un amigo!
- No chilles que no estoy sorda. Vamos. - contestó mi madre desde el comedor.

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