3. 𝑸𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒔𝒆𝒓 𝒄𝒐𝒓𝒓𝒆𝒅𝒐𝒓𝒂.
La noche llega y la gente se anima. Hacen una enorme fogata y cuando la encienden, todos gritan y dan comienzo a una celebración. Algunos tocan música con instrumentos improvisados mientras otros cocinan y hablan.
Poco a poco van sirviendo bebidas y comida en las mesas, me siento en una de ellas a comer algo. Ahora que mi estomago ruge es cuando me doy cuenta de que no he comido nada en todo el día, quizá desde hace más tiempo, quién sabe.
—¿Está todo bien?, te veo un poco... sola —A mi lado se sienta Newt.
—Bueno, es que soy la nueva, no conozco a nadie
—Es entendible, ya nos irás conociendo, además, nadie te olvidará por ser la primer chica en el área, menos aún después de ver lo veloz que eres, diría que eres más rápida que Minho, después de ver aquello...
—¿Minho?
—El que te atrapó, ¿ves a esos chicos? —Newt señala a unos muchachos cerca de la fogata. —, son los corredores, Minho es el encargado de ellos, todas las mañanas cuando se abren esas puertas, recorren el laberinto... hacen mapas, lo memorizan, buscan la forma de salir
—¿Cuanto tiempo llevan aquí?
—Tres años —susurra.
—¿Tan grande es el laberinto?
—Si y no es sencillo, escucha... —Se oyen sonidos extraños, como si un edificio se estuvuera cayendo. —, ¿oyes?, es el laberinto, alterándose... en las noches cambia
—Eso no es posible
—Dile eso a los que nos pusieron aquí
—Da miedo —susurro y aparto mi mirada de las paredes.
—La verdad es que los corredores son los únicos que realmente saben lo que hay afuera, son los más fuertes y veloces de todos, eso es bueno por que si no vuelven antes de que las puertas cierren, se quedan afuera toda la noche... nadie sobrevive una noche en el laberinto
—¿Por qué?, ¿qué hay allá?
—Los llamamos Penitentes, claro que nadie ha visto uno y vivido para contarlo, pero están afuera... si, pues, suficientes preguntas por hoy, ven, se supone que eres la invitada de honor
Newt se levanta de la mesa y me extiende una mano. Me levanto y lo sigo por alrededor de la fogata.
—Los constructores están por allá, son buenos con las manos pero no son tan listos... luego está Winston, el encargado de los carniceros y los Docs, Clint y Jeff, pasan mucho tiempo vendando a los carniceros
—Quiero ser corredora —Suelto como si nada.
—¿No escuchaste bien lo que te dije?, nadie quiere convertirse en corredor, además, tienen que elegirte
—Hey, Newt, ¿dando un recorrido a la novata? —Es el pelinegro otra vez.
—Algo así, Minho
—Me llamo Maia, no novata —Me cruzo de brazos y me acerco a Newt quien me extiende un frasco de vidrio con un liquido amarillo.
Acerco el frasco a mis labios para darle un sorbo al líquido pero una mano se interpone y me impide hacerlo. Minho.
—Será mejor que tu no bebas esto, novata—susurra el pelinegro.
—Si, creo que no te gustará —Dice Newt, riendo.
—Me llamo Maia —Le digo al asiático.
—Ya lo dijiste y ya lo entendí
—No parece que hayas entendido, pero como digas
—Tranquila, ya no te diré novata, si tanto te molesta
Justo cuando iba a contestar, un grito aterrador, desgarrador y escalofriante llega a mis oídos desde el laberinto, se me eriza la piel y por acto reflejo, me aferro al brazo de Minho que es a quien tengo más cerca.
—¿Qué fue eso? —susurro.
—Un Penitente —Minho contesta de la misma forma.
Me doy cuenta de que aún lo sujeto y de que el no se aparta ni me aparta a mi. Nuestras miradas se cruzan y nos apartamos como si la piel del otro nos quemara. Miro hacia todos lados pero parece que nadie lo notó, excepto Newt.
—Okey señores, todos a dormir... —Alby habla en alto. —se acabó, descansen
—Alby... —Me acerco a él, casi corriendo entre la gente. —yo quisiera darme un...
—¿Un baño?, claro, sígueme... —Me lleva hacia la ducha y se queda vigilando la puerta. —, ¡hay una caja con tu nombre!... —Me dice desde afuera. —, subió contigo, te la dejé en tu hamaca
—¡Gracias, Alby!
A los minutos, termino de ducharme, me pongo la misma ropa y salgo. Alby se despide de mi y me voy hacia las hamacas, en busca de la mía, al encontrarla, me acerco a la caja que está abajo y veo un cambio de ropa, un cuaderno, un lápiz, un peine, una liga para el cabello y también objetos de higiene femenina. Dejo todo en la caja luego de peinarme un poco el cabello mojado y me acuesto, mirando hacia las puertas del laberinto que en este momento se encuentran cerradas.
Maia...
Mai...
No lo hagas...
Esto es lo correcto...
¡No!...
Cruel es bueno.
Abro los ojos, asustada. Algo me impide gritar, una mano sobre mi boca. Es Alby.
—Shh, sígueme —El muchacho me suelta luego de decir eso.
Lo sigo a través del claro, hacia las paredes del final, cerca de las puertas que aún están cerradas. El sol está saliendo apenas.
Se da la vuelta para comprobar que lo sigo y cuando me ve, sonríe antes de hablar.
—Cuánta tranquilidad, ¿no?, difícil de creer pero no siempre fue así, tuvimos días oscuros... perdimos a muchos por el miedo, el pánico... hemos llegado muy lejos, se estableció el orden, creamos paz
—¿Por qué me hablas de esto?, apenas llevo unas horas aquí
—Por que tu no eres como los otros, y no hablo de que seas una chica, eres curiosa, pero eres de los nuestros... debes entender lo que eso significa
Alby me toma de la mano y me deja un cuchillo, no tan grande pero si algo pesado. Me señala la pared, cuando llegamos a ella, veo nombres allí, bastantes, también hay algunos tachados. Entre esos nombres veo el de Newt, Alby, Minho, Chuck y Thomas. Me acerco, después de entender que Alby quiere que mi nombre sea parte de aquella pared.
—¿Por qué esos están tachados?
Señalo los nombres con el cuchillo. Justin, Stephen, George.
—Como mencioné antes, fueron días oscuros, Maia... ayer fue uno de esos días, fue suerte que llegaras luego
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El Hilo Rojo: Maze Runner |Minho|
FanfictionFanfic de la trilogía 'El corredor del laberinto'.