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Tres días después, todos los Vachirawit se encontraban en su habitual casa, habiendo dejado ya la playa atrás. Tristemente para algunos, felizmente para otros (AJ, por supuesto).

Hoy era el día. El día del cumpleaños de Fourth. Y, también, era el indicado para confesarles a todos que estaban enamorados, y formando una pareja. O así lo veía Gemini, al menos. Estaba claro que no iba a ser una noticia tomada a la ligera, todo lo contrario, en realidad, se trataba de un jodido 'boom' que podía acabar con todos felices, o en una catástrofe familiar.

El pelinegro se removió en la cama, en su séptimo y profundo sueño. Sintió una mano acariciar suavemente su cuello, y luego, esa mano subió hasta su cabeza, dando un pequeño masaje en su cuero cabelludo y acomodando algunos mechones de su flequillo.

"Fourth... despierta..." Gemini murmuró, aún con su mano perdida en los cabellos del menor.

No hubo una respuesta coherente, simplemente un balbuceo ininteligible. De forma no intencionada –o eso quería pensar el pelinegro, Fourth le dio un golpe de lleno en el dorso de la mano, removiéndose aún más hasta quedar dándole la espalda.

Gemini hizo una mueca, escondiendo sus labios hacia dentro, mientras observaba a su pareja durmiendo plácidamente, con su fina espalda únicamente cubierta por una blanca camiseta. Suspiró, y se inclinó más en la cama, atrapando el cuerpo de Fourth entre sus brazos y poniéndolo en su regazo, con la cabeza apoyada en su pecho. En el proceso, el pelinegro golpeó todo lo que sus manos pudieron: brazos, nariz, cara...

"Joder, qué me dejas ciego, Fourth." Se quejó el mayor. Y una vez las extremidades de Fourth dejaron de golpearle como si fuese un saco de boxeo, exhaló todo el aire posible.

Con la mano que no lo sujetaba contra sí mismo, apretó las sonrojadas mejillas de su hermanovio, jugueteando con ellas como si en realidad estuviese tratándose de Winny y no de Fourth.

Dicho pelinegro se removió de nuevo, ésta vez entre sus brazos, queriendo apartar así la traviesa mano que no lo dejaba dormir en paz.

"Mhg..." se quejó, lloriqueando cual bebé, inconscientemente haciendo un lindo puchero.

"Vamos, Fourth, mi amor... Despierta..."

Gemini lo zarandeó un poco, hasta que por última vez, Fourth se removió y emitió un quejido final, comenzando a abrir los ojos.

"¿Hmm?" murmuró, enrollando sus brazos en el cuello del azabache, quién hizo su jugada maestra y lo giró en su regazo, quedando frente a frente, pero con la cara del menor escondida en su cuello.

"Buenos días, FotFot"

"¿Buenos... días?" su voz salió ronca y perezosa, sus ojitos entrecerrados mirando hacia las ventanas. "¿Si quiera amaneció?"

"Claro que sí. Son las once del mediodía." Gemini dijo, directamente en su oído. "¿Acaso no sabes qué día es hoy?"

"El día en que no me dejaste dormir..."

"No, idiota. ¡Es tu cumpleaños!"

"Ah," Se escuchó, bajo y plano. "genial. ¿Puedo volver a dormir?"

"Si serás idiota..." masculló el azabache, ojeando como Fourth se acomodaba mejor en su regazo, apoyando la cabeza en su hombro. "Hoy es un día muy especial, Fourth. Uno, por los regalos; dos, por la tarta; tres, porque les vamos a decir a todos que estamos juntos."

"Sí, sí..." Cabeceó, luego abrió mucho los ojos, separándose y mirándolo. "¡¿Qué?!"

"Café. Fourth, tenemos que hacerlo lo más pronto posible." Gemini clavó sus ojos en los del pelinegro. "Realmente quiero empezar el dos mil veintitres contigo como mi pareja, pudiendo llamarte mi novio en lugar de mi hermano, ¿sabes?"

LionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora