- Te acompaño a casa y me cuentas qué te pasaba en clase. - me dijo Jonh.
- Como quieras. Ibet hasta mañana.Eran las 2 y a pesar que estábamos en el mes de octubre, hacía un calor infernal. Empezamos a caminar y le conté lo de mi mochila.
- Estoy tan segura de que alguien la ha tocado....
- Pero si no te han quitado nada. Es un poco extraño. Quizás alguien solo quería mirar que llevas por curiosidad. O alguien se ha confundido.
- No lo sé.
- Mañana le preguntas a Pablo. Aunque me imagino que no tienes ganas, con lo borde que es.
- No muchas. - le comenté medio riendo. - Y vosotros en casa ¿ya estáis instalados?
- Bueno ...aún hay cajas por desembalar. Es un mareo y una faena esto de cambiar de casa. Y más siendo familia numerosa.
- Si quieres yo puedo ir una tarde a ayudarte.
- Pues no te voy a decir que no. Si te va bien quedamos después.
- Tengo clase de baile con Daniela de 5 a 6. Cuando salga me paso un rato y te ayudo.
- Perfecto.
Al llegar a mi casa nos despedimos y subí a la habitación a ver a Bruno. Le expliqué lo de la mochila y él también cree que pueden estar buscando mi anillo.
- ¿Dónde lo tienes?
- Siempre lo llevo colgado en mi cuello, pero lo guardo dentro de la camiseta para que no se vea.
- Muy bien. Ahí está a salvo. Seguro alguien lo anda buscando. Por cierto, quién te ha acompañado a casa.
- Era Jonh. Es un compañero de clase. Vino hace un par de semanas porque resulta que sus padres viajan mucho por tema de trabajo y ahora, van a estar aquí, más o menos por tres años.
- Pues parece un chico muy majo, a parte de muy guapo. - me dijo mientras me echaba una miradita picarona.
- Bruno....no me mires así. Es un amigo.
- Si no te he dicho nada. Sólo que es muy guapo.
- Claro, claro...
- He visto como te habla y créeme que yo entiendo un poco de eso.
- ¿Que dices?
- Lo que oyes.
- Anda, anda...si yo siempre he sido invisible para los chicos.
- Entonces con éste no lo eres.
- Imaginaciones tuyas.
- Bueno. Ya me dirás.
- Ésta tarde hemos quedado. Le he dicho de ir a ayudarle con la mudanza.
- Ah...muy bien.
- Tiene 4 hermanos y tres son muy pequeños para ayudar.
- Madre mía. Familia numerosa.
- Resulta que eran tres niños y fueron a buscar a la niña, cuando vinieron dos de golpe.
- No me digas. ¿Gemelas?
- Sí.
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Greenlandia
Teen FictionNunca una historia del pasado, había traído tantos cambios en el futuro. Lucía, una adolescente de 15 años, relata cómo de repente, su razón de existir tiene otro sentido, al encontrar una antigua carta dirigida a su bisabuela y un presente. Ingredi...