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Cuando el pelinegro despertó, esperó sin duda alguna encontrarse con algo parecido a lo que sería un Gemini roncando a su lado, y probablemente a un Winny aplastado por el azabache (que esa, sin duda alguna, sería su mayor pesadilla), pero la escena que presenciaba, era muy diferente a lo que su cabecita planeó.

Gemini estaba apoyado en uno de sus codos, con la mejilla casi enterrada en el puño y levemente recostado, su mano ocasionando leves cosquillas en el estómago del pequeño Winny, quién, a su vez, dejaba escapar dulces y leves carcajadas. Y sin duda alguna, lo que le resultaba más escalofriante de todo, era que él mismo se encontraba tapado hasta el cuello por la manta.

¿Qué clase de realidad alternativa era ésta?

Parpadeó confuso, tallándose los ojos y arrugando la nariz cuando no sintió el techo caer sobre él. Bien, esto no se trataba de un sueño-pesadilla. Era la vida real. Y su vida real de hoy, no comenzaba como un caos, lo cual era bastante sospechoso, y lo dejaba bastante intranquilo.

Se alzó mínimamente, haciendo ruiditos al estirarse y mirando por sobre su hombro al azabache, quién recientemente había mantenido su vista fija en él.

"¿Despertaste?"

"No, estás alucinando."

Gemini bufó cuando recibió aquella respuesta. Pensaba que, tal vez, después de haber dormido con el pelinegro y haberse ocupado toda la noche de que Winny no comenzase a llorar cada cinco minutos, Fourth se hubiese levantado de buen humor, pero, tristemente, no fue así.

"Vaya... Buenos días por la mañana, hermanito."

"Buenos días." Espetó.

El azabache se relamió los labios. "¿Has dormido bien?"

"Bastante bien. ¿Qué hay de Winny?"

"Y ¿si has dormido tan bien por qué tienes un humor de perros?" Inquirió de nuevo el mayor.

"No tengo humor de perros, es el humor que me nace tener contigo, ¿Cómo ha dormido Winny?" Repitió.

"No se ha despertado en toda la noche, por lo que supongo que sus dientes no lo han estado molestando mucho más tiempo."

"Eso está bien."

Gemini suspiró, eligiendo en su cabeza las que podrían ser las palabras adecuadas para decirle al pelinegro lo que quería. "Ehm... He pensado que... podríamos llevarlos al parque."

"¿Qué?" Los ojos de Fourth se entrecerraron nada más oírle. "¿Estás loco? Soy incapaz de cuidar de siete niños en un parque."

"En realidad, son tres niños."

"¿Estás seguro?" Sus cejas se alzaron, y su cuerpo se despertó completamente, sentándose en la cama. "Bien, Neo, Ford y Winny son niños. Pero Satang y AJ pelean como otros dos, el único que medianamente se podría salvar es JJ, y bueno... tú eres tú."

"¡Hey! Soy de ayuda también."

Fourth no pudo evitar que su risa saliese en un bufido. "Ya, seguro."

"¿No lo crees?"

"No estoy diciendo que no lo haga, pero tampoco estoy diciendo que lo hago."

"Eh... uhm... No... No pillé eso."

El pelinegro rodó los ojos, alejando la manta de su cuerpo. "Olvídalo." Se giró, dejando que sus pies tocasen el suelo, pero instantáneamente su cuerpo volvió a estar pegado en la cama de espaldas. "¿Q-Qué demonios...?"

Gemini estaba sobre él, con una de sus manos sosteniendo su peso en el colchón, y con la otra agarrando al bebé, asegurándose de que éste no cayese al suelo o algo parecido.

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