TRES SEMANAS
"Hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos".
Un día, después de terminar el ensayo, Mariana se decide y toma la iniciativa.
—Gregorio, me gustaría hablar contigo —dice acercándose a él mientras se despide de los demás chicos.
—Por supuesto, dime.
—A solas, por favor —aclara.
Gustavo, que está a su lado, lo mira con complicidad y se aleja junto con Berenice, quien ya para ese entonces, se ha convertido en su prometida, despidiéndose de Mariana con un beso en la mejilla y de Gregorio con un apretón de manos.
Él entonces la invita a comer un helado en la plaza central y ya sentados en un rincón en una de las mesas más apartadas de la heladería, y cuidando que nadie los observa, Mariana se anima y pone su mano en la rodilla del chico que la mira con interés y expectación. Ella sonríe y él entiende todo.
—Ven, vamos —la invita, por fin decidido, tomándola de la mano, la cual ella ofrece gustosa y emocionada.
Suben a la camioneta de Gregorio y él conduce hacia las afueras del pueblo. Llegan a un bellísimo mirador.
Es una hermosa y celeste tarde de verano. La suave brisa mueve parsimoniosa a los campos de trigo dorado que se divisan en la lejanía. Se escuchan los trinos de aves que empiezan a buscar cobijo en sus nidos ocultos entre algún árbol de follaje tupido.
—Este es mi lugar favorito de todo San Sebastián —comenta el chico deleitándose con el panorama que se extiende frente a él.
Apaga la camioneta después de parquearla de espaldas a la maravillosa vista. Deja el radio encendido en el cual suena una famosa canción country de letra romántica. Salen al tiempo y se sientan en la parte trasera del vehículo. La vista es espectacular, romántica, cautivante.
ESTÁS LEYENDO
INCONFESABLE
RomanceElla era joven e inexperta cuando lo conoció. Alto, guapo, seguro y encantador. Dueño de una sonrisa traviesa que le hacía doblar las rodillas. Para ella fue amor a primera vista. Para él solo fue una aventura en su viaje de vacaciones. Ella se entr...