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Algunas horas luego de que Ohm se marchase de vuelta a su casa, comenzó a llover. Una tormenta densa y extremadamente escandalosa, que hacía parpadear las luces a fuera.

Fourth se sentó en el sofá, con el mando de la televisión en una de sus manos y las pantuflas que Gemini le había -practicamente- obligado a ponerse. Aprovechaba ahora que los niños llevaban tiempo dormidos, que se encontraba completamente solo en la planta baja y que la lluvia caía contra los ventanales, para relajarse.

Un trueno sacudió la ciudad, y el pelinegro se estremeció en su lugar. No era para nada fanático de las tormentas en absoluto. Y al parecer, tampoco era el único en esa familia, puesto que muy pocos segundos después, un asustado Neo corría hasta él.

"¡FotFot!" El pequeño se lanzó sobre él el sofá, escondiendo la cabeza en su costado para resguardarse de la tormenta. "El cielo hace mucho ruido, t-tengo miedo..."

Otro rayo más, y Neo se tensó contra él, aferrándose más a su camiseta. Fourth acarició su pequeña espalda con lentitud.

"Tranquilo mi amor, no va a pasar nada malo, ¿Está bien?" susurró en un tono de voz completamente tranquilo y en calma, sólo para no alterar al niño. "¿No deberías de estar durmiendo?"

El pequeño tembló con los sonidos que seguían viniendo del exterior, mientras las luces de su propia casa centelleaban. "P-pero no puedo dormir, Phi..." balbuceó, mirando hacia arriba y clavando sus ojos acuosos en los del mayor. "Tengo mucho miedo..."

Fourth tomó el control remoto, apagó la televisión y volvió a dejarlo en su lugar. Se levantó y puso a Neo sobre sus pies descalzos en el sofá para tomarlo entre sus brazos y cargarlo.

Caminó con Neo aferrado a él como si su vida dependiese de ello, y antes de poner un pie en las escaleras para dirigirse al piso de arriba, un nuevo rayo más fuerte atacó el lugar, y en poco tiempo, todo lo que ambos podían ver era oscuridad.

"Mierda..." El pelinegro maldijo en voz baja, cuando su hermano menor apretó el agarre alrededor de su cuello y escondió su cara en el hueco de su hombro.

"Phi..." susurró con la voz entrecortada y temblorosa.

"Estoy aquí, Neo, estoy aquí."

Un pequeño destello de luz destacó en la planta superior, luego de esos, pasos se escucharon, y entonces Gemini se encontraba en el incio de las escaleras, apuntando hacia ellos con una linterna.

"¿Fourth? ¿Neo?" musitó, mirándolos a través de la luz azulada. "Se fue la luz"

"Algo noté." El pelinegro bisbiseó entrecerrando sus ojos hacia él.

El cielo tronó nuevamente, y un llanto se hizo presente en la casa de los Vachirawit. Era Ford.

Gemini rapidamente habló, antes de que Fourth hiciese algún movimiento. "No vayan a subir, sería peligroso si caminan por los escalones sin luz."

"Pero Ford..."

"Iré por él, descuida. Sólo quédense ahí abajo, ¿sí?"

El pelinegro asintió, porque realmente no tenía otra opción viable. Si él estuviera completamente solo en la planta baja, entonces no habría ningún problema en subir, pero tenía uno de sus hermanos pequeños entre sus brazos. No podía arriesgarse con Neo.

Mientras que Gemini iba por Ford, Fourth escuchó un golpe arriba, que probablemente provenía de la habitación de los gemelos. Sólo que la voz del dueño no era precisamente uno de ellos.

"¡Me golpeé el pie!" Era Satang, comenzando un ataque de lloriqueos innecesarios.

"Eso te pasa por moverte cuando no puedes ver. ¿Es que acaso no eres consciente de que no hay luz?" Definitivamente, esa voz era de AJ.

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