Miré al hombre que se encontraba frente a mí, sorprendida de verlo después de tres años sin saber nada de él más que por llamadas telefónicas. Aunque en aspecto físico sigue siendo el mismo, ahora es tan diferente. Su forma de vestir, de hablar, de expresarse. Cambió demasiado, tanto, que parece otro hombre el que hoy está delante de mí.
Pero sus cambios no me sorprenden tanto como lo hace su compañía. Una mujer de cabello tan negro como la noche, ojos en extremo verdes que cautivan, un abultado vientre y que vaya de su mano es lo que más me desconcierta y no puedo creer. Desde que Amir se plantó frente a mí de la mano de una linda mujer no he salido de mi asombro ni he podido decirle palabra alguna.
—Parece que estuvieras viendo un fantasma —dijo, esbozando una sonrisa burlona—, pero no te preocupes, que sigo estando muy vivo.
—Tú, pero... es que —solté un bufido mientras él reía—. No puedes llegar de la noche a la mañana con una mujer embarazada de tu mano como si fuese lo más normal del mundo.
—¿Por qué dices que no es normal? —vaciló, confundiéndome el doble—. Ella es mi esposa Nancy, y es muy normal que esté embarazada.
—¿Esposa?
—Mucho gusto, Nancy Evans —la mujer me estrechó la mano, esbozando una sonrisa amable—. Entiendo tu confusión y lo que quieres tratar de decir, pero no dices por respeto o vergüenza. Nos conocimos hace un par de años y nos enamoramos, aunque no lo creas. Ambos llevábamos una vida difícil y estábamos buscando salir adelante y de todos los problemas que nos habían hundido, así que nos hicimos amigos y día a día nos fuimos acercando al otro hasta que el amor entró en juego. Nos casamos hace un año y ahora esperamos a nuestro primer bebé
—Qué buen resumen, ¿no crees, mi amor? A buen entender, pocas palabras bastan —Amaro me rodeó por la cintura y asentí, sintiéndome una completa estúpida—. Es un gusto saber de ti, Amir. Me alegra mucho que hayas encontrado una linda mujer y que ahora seas feliz con ella.
—Lo soy —la abrazó por atrás, dejando un beso en su mejilla y mirándola con absoluta adoración—. Soy el hombre más afortunado de este mundo, ¿no? Pero no vinimos a hablar de mi felicidad, hemos venido porque queremos que sean los padrinos de nuestra hija.
—¿Nosotros? —inquirí.
—Sí —Amir sonrió—. Eres mi mejor amiga, sabes cuanto te quiero y te aprecio. Y Amaro es un buen hombre.
—Y porque seguro no tienen a quien más escoger como padrino —dijo mi novio y reímos.
—Estoy encantada con ser la madrina de esa hermosa princesa —sonreí—, pero eso sí, exijo muchas horas del día con ella. Tienen que venirse a vivir cerca nuestro, porque más que su madrina, soy su tía.
Mientras Amir y Amaro hablaban, me enzarcé en una conversación más íntima con Nancy. Me contó muchas cosas que vivió y lo que Amir hizo por ella, de la amistad que surgió entre ellos y ese amor tan bonito que nació y se fue cultivando con el paso de los días.
Sinceramente nunca llegué a imaginar que Amir encontraría el amor en otra mujer, porque lo había visto tan destrozado por culpa de ese maldito cínico del cual no volvimos a saber. Pero no importa si es mujer u hombre, lo que a mí me importa y me hace sumamente feliz es que haya encontrado su felicidad y el amor verdadero en manos de una mujer bondadosa y amable.
En cuanto Nancy y Amir se marcharon de nuestra casa, prometiendo regresar otro día y buscar un apartamento cerca del nuestro, Amaro me levantó en sus brazos y me robó el aliento en un beso cargado de pasión y amor. Sus labios me derriten y me encienden en cuestión de segundos.
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Irresistible Tentación[✓]
RomanceLo prohibido es irresistible, atrayente y sumamente placentero, y Brianna se dará cuenta de ello, cuando sus deseos más reprimidos y que ni siquiera sabía que existían, salen a flote ante una mirada sensual y capaz de hacerla vibrar...