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Satang no estaba especialmente contento por haber tenido a AJ llamando gran parte de la madrugada a la puerta de su nueva habitación. Tampoco el hecho de que por eso, su prima estuviese quejándose hasta que finalmente el alto se marchó rendido y ella se quedó dormida. Pero lo que estaba definitivamente mal, era su corazón. Lo que había presenciado... Aquello que vio inintencionalmente le dejó tan descolocado y destrozado.

Cuando se despertó por la mañana (que eso de 'despertarse' era una vil mentira, puesto que se pasó toda la noche con los ojos abiertos, pensando y pensando en lo ocurrido. Aún no era capaz de creerlo), talló sus adoloridos ojos y suspiró, poniendo un pie sobre el frío material del suelo.

Kapook ya no estaba en la cama junto a él, eso era un punto a favor. Él podía escuchar las voces de sus hermanos y primos pequeños en la planta inferior. Sus ojos estaban cargados, de eso estaba seguro, también de las posibles bolsas y manchas negras en sus párpados inferiores. Su rostro probablemente no se vería bien, pero era justo, porque no se sentía así en absoluto.

Cuando abrió la puerta, fue afortunado al encontrarse con JJ y no con el otro gemelo. El peliazul le sonrió cálidamente, y Satang hizo lo posible por devolverle la sonrisa.

"Hey, ¿estás bien? Ayer por la noche te vi correr muy apurado hasta encerrarte en tu habitación, y escuché a AJ llamándote para que le abrieses la puerta."

"Sí... Estoy bien, Phi, descuida."

"¿Estás seguro? Puedes contarme si quieres... Sabes que estoy aquí para ti, pase lo que pase."

Los ojos del castaño desaparecieron ante la sonrisa que le dio a JJ.

La puerta del mismo lugar del que JJ había salido se abrió por segunda vez, un cuerpo mucho más alto apareció en el pasillo. AJ llevaba aún su pijama puesto, pero tenía el cabello húmedo pegado a la frente y lo secaba con una toalla. Sus ojos no pudieron ignorar la situación frente a él, su hermano gemelo y Satang tan juntos...

Satang sintió su respiración cortarse al segundo y su corazón latir frenéticamente. Sus ojos tardaron bastante poco en encontrarse. Dio un paso hacia delante, tragando saliva y mirando nuevamente al peliazul.

"Iré a la cocina, JJ."

"Okay, ahora nos vemos, primero tengo que ir por Winny"

El castaño asintió y se precipitó rápidamente a las escaleras, cuando vio al más alto andar en su dirección.

"¡Satang, espera!" escuchó que lo llamaba e inhaló todo el aire posible, llenando sus pulmones para comenzar a correr escaleras abajo.

Casi se mata en el último peldaño, pero logró llegar a la cocina sano y salvo.

"Mierda, Satang, párate un momento."

Hizo oídos sordos, pero su alma cayó al suelo cuando entró en la cocina y nadie había ahí. Todos sus hermanos estaban en el salón viendo caricaturas hasta que los mayores bajasen para hacer el desayuno. Mierda.

El castaño no tenía otra opción, puesto que AJ ya se encontraba detrás suya.

"Niño..."

Todo su cuerpo se tensó, e ignorándolo de nuevo, llegó hasta la nevera tarareando alguna canción aleatoria que cruzó repentinamente por su mente. Todo para no enfrentar al odioso gemelo que tenía su jodido mundo patas arriba.

"Satang, ¿puedes escucharme de una maldita vez y dejar de actuar como un crío?"

El castaño sacó una cajita de zumo, sus oídos siendo mágicamente taponados por la ignorancia. Tomó la pajita desechable y comenzó a beber del pequeño cartón sin inmutarse si quiera de la presencia del otro, aunque su corazón estaba por salirse, al parecer, en ciertos momentos era capaz de enmascarar sus emociones.

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