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Una de las cosas que más odiaba Fourth, sin duda alguna, era la hora del baño (no la suya, claramente, si no la de los niños). El hecho de tener que bañar al mismo tiempo a dos pequeños hiperactivos y muy ansiosos le hacía tener un horrible dolor de cabeza. Y ni siquiera hablemos ya, de bañar a Winny, porque eso sí que se calificaba como un completo caos.

Una vez le pidió ayuda a Satang, y esa fue la peor idea que tuvo nunca, porque Satang suele ser algunas veces como un niño más, y lo que solía ser un baño limpio, terminó por ser un nuevo lago.

"Chicos... Hora del baño." Anunció, acercándose a los dos niños juguetones que se dedicaban a construír el castillo de diamantes de Barbie con figuritas de construcción.

Si en algún momento, Fourth pensó que ellos iban a festejear, estaba completamente equivocado.

"¡No quiero! Quiero seguir jugando!" Ford puchereó, colocando una pieza encima de la que había colocado Neo.

"Tienen que bañarse." Volvió a hablar el mayor, colocando sus brazos en forma de jarras

"Pero estámos haciendo el castillo de Barbie." Neo habló un poco más calmado. Porque usualmente era una bomba explosiva, pero cuando Ford estaba cerca, él trataba de ser un buen ejemplo para el menor.

Fourth no se sintió siquiera confundido ante aquello, pues era bastante común ver a sus hermanos jugar con cosas que otras personas suelen catalogar como «cosas de niñas». Sus padres los habían educado muy bien a todos ellos, con derechos, principios y conocimientos desde muy pequeñitos.

"¿Qué les parece si se duchan y... luego de ducharse vemos una película?"

Eso era otro tema completamente diferente, y Fourth estaba muy al corriente de que también se trataba de su debilidad.

Ford saltó, dejando caer todas las piezas que había en sus manitas y mirándole con los ojitos abiertos y brillantes.

"¡Película, sí! ¡Yo quiero ver una película!"

"¿Y qué película vamos a ver?" Neo preguntó, levantándose y haciendo a un lado lo que Ford había dejado caer al suelo para que Winny (que pasaba gateando cerca de ellos), no se hiciese daño con los bloquecitos.

"La que ustedes quieran. Pero es sólo si vienen conmigo a bañarse"

Ford asintió repetidamente. "¡Sí, sí! Vamos, vamos Neo!" Jaló de la camiseta a su hermano para que se diese prisa.

"Pero espera, primero tenemos que recoger, ¿no?"

"¿Y qué pasa con el castillo?" inquirió Ford, jugueteando con sus pequeños dedos.

"Pues-" un estruendo se escuchó junto a los niños, sobresaltándose, Fourth se giró rápidamente para visualizar qué había pasado.

"¡Winny!" Ford lloriqueó, viendo como su hermano más pequeño había destruído su precioso castillo en construcción. Sus ojitos se llenaron de lágrimas instantáneamente, y el pelinegro se acercó a pasos rápidos hacia él para tomarlo entre sus brazos.

"Hey, no llores cariño, siempre pueden volver a hacerlo."

"Eso, Ford, no llores... Mañana lo empezarémos a hacer desde más temprano, y lejos de Winny para que no lo destroce, ¿de acuerdo?" Neo miró hacia arriba, observando el asentimiento que el pequeño dio desde los brazos del mayor.

Fourth bajó a Ford de sus brazos, para que ambos niños recogiesen los bloques de construcción y los metiesen en aquel gran cajón de plástico. Se ayudaron mutuamente hasta que el salón quedó igual que antes, sólo que con Winny gateando por ahí. Los niños volvieron hasta su hermano mayor, y Ford alzó sus brazos para que Fourth lo tomase nuevamente en brazos.

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