D O S

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Secretos.

"No hay ni una historia de amor real que tenga un final feliz. Si es amor, no tendrá final. Y sí lo tiene, no será feliz."

Viera se quedó perpleja mirando hacia la oscuridad de la noche, volteó a ver a Livia que lucía enojada.

—¿Qué fue eso?— regresó la mirada hacia la calle por la que la multitud desaparecía a paso veloz.

Livia gruñó con desagrado— Ayúdame a abrir el coche, me estoy helando.

El frío había desaparecido del cuerpo de Viera, miró a su amiga— ¿Cómo pretendes hacer eso?

Livia mordió su labio y pegó su rostro al vidrio observando alguna solución hasta que la encontró.— ¡Vi!— La chica regresó a verla— El vidrio de tu lado está un poco abierto.

—Liv, ni siquiera mi mano cabe por ahí.

—Lo sé, pero una rama si y puedes presionar el botón del quemacocos— Viera abrió los ojos como platos.

—¡No entraré por el techo!

—¿Tienes alguna otra idea?

Viera rodó los ojos y se puso en busca de alguna rama.

****

—¡No rayes el coche con tu tacón!— gritó Vi exaltada mientras su amiga gateaba en el techo del blanco coche.

—¡Oh cállate!—Por fin entró en él y abrió la puerta de Viera.

—Vámonos de una buena vez— exigió Viera y Liv arrancó.— Estás seria— le dijo.

Livia se encogió de hombros— No entiendo— Viera frunció el ceño— No entiendo porque a mi no me besó ninguno y a ti sí.

—¿Debo tomarme eso a mal?— Livia la ignoró.

—No lo entiendo, pasaron de mí como si no fuese nada.

Viera rodó los ojos y escuchó las quejas de Liv unos minutos mientras miraba las calles de la ciudad que yacía dormida.

Suspiró —¿Quiénes son ellos?

—Los llaman los "Roba besos".

Viera intentó no reír ante lo estúpido que sonaba. "Roba besos" Qué original. —¿Qué hacen?

—Pequeña estúpida, su nombre lo dice todo.— Esa confianza— Ellos no eligen, sólo corren por las calles solitarias a altas horas de la noche hasta que encuentren a alguna chica y simplemente la besan.

Viera rodó los ojos, era una más entonces.—¿Y sólo eso?

—Nunca abren los ojos al besar— Ahora enarcó una ceja.

—¿Por qué?— Preguntó confundida— Se pueden ir de cara.

Liv se rió —Por miedo a enamorarse.

—Que estúpido— pero no dijo más y se limitó a tomar su celular y revisar los mensajes.

Mamá:

Confió en ustedes, sé que llegarán antes de la hora debida.

-Hace dos horas.

Miró la hora y se sorprendió ante los números: "6:05 a.m", verdaderamente esperaba que sus padres si estuvieran dormidos.

Siguió leyendo los mensajes hasta que llegó al de Duke donde le daba las gracias por haber asistido esa noche, y ella le contestaba con un simple "no hay de que".

El roba besos | ERB #1 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora