Capítulo 26

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—¿Qué vamos a hacer, Sra. Brianna? Esta nota puede poner en riesgo lo que ha logrado hasta el día de hoy, y no solo eso, puede destruir su matrimonio y la carrera política de su esposo.

Lancé el periódico sobre el escritorio y cubrí mi rostro con ambas manos, frustrada y con unas inmensas ganas de llorar. Todo, absolutamente todo, me está saliendo mal últimamente.

No me ha servido de nada ayudar a Amir, solo me ha traído problemas y más dolores de cabeza. Ahora, como si yo fuera la mujer más descarada y desvergonzada que existiera, una foto mía y de Amaro, circula por todos los medios de comunicación, haciendo énfasis en que soy una esposa desentendida e infiel.

No sé cómo lograron tirar una foto mía y de Amaro en la subasta cuando nos estábamos besando, pero la persona que lo hizo, consiguió su fin; joderme en todos los aspectos de mi vida.

El qué dirán nunca me ha importado, pero ver mi rostro en primera plana siendo tildada como lo peor, no es nada agradable ni bonito de ver. Esta noticia, aunado a lo mal que me fue en la subasta, puede terminar de hacerme trizas.

Anita esperaba una respuesta de mi parte, una solución que en ese momento no tenía, cuando la puerta de mi oficina se abrió de un solo golpe y con una fuerza que nos asustó a las dos y nos hizo poner de pie. Mi padre entró con una expresión de furia que no podía disimular ni un poco y con un periódico en mano que tiró casi en mi cara.

—¿Ese es el ejemplo que tu madre y yo te dimos, Brianna? ¿Cuándo viste que tu madre se fuera con otro hombre o que yo buscara a otra mujer para ser feliz? —inquirió, más no esperó respuesta de mi parte para seguir atacándome—. ¡Nunca! Te enseñamos valores y principios desde muy niña. Te inculcamos amor y respeto por la familia. Siempre, desde que tu madre y yo nos unimos en matrimonio hemos sido uno solo. No puedes decir lo contrario, porque en mi hogar y en mi matrimonio no ha habido ni un solo fallo. ¿Cómo es posible que rompas el juramento que hiciste ante el altar y seas tan capaz de traicionar el amor de un buen hombre? Me siento tan decepcionado de ti, jamás pensé que uno de mis hijos fuese a ser un mentiroso, infiel y desvergonzado. Esta mujer que tengo frente a mí no es la hija que con tanto amor, cariño y esmero saqué adelante. No voy a poner el pecho por ti, todo este malentendido lo vas a solucionar tú sola. Ahora comprendo por qué tienes tanto afán en divorciarte. ¿Crees que la vida es así de sencilla, Brianna? No puedes estar con uno hoy y con otro mañana, siendo "libre" y creyendo que de eso se trata el amor. No tienes ni la menor idea de lo que significa amar y entregar el corazón y el alma para siempre. Ese hombre con el que te estás divirtiendo, no es más que una simple aventura, un viaje corto en tren hasta que se busque algo mejor o a ti se te acabe el gusto.

Sus palabras dolieron tanto. Mi padre jamás había sido tan duro conmigo, mucho menos me había hablado con tanta furia ni me había mirado con decepción.

—No quisiste ser parte de la política y lo respeté, porque me decías que tenías claros tus objetivos y tus metas, pero lo único que buscaste fue hacer tu camino a tu conveniencia. Amir te dio muchas alas y te saliste de sus manos. ¿Tienes la menor idea de todo lo que está en juego por tu gran hazaña? La familia de tu esposo lo puede perder todo y nosotros vamos a perder credibilidad, dinero y seguidores. ¿Crees que una persona va a confiar en nosotros luego de esto? ¿Quién va a dar su voto y poner su fe en el partido, cuando uno de los nuestros está en contra de nuestros ideales? Está bien no querer involucrarse en la política y eso lo aceptaba, lo que no acepto y nunca voy a aceptar ni mucho menos a perdonar es que hayas traicionado a tu esposo, un buen hombre que día a día lucha por un lugar mejor para ti y para todos los que quiere. No cuentes con mi apoyo, Brianna. No voy a tolerar que una hija mía se salga con la suya cada vez que quiere y no enfrente sus errores.

Mi padre no me dio tiempo ni siquiera de tomar un respiro, cuando dio media vuelta y se marchó, dejándome con el corazón hecho añicos y las lágrimas a todo dar por mi rostro.

Nunca había visto a mi padre tan enojado, él suele ser un hombre tranquilo y que trata de comprender a los demás. Ni siquiera permitió que le contara la verdad de este lío. Para todos soy la mala del cuento, cuando lo único que hice fue darle la mano a alguien que acaba de dejarme sola en medio del caos.

Fue el abrazo de Anita el que me dio algo de consuelo, pero no era suficiente. En ese momento me sentía completamente acabada y sola.

—Es mejor ir a casa y cerrar la tienda por hoy, ¿no le parece, Sra. Brianna?

—Sí —asentí, tratando de controlar esas lágrimas que no dejaban de salir—. Pero no tengo auto, está en el taller. No quiero ir a esa casa, debe estar plagada de periodistas.

—Mi casa es pequeña, pero sabe que siempre será bien recibida.

—Gracias, Anita —sequé mis lágrimas, soltándome poco a poco de su abrazo—. ¿Podemos ir por mi auto primero?

—Claro que sí. ¿Está en el mismo taller que llevó el mío, el de...?

—Sí...

He querido no pensar en Amaro, por esa razón no he tenido el suficiente valor para ir por mi auto, pero entre más trato de sacarlo de mi mente, no puedo hacerlo. Su forma de hacerme vibrar la llevo tatuada en la piel, recordándome que su calor es capaz de encender todo mi ser en pleno invierno.

Cerramos la tienda y partimos en un taxi en dirección al taller, pidiéndole al conductor que despistara a varios periodistas que me atacaron en cuanto me vieron salir.

—Toma —le entregué las llaves del auto a Anita y se me quedó mirando extrañada—. Yo te espero aquí en la esquina, ¿de acuerdo?

—Pero ¿y si me pide o me dice algo? ¿Qué le digo si pregunta por ti?

—Dile que yo te envié por el auto. No le digas nada más, por favor.

—De acuerdo.

Desde ahí me quedé mirando como Anita entraba al taller. No podía verlo, pero saber que estaba tan cerca y tan lejos a la vez de él me tenía con el corazón agitado.

Irresistible Tentación[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora