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2. 𝑵𝒐𝒗𝒂𝒕𝒂.
Alby me invita a seguirlo y puedo, por primera vez, mirar que hay a mi alrededor.
Un enorme claro de césped verde, un bosque en una de las esquinas, casitas de madera, mesas, cosechas y una alta torre de dudosa estabilidad. Todo esto está rodeado de altísimas paredes de roca, con enredaderas hasta casi la mitad. En una de las paredes hay una enorme abertura que da a un pasillo de piedra, no se ve donde lleva o donde acaba.
—Comemos aquí, dormimos aquí, cultivamos la comida, hacemos nuestros refugios... lo que necesitamos, nos lo da la caja, lo demás depende de nosotros
—¿Caja?, ¿la celda en la que llegué?
—Si, sube una vez al mes, con provisiones y un nuevo novato, este mes ya vino alguien, ayer, por eso decía que llegaste temprano, demasiado en realidad
—Y... ¿quién me envió? —Pregunto cada vez más curiosa.
—No tenemos idea
—¿Todo bien, Alby?
A nuestro lado aparece un chico rubio y delgado. Lleva una camisa marrón holgada al igual que sus pantalones y un bolso colgando de su hombro.
—Maia, él es Newt, en mi ausencia el se queda a cargo —El muchacho me da la mano a modo de saludo, dudo pero termino aceptando.
—Lo bueno es que no te ausentas... —El rubio me mira sonriente. —es un poco raro ver una chica aquí, he de admitir, pero bienvenida
—Gracias —susurro.
—Newt, hazme un favor, busca a Chuck —Dice Alby.
—Okey, nos vemos luego, Maia
—Si, adiós
Alby me dice que lo siga, nos dirigimos hacia la torre.
—Perdón por apresurar esto, luego podrás conocer a los demás, hay muchas buenas personas aquí... hay algo especial para la noche, créeme, te encantará —Me señala la escalera de la torre, está hecha de palos un poco delgados. —, espero que no le temas a las alturas, sígueme —Subo las escaleras, teniendo mucho cuidado.
Cuando estamos en la parte de arriba, me apoyo en el barandal de la torre, algo que por suerte me ayudará a no caer.
Miro a las paredes de piedra, aún desde la altura y desde esta distancia, se ven enormes. Las personas que trabajan abajo se ven pequeñas.
—Esto es lo que hay, hemos trabajado mucho, si respetas este lugar, tu y yo nos llevaremos bien —Asiento.
—¿Qué hay allí fuera?, del otro lado de las paredes
—Eres muy curiosa —Sonrío al oír eso.
—Al parecer si
—Maia, existen tres reglas... uno, haz tu parte, no queremos holgazanes, dos, jamás lastimes a otro habitante, esto funciona por que hay confianza... y lo más importante, jamás salgas de estos muros, ¿entiendes, Maia?
