D I E C I S I E T E

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"Aprenda a querer la espina o no acepte rosas."

Habían pasado menos de 24 horas de todo el asunto de la noche cuando Viera llegó a casa, por la mañana ya que se había quedado dormida entre los brazos de su amigo por la noche, despertó en el sillón con una manta encima y Cassie de igual manera en el sillón de enfrente. Gio les había dejado un mensaje diciendo que se tuvo que ir temprano por su trabajo.

Después de un tranquilo desayuno, volvió a triste realidad de su vida. Con los tacones en mano, el maquillaje peor que el de un payaso y el vestido todo estropeado, entró en su casa y subió las escaleras sin hacer el mínimo ruido.

Entró a su habitación, tiró los zapatos a un lado de la puerta y brinco en sí misma al ver a Carlo sentado en su cama, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—¿Dónde estuviste?— preguntó serio.

Ella se encogió de hombros— Estuve en casa de Cassie.

—¿Por qué no te comunicaste?— cuestionó. Viera rodó los ojos.

—Carlo, deje el celular aquí y de verdad, no estoy de humor para una discusión.

Él se levantó y sin previo aviso, la abrazó fuertemente.— Me preocupe demasiado—le habló al oído— Duke me dijo que te fuiste en muy malas condiciones y no sabía nada de ti.

Ella se aferró a él intentando no llorar más, lo había hecho bastante una noche antes.

—Perdóname.

—Perdóname tú a mí— le contestó— Jamás fui lo suficientemente valiente para ponerle un alto a Devonne y eso nos afectó a ambos.

—Bueno— ella se separó— nada de cursilerías, necesito un baño.

Él hizo una mueca— Lo notó.— ella le dio un golpe en el hombro y se metió en el baño después de tomar su celular.

Dejó que el agua corriera hasta llenar la bañera, mientras ella se despojó del vestido, se ataba la maraña de cabello en un moño alto y preparaba su bata de baño. Al agua le hecho unas pequeña piedras aromatizantes y después de contemplar la temperatura del agua, se metió.

En cuanto el agua hizo contacto con su piel, sus músculos se relajaron y la tensión se fue disipando poco a poco. Tomó un baño, lavó su cabello y su cuerpo para después quedar un rato más recostada con el agua que comenzaba a enfriarse.

Tomó el celular entre sus manos y marcó el número de Dago que contestó después del cuarto timbre.

—¿Vi?— se escuchaba agitado.

—Hey— saludó— ¿Estás ocupado?

—No, sólo salí a correr un poco antes de irme a la pizzería.— se escuchó como tomaba un poco de agua— Cassie me contó...

Viera esbozó una pequeña sonrisa, claro que Cassandra haría eso, y no le molestaba.

—Es por eso que te llamo.

—¿No es porque me extrañas y extrañas el sonido de mi voz?— ella rió.

—En realidad es porque acepto hacer el cuadro para la boda de tu hermana.

—No niegues que estás enamorada de mi, espera, ¿en serio?

Ella soltó una carcajada, a veces este chico era tan despistado— En serio.

—Gracias, Vi.

—Gracias a ti, Dago.

—No— dijo más serio— Gracias por entrar en mi vida.

El roba besos | ERB #1 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora