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Fourth salió del cuarto baño, con una enorme camiseta que le llegaba por los muslos y el corazón terriblemente acelerado. El reciente recuerdo de lo ocurrido hace tan sólo minutos carcomiendo sus nervios hasta el punto de casi rozar con la locura.

¿Cómo pudo haber hecho algo así... con Gemini? No es que pensase que su hermano mayor fuese horrible, de hecho, era con diferencia el tipo más guapo que había visto, pero el hecho de que hace apróximadamente un mes o así, Gemini y él -sobretodo él- estuviesen por quemarse el uno al otro mediante miradas llenas de fuego... lo hacía inquietante. Y no sólo eso, si no que Gemini no fue solamente su primer beso real, también ha sido el causante de su primer y jodido orgasmo.

Despues de un sueño húmedo con la misma persona... Qué vergüenza.

Salió al pasillo y bajó las escaleras, con la esperanza de que -con un poco de suerte- Gemini estuviera bañándose en otro baño.

Pero tristemente, no fue así, cuando llegó a la cocina, lo primero que vio fue la espalda del azabache y a su odiosa prima hablando con él.

"Sólo no digas nada, ¿de acuerdo?" Gemini preguntó.

Kapook asintió. "Descuida."

Fourth tragó saliva y se giró rápidamente para marcharse de forma sigilosa. Pero como 'buena suerte' y 'Fourth' era algo imposible de usar en una misma frase, golpeó el adorno en forma de prisma que su mamá tenía en la mesa cercana al umbral de la puerta, ocasionando un estruendo moderado pero bastante audible si estabas cerca, siendo lo suficientemente rápido como para parar la caída, pero no como para también huír de allí sin ser visto.

"¡Fourth!" escuchó la voz de su hermano a las espaldas y se tensó notablemente.

Lentamente, se giró, una sonrisa nerviosa e inestable apareciendo en su rostro.

"Ho...Hola"

La cara de Gemini parecía prácticamente blanca, como si acabase de ver un fantasma.

"Tú... ¿C-cuánto tiempo llevas ahí?"

El pelinegro se relamió los labios, entrelazando sus manos detrás de la espalda. "Acabo de llegar, ¿por qué?"

"No... nada." El mayor negó. "¿Vas a desayunar?"

Las puntas en las orejas de Fourth se tiñeron rápidamente de un color rojizo ante la mirada que recibió. Sacudió la cabeza en un claro gesto de negación.

"Yo t-tengo que irme... ¡Nos vemos luego!" Salió pitando por el pasillo. Gemini alzó las cejas en confusión cuando lo vio huír.

"Fourth... Fourth... Espera." El azabache lo siguió de cerca, tomando su muñeca y girándolo antes de que pusiese un pie en el peldaño de las escaleras para marcharse. "¿Qué ocurre?"

"Nada..."

Gemini bufó. "Bien, nada... Entonces, ¿puedes decirlo mirándome a los ojos?"

El pelinegro se quedó en su lugar, todavía con la mirada fija en el suelo. Negó lentamente y escuchó el suspiro de Gemini.

"¿Y bien?"

"Y-Yo..." Habló luego de un par de segundos, su voz sonando quebradiza y baja. "No s-sé como sentirme luego de lo que pasó... Estoy muy avergonzado..."

Gemini hizo un mohín, colocando un dedo en la barbilla del menor y alzando su rostro para verlo. Pequeñas lágrimas recorrían su rostro. La decepción cruzando su rostro pero siendo reemplazada rápidamente por una mueca en la que sus labios estaban fruncidos. "¿Es porque fue conmigo?"

Fourth negó rápidamente, sorbiendo por la nariz.

"N-No... Es porque es la primera vez que hice algo así... y-y no sé como mirarte a la cara sin sentirme avergonzado." Él hipó. "Tú no le contarás nada de lo que hicimos a nadie, ¿verdad qué no? P-por favor..."

"Eh, tranquilo... Puedes confiar en mí. Esto va a ser nuestro pequeño secreto, ¿está bien?" él acunó la pequeña cara de Fourth entre sus manos. "¿Confías en mí?"

El menor levantó el rostro para mirarlo a los ojos, con los suyos brillantes. "S-Sí..."

"Bien." Él le dedicó una pequeña sonrisa al hermano menor, acariciando su rostro con suaves dedos. "Me alegra oír eso, Fourth..."

Él asintió, notando los dedos de Gemini quitándole las lágrimas. "Se... Se siente bien decirlo sin tener que sentirme extraño por mentir, Phi."

Fourth le dedicó una pequeña sonrisa de labios sellados, pero sus ojitos se entrecerraron un poco, dándole un aspecto tierno y jodidamente adorable, haciéndole lucir aún más pequeño de lo que ya era. Gemini se mordió el labio inferior, ignorando la estúpida aceleración innecesaría de su corazón y inclinándose sobre el menor para presionar sus labios en la frente del otro.

Pasos se escucharon detrás de ellos, y tuvieron que separarse abruptamente para recibir a sus padres. Ambos iban con sus respectivos trajes de chaqueta, Win con una tablet en la mano y su padre con su teléfono móvil, apartando la vista en el momento en que se encontraron con sus hijos mayores.

Win depositó un besito en la mejilla de Fourth, al mismo tiempo que desordenaba el cabello azabache de Gemini. Al mayor no le gustaba que su padre fuese tan cariñosa, a pesar de que lo amaba.

"¿Cómo durmieron mis príncipes?" cuestionó Win, sonriéndoles de forma radiante.

"Genial" Gemini dijo, mirando por la esquina de su ojo al pelinegro, quién sintió sus mejillas arder y miró para otro lado.

"Me alegro cariño, ¿y tú Fourth?"

"Muy... bien. ¿Qué hay de ustedes?"

Bright estiró las mejillas de Fourth e hizo la misma acción que su esposo, revolviendo el cabello de Gemini y causando un bufido divertido en él.

"Volver a la rutina nunca es lindo, hijo mío..." Él suspiró, pero luego se encogió de hombros.

Fourth hizo un puchero. "¿Dónde van ahora?"

"Chiang Mai, tenemos una reunión con el congreso de abogados...Por cierto, chicos. ¿Saben qué le ocurre a Satangi?"

"¿A Satang?" Fourth inquirió confundido, Papá Win asintió. "¿A qué te refieres?"

"Cuando veníamos para bajar las escaleras pasamos por delante de su habitación, y lo oímos llorar. Tu padre abrió la puerta y preguntó qué ocurría como unas tres veces. Pero Satang sólo decía que no era nada importante."

Fourth ladeó la cabeza, aún más confundido. "No tengo idea... Pero ahora lo averiguaré."

"Bien."

"Win, nuestro vuelo sale en dos horas, tenemos que irnos."

Gemini observó las manos de sus padres casi vacías, únicamente por la tablet y el teléfono móvil.

"¿No llevarán maleta?"

"Tenemos algunos bolsos de mano provisionales en el coche."

El mayor asintió. "Ustedes siempre tan previsivos..."

Su padre le guiñó un ojo. "Mejor prevenir que curar, Geminiie. Nunca se sabe cuándo vas a necesitar algo urgentemente. O a alguien."

LionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora