¡Tú!
"Siempre habrá otra montaña que siempre querrás que se mueva. Siempre será un batalla difícil, a veces tendrás que perder."
Viera presiono rápidamente el botón de envío y se levantó encarando a Carlo.
—Vine a imprimir un documento— le dijo cómo si nada hubiera pasado.
Carlo la miró seriamente y después caminó hasta llegar detrás del escritorio y cerró el ordenador.
—Viera— la miró con un semblante serio— Quiero que te alejes de aquí.
Viera frunció el ceño, acaso ¿Él le estaba prohibiendo algo?
—¿Disculpa?—ironizó.
—Quiero que te mantengas en límite. Deja de meterte en la privacidad de mi padre.
—Te recuerdo que también es mi padre, no tienes por qué prohibir nada— le contestó severamente— Tú no escuchaste nada, no sabes por qué tengo esta curiosidad.
Él la miró serio y se cruzó de brazos— Dime Viera, ¿qué escuchaste?
Ella dudó un poco antes de decirle, se estaba comportando demasiado exigente, como si tuviera el poder y eso era algo por lo que habían peleado años, el poder que Carlo creía tener sobre ella por ser dos años mayor.
—Hoy en la mañana cuando llegamos— comenzó a explicar— Caminé a la cocina por un vaso de agua y ahí escuché como papá hablaba por teléfono—suspiró y se rascó el brazo— él dijo que no arriesgaría nuestra vida, que lo arreglara.— susurró como si estuviera soltando el secreto más grande de la humanidad.
Carlo enarcó una ceja y después una mueca burlona se extendió por su rostro— ¿En serio, Vi? Te creí más inteligente.
Ella frunció el ceño—¡Esto es grave! ¿qué no entiendes?— vociferó— Nuestro padre estaba hablando con quién sabe quién sobre nuestras vidas, ¡Nuestras vidas en peligro! y lo único que haces es mirarme como si estuviese loca.
Él rodó los ojos— Creo que estás exagerando, Viera. Pudo estar hablando de cualquier cosa.
—¡No es así!— le gritó, quería que entendiera que esto no era un juego. —¿De qué más pudo haber estar hablando?
—Viera Abrianna Altobelli— que la llamase por sus dos nombres no era buena señal— Quiero que dejes de jugar al detective, ¡Deja la privacidad de nuestro padre, en paz! Pudo estar hablando de cualquier cosa, como quizás algún problema de la oficina, y nosotros estábamos en esa conversación porque hablaba sobre asegurar nuestros futuros.
—Tú no eres quien para decirme que hacer o no. Y eso suena demasiado estúpido.
—¿Y lo que tú dices es más coherente?— Ella quiso replicar pero él la interrumpió. —¿Quieres que les diga a nuestros padres a que hora llegamos?— ella lo fulminó con la mirada.
—Saldrás perjudicado tú, igualmente.
Carlo se encogió de hombros— Todos saben como soy yo, no me llevaría ningún castiga fuera de lo normal.
—No te atreverías.
Él le guiñó un ojo sonriente— Pruébame.
Viera rodó los ojos y se dio la vuelta dando por perdida esa batalla.
—¡No te metas donde no te llaman, pequeña!— le gritó su hermano antes de cerrar la puerta.
Viera hizo sus manos un puño y caminó inhalando y exhalando para tratar de calmarse. Subió las escaleras y llegó a su habitación.
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El roba besos | ERB #1 |
Teen FictionLibro #1. -¿Quiénes son ellos? -Los llaman los Roba besos. -¿Qué hacen? -Pequeña estúpida, su nombre lo dice todo. Ellos no eligen, sólo corren por las calles solitarias a altas horas de la noche hasta que encuentren a alguna chica y simplemente...