Capítulo 30. FELIZ ANIVERSARIO

86 11 0
                                    

«En cada latido de mi corazón, late el nombre de nuestro amor, una llama ardiente que nunca se extinguirá»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«En cada latido de mi corazón, late el nombre de nuestro amor, una llama ardiente que nunca se extinguirá».

El canto de los pájaros llena el aire con una dulzura única, mientras que la brisa de la mañana lleva un frescor revitalizante y fragante, con un suave aroma a hierba fresca y tierra húmeda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El canto de los pájaros llena el aire con una dulzura única, mientras que la brisa de la mañana lleva un frescor revitalizante y fragante, con un suave aroma a hierba fresca y tierra húmeda.

Los campos se extienden hasta donde alcanza la vista, con un verde intenso que muestra la vitalidad de la naturaleza. En la distancia, se pueden ver las montañas, que se elevan majestuosas, como guardianas del valle de San Sebastián.

Mientras el sol se va levantando, los colores del cielo cambian, pasando de tonos rosados a naranjas y dorados. Los rayos nacientes comienzan a filtrarse entre los árboles, creando patrones de sombras y luces que se mueven lentamente sobre el campo.

En el horizonte, se puede ver a los trabajadores de la hacienda, que llegan poco a poco para comenzar con sus labores diarias. Unos arrean el ganado, otros se dirigen a los cultivos, mientras que algunos se encargan de preparar las herramientas. La actividad de la hacienda Sandoval se va poniendo en marcha poco a poco, al ritmo del amanecer.

En la cocina de la hacienda, se reúnen los trabajadores para tomar su café matutino. El olor del café recién hecho inunda el ambiente, mezclado con el aroma de los panes recién horneados. Los trabajadores charlan animadamente, compartiendo historias y anécdotas del día anterior.

En medio de todo ese movimiento, el amanecer sigue su curso, inundando de luz y calor cada rincón del campo. Es un nuevo día, lleno de promesas y desafíos, y el campo se prepara para recibirlo con entusiasmo y dedicación.

En la habitación principal de la casa grande, la alcoba matrimonial, el sol entra tímidamente por la ventana, y sus rayos se cuelan por entre las cortinas blancas, iluminando la habitación con una luz cálida y dorada. El frío de la mañana se hace sentir en la piel, pero no es incómodo, más bien refrescante.

En el ambiente se respira calma, el sonido de los pájaros cantando en los árboles y el murmullo de las hojas al moverse con la brisa acompañan a los leves gemidos que inundan la habitación.

INCONFESABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora