U N O

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Fin de clases.

"La gente cae enamorado de maneras misteriosas. Tal vez todo es parte de un plan."

El sonido de la campana estaba tardando en y los chicos morían por la espera.

El último día de clases siempre era el más eterno, las clases duraban más, al parecer el tiempo pasaba más lento.

—¿Cuánto falta?— susurró Livia.

Viera bajó discretamente la mirada hacia su muñeca donde su reloj se encontraba.— Faltan...— su frase se vio interrumpida por el carraspeo de la profesora.

—¿Tanta prisa tiene, signorina Altobelli?— Viera rápidamente subió la mirada y se mordió el labio de manera nerviosa. Las desventajas de estar en frente de la clase.

—Perdone profesora— la señora hizo una mueca y prosiguió con su breve repaso de las clases del año.

La chica colocó su barbilla sobre su mano y suspiró pesadamente.

Este era el fin del ciclo escolar, a pesar de que estaban a tan sólo minutos de salir, parecía como si lo estuvieran comenzando apenas.

—¿Alguien podría decirme cómo...— Y llegó el momento, a mitad de la frase de la profesora cuando el timbre sonó, todos comenzaron a gritar y levantarse, Viera veía todo con entusiasmo, hasta el pensamiento de estar en "High School Musical 2" pasó por su mente pero lo mandó lo fondo de su cabeza.— ¡Salgan en orden, jóvenes!

Nadie escuchaba las indicaciones de la maestra, después de todo, ya no tenía autoridad sobre ellos.

—Viera— la chica volteó su mirada hacia la voz y vio a Livia, su mejor amiga -más bien la única-, llamándola desde el otro lado del salón.— ¡Vamos!

La rubia sacudió la cabeza, se había sumergido demasiado en sus pensamientos que no había notado que el aula ya se encontraba vacía; tomó su mochila y se levantó torpemente.

Salió del salón y Livia la tomó de la mano para después correr por los pasillos hacia sus casilleros. En el camino se escuchaban los gritos de júbilo de los alumnos, y las taquillas siendo azotadas.

—¡Somos libres!— rió ante el grito de su amiga y caminaron por el amplio pasillo hasta sus casilleros.

—Viera— volteó ante el sonido e hizo una mueca casi invisible.

—Duke— el nombre del chico salió como un susurro de sus labios.

Él sonrió y se acercó, la rodeó con sus brazos mientras ella rodaba los ojos internamente.

—Irás a la fiesta de esta noche en mi casa, ¿cierto?— Ella se separó e hizo nuevamente una mueca pero ahora visible.

Ni siquiera sabía que habría una fiesta en su casa, pero se trataba de Duke Decalzzi, siempre había fiesta.

—Sabes que no soy una asocial pero no soy una amante de estar encerrada en una fiesta con adolescentes hormonales amantes del alcohol— Duke miró con una sonrisa burlona a la chica.

—Tú eres una adolescente hormonal y no eres una alcohólica, pero tampoco rechazarías una copa.

Viera frunció el ceño.— ¿Cómo me conoces tan bien?

—¿Tal vez sea que te conozco desde Jardín de infantes?— Viera rodó los ojos y se alejó tomando sus libros del piso para luego tirarlos en el contenedor de al lado.— ¿Irás?

—¡Claro que irá!— La voz de Livia interrumpió su conversación.

—No iré, Livia— le dijo entre dientes.

El roba besos | ERB #1 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora