Jonh parecía adaptarse fácilmente a mi grupo de amigos. Supongo que al viajar tanto y conocer tanta gente, te debes volver más sociable, porque a mí me cuesta mucho hacer amigos nuevos.
- ¿Habéis visto las noticias? - preguntó Ibet.
- ¿Pero tú las ves? Que aburrida eres...jajaja - dijo Mateo.
- Que gracioso. Así estás que no te enteras nunca de lo que pasa. Lo digo en serio. Hay una oleada de incendios por todo el mundo. Es preocupante, aunque ya sé que a ti te preocupa más tener tu pelo perfecto.
- Exacto. Cómo me conoces - le contestó Mario levantando una ceja y con cara de presumido.
- Yo también he visto alarma por inundaciones. O llueve mucho o no llueve nada. La verdad es que algo no va bien. - les dije yo.
Mientras estábamos hablando se escucharon unos truenos y decidimos irnos a casa porque ninguno de nosotros llevaba paraguas. En el camino nos empezó a llover. Jonh llevaba una camisa desabrochada encima de su camiseta y tuvo un gesto muy bonito, porque se la quitó para ponérmela por encima para que no me mojara tanto. Aunque parezca una tontería fue un detalle que me sorprendió, porque apenas nos conocemos y se lo podía haber hecho a otra de mis amigas y sin embargo me la puso a mí.
- Te acompaño a casa. - me dijo Jonh.
- Como quieras, pero te vas ha mojar más, porque tu casa queda antes que la mía.
- Pero si son cuatro gotas. A mi no se me va a rizar el pelo... - dijo con expresión de estar de broma.
A mitad del camino paró de llover. Los demás ya se habían ido todos a su casa, así que nos quedamos solos mientras él me acompañaba a la mía. Hubo un momento de silencio un poco incómodo. Supongo que es normal. Al no conocernos yo tampoco sabía de qué hablar con él.
- Ya ha parado. Lo que te dije. Cuatro gotas.
- Falta hacía que se hubiera tirado una o dos horas lloviendo. Toma tu camisa. Gracias.
Al llegar a mi casa, saqué las llaves y me despedí.
- Nos vemos mañana en clase. Vete rápido, porque quizás se ponga otra vez a llover.
- No te preocupes. Hasta mañana. - me dijo levantando su mano y diciendo adiós.
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Greenlandia
Teen FictionNunca una historia del pasado, había traído tantos cambios en el futuro. Lucía, una adolescente de 15 años, relata cómo de repente, su razón de existir tiene otro sentido, al encontrar una antigua carta y un presente dirigida a su bisabuela. Ingredi...
