2

63 11 0
                                    

Fourth se quejó levemente cuando sintió unas manos comenzar a zarandearle. Apretó aún más los ojos al sentir claridad y estuvo a punto de ponerse a lloriquear cual bebé de no ser porque ni siquiera le dio tiempo.

Alguien se había tirado sobre él.

Y ese alguien parecía no haber tomado una ducha en años.

"¡Yah, despierta!" La persona sobre él gruñó con la voz áspera y Fourth sintió como si su corazón diese un terrible vuelco.

Se irguió rápidamente, sentándose en la cama, y el brusco movimiento causó que la persona yaciente encima suyo terminase en el suelo.

"¡Satang!" exclamó en un jadeo. Miró a su hermano a los ojos y quiso golpearse -y golpearlo-. Satang estaba lejos de lucir mal. Estaba horrible. Manchas violáceas coloreaban las notorias bolsas bajo sus ojos, sus mejillas estaban de un sospechoso color carmín y... Joder, daba asco. "¿Te has emborrachado de nuevo?"

El castaño puso una mano delante de su cuerpo, sus dedos pulgar e índice destacando entre los demás, ambos casi juntándose hasta formar una diminuta línea. "Sólo un p-poquito..."

"Jesús..." Fourth gimió, llevándose las manos al rostro y comenzando a frotar. Volvió a mirar al chico, quién mantenía una sonrisa boba y la mirada perdida en las sábanas. "¿Fue Gemini otra vez?"

"No de nuevo" lentamente, Satang negó. "Encontré el lugar secreto de papá para guardar su colección de bebidas alcohólicas... Realmente él tiene un paraiso ahí montado."

"Satang..." Fourth se sentó en el suelo, al lado de su hermano, el cual aún se mantenía en la misma pose que cuando cayó. Puso una mano sobre su hombro, y suspiró profundamente. "No puedes seguir haciendo esto, ¿lo sabes, verdad? Tienes apenas dieciséis y aún eres un niño..."

Los ojitos del castaño se llenaron rápidamente de lágrimas, antes de que Fourth pudiese escucharlo hablar. "Lo... lo sé, Fourth, p-pero..." Satang sollozó en silencio, y Fourth tomó el rostro empapado en lágrimas para mirar a su hermano. "Yo sólo quiero dejar de oírle" él dijo en mitad del segundo sollozo que se expandió en su pecho. "No quiero seguir escuchando su odio hacia mí más... ¿Por qué a mí? Nunca le hice nada, pero él sólo me odia sin razón, Fourth" levantó la mirada, clavando sus ojos llorosos en el castaño. "¿Acaso soy tan malo?"

Rápidamente el mayor negó. "Por supuesto que no. ¿Se trata de AJ?" Satang asintió. "Ni siquiera te conoce en lo más mínimo para opinar acerca de ti. ¿Por qué lo escuchas?"

"Porque es mi hermano, y es lo único que repite cuando estoy cerca."

"Hermanastro" Fourth corrigió. "Y, de todos modos, ¿qué importa? Gemini sólo sabe molestarme todo el tiempo sólo para hacerme enfurecer y que explote. Sin embargo, ¿cedo ante él? No, porque lo ignoro. Sé como es (ambos son iguales). Sus mentalidades no sobrepasan los cinco años de edad, es como si Ford se estuviese metiendo contigo. ¿Te ofendes y te sientes mal si Ford te dice algo?"

"No, porque él es un niño."

"AJ igual. Sólo que él está atrapado en el cuerpo de un adolescente. Lo mismo va para Gemini."

Satang apartó las lágrimas ya secas de su rostro y suspiró.

"Es diferente. Gemini se burla de ti, pero estoy seguro de que él sería completamente capaz de partirle el cuello a otra persona que lo intentase. Pero AJ no. Él se burla de mí, y si alguien más lo hace, probablemente se una"

Fourth abrió la boca para decir algo en contra de lo que Satang había dicho. Sin embargo, no encontró nada que pudiese sonar lo suficiente convincente incluso para sí mismo. Porque aquello era jodidamente cierto.

LionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora