V E I N T E

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"Entre una guerra de miradas, un sonrisa es el mejor arma."

—La pregunta aquí es, ¿qué haces tú aquí?— preguntó el chico y después miró a Dago, que lucía bastante divertido.— ¡Tú la trajiste!

   El ojiazul se encogió de hombros— Quizá.

   El chico bajó la mirada hacia Viera— No sé qué haces aquí.

—Que amable— ironizó rodando los ojos.— ¡pero no entiendo! ¿eres un roba besos?

   Cassie se acercó por detrás de ella— creo que es obvio, Vi— le respondió secamente, pero con un deje de burla.

—¿Desde cuando lo eres?— preguntó al chico que la miraba con exasperación.

—¿Acaso importa?— Vi lo miró y él rodó los ojos— tres años.

—¿Y acaso no tienes respeto?— espetó enojada.

   Él frunció el ceño— ¿Hacía quién?

—¡Hacía tu novia, Carlo!— apuntó a Cassie— besas a varias chicas, todas las noches y ella te ve hacerlo.

  Carlo se encogió de hombros— ella hace lo mismo, y no me molesta.

   Viera miró confundida a Cass y ella se encogió de hombros, como si no le importara realmente. Después a Dago, que la estaba viendo con burla y por último a Gio, que le regaló una sonrisa reconfortante.

—Pensé que se odiaban— dijo refiriéndose a Dago y a Carlo.

—No es mi persona favorita en el mundo— respondió Carlo.

—Me amas, aceptalo— se mofó Dago y ambos rieron como grandes amigos, confundiendo aún más a la pobre chica que se estaba enterando de todo.

    Ambos sonrieron con suficiencia al ver lo que estaban causando en la chica, y ella suspiró— Quiero ir a la ronda de hoy— esas sonrisas desaparecieron.

—Por supuesto que no— respondió Carlo.

   Ella enarcó una ceja— ¿Por qué? tú no me mandas.

—Sólo para aclarar— interrumpió un chico alto, con el cabello rubio y piel bronceada— ¿Quién es ella y por qué te saca de tus casillas?— al parecer todos tenían esa duda, pues prestaron aún más atención para saber la respuesta.

    Carlo rodó los ojos— mi hermana menor.

—Espera— el rubio abrió los ojos como platos— ¿Eres la pequeña Altobelli?

   Vi frunció el ceño— Sí... ¿por qué?

—¡Soy Matt! me recuerdas, ¿no?— ella negó— ¡Vamos! soy amigo de tu hermano, el pequeño que atoró su cabeza en el hoyo del patio de tu casa.

—¡Claro! el niño avestruz— recordó Viera y todos comenzaron a reír ante el apodo.

   Él sonrió— Él mismo.

—Muchas palabras— interrumpió Carlo— No irás. Fin de la conversación.

—Iré— sentenció— fin de la conversación.

   Dago se acercó a ella— Cass— le habló— lleva a Viera que luzca menos una flor primaveral.

—¡hey!— exclamó— ¿qué tiene de malo?— miró su short floreado y su blusa de mezclilla, que resaltan bastante entre los colores oscuros de la habitación.

   Cassie se acercó con una gran sonrisa y la sacó de ahí, para llevarla por los pasillos del establecimiento. Subieron las escaleras hasta el tercer piso, pasando las distintas puertas personalizadas. Las puertas tenían nombres de distintas personas.

El roba besos | ERB #1 | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora