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3. 𝑳𝒂 𝒖𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒄𝒊𝒖𝒅𝒂𝒅.

—Oigan, es Brenda —susurra.

Salimos del coche y nos subimos al otro.

—¡Que impresión!, resistieron casi un día —Dice Jorge, con burla.

Brenda se gira y niega, sin hablar.

—Lo siento, no quería involucrarlos —Dice Thomas.

—Creo que lo que intenta decir Thomas, es "gracias por salvarnos de una caminata de tres meses". —Menciono entre risas.

—No fue nada —Contesta la chica, sonriendo.

—No se hagan ilusiones, ese reten era la última defensa de la ciudad, si ese lugar cayó, seguro cayó la ciudad —Menciona Jorge.

—Si, o hallaron otro modo de detener a los Cranks —Dice Newt.

Miro por la ventanilla, siguiendo la mirada de Newt. El coche se detiene y me golpeo la cabeza con el asiento del conductor. Bajo del auto mientras me acaricio la frente.

A la derecha de la carretera hay una enorme ciudad, cubierta por una muralla muy alta, gruesa y parece que fuerte, por que no sé si es de piedra o de metal. Lo que más llama mi atención es que el enorme y circular muro, encierra una hermosa y muy bien cuidada ciudad, mientras que fuera de los muros, hay una ciudad en ruinas. Totalmente destruida.

—Que loco, pasamos tres años atrapados, intentando escapar y ahora queremos volver a entrar —Dice Newt.

—Si, que irónico —Sartén ríe al hablar.

—Jorge, ¿cómo entramos? —Pregunta Thomas.

—No me preguntes, hermano, los muros son nuevos, es la respuesta de Cruel para todo

—No vamos a resolverlo desde aquí, vámonos —Brenda sube al coche y nos espera allí.

Subo otra vez en medio de Thomas y de Newt. El coche avanza, hacia la última ciudad, hacia la boca del lobo, hacia Cruel.

Llegamos a la ciudad y dejamos el coche a las afueras, ya desde allí se ve la gente y es como en las ciudades en ruinas, esta es una más de ellas, al menos, fuera de los muros.

Un coche rojo pasa por entre la gente, a toda velocidad y se va hacia la entrada, justo por donde acabamos de venir.

La gente se voltea y empiezan a mirarnos, a prestarnos más atención.

La sudadera que llevo es de hombre así que me queda hasta debajo de los glúteos y es ancha. Me pongo la capucha y me oculto el cabello allí dentro. Nos empezamos a adentrar y aquí hay muchas personas, por no decir miles y miles.

—Este lugar es todo un caos —Dice Jorge.

—No nos separemos —Pide Thomas.

—¡Somos la voz de los que no tienen voz! —Un camión avanza por el medio de la calle, viene por detrás de nosotros, arriba de él hay varios hombres, uno habla por un megáfono y los demás sólo llevan armas, todos tienen máscaras menos el que habla. —, ¡se ocultan tras sus muros, piensan que pueden reservarse la cura, mientras nos ven a los demás, marchitarnos y pudrirnos!... —El pequeño camión pasa por delante de nosotros. —¡¿pero saben qué?!, ¡nosotros somos más que ellos y yo digo que nos revelemos y recuperemos lo que nos pertenece!

La gente grita y aplaude hacia aquellos hombres, yo intento no moverme ni levantar la cabeza, no puedo arriesgarme a que me reconozcan.

La gente sigue al camión hacia las enormes puertas de los muros mientas gritan "queremos entrar".

—¡Es allá, hay que entrar por ahí! —Thomas corre hacia donde va la gente.

Lo sigo pero me parece una pésima idea ir de cara y más aún con toda esta gente aquí que lo complica más.

—¡Thomas, esto no es lo que buscas! —Le grita Jorge. —, ¡todas estas personas quieren entrar!, ¡¿crees que tu lo lograrás?!

—¡Ya llegue hasta aquí, no voy a regresar! Le contesta el pelinegro y avanza entre la gente.

Pierdo de vista a Thomas y a Jorge luego de eso, miro hacia atrás y no veo a los demás. Camino hacia atrás para encontrar a Brenda y a mi derecha veo a dos hombres armados que me observan y me siguen sin ninguna cautela. Pronto me choco con Newt, a él también lo están siguiendo, vemos a Thomas más adelante y corremos hacia él.

—¡Oigan, tenemos que largarnos, miren! —Newt señala a las personas armadas.

Son los de las mascaras, los del camión. Empujan a la gente y vienen directo a nosotros, en todas las direcciones. Jorge saca su arma cuando están por llegar a nosotros.

Los gritos de la gente se desvanecen al escuchar un ruido proveniente de los muros. Unos cuadrados o cajas enormes se alzan alrededor de los muros, una luz roja se enciende en cada uno. La gente grita y comienzan a irse del lugar.

—¡Thomas, hay que irnos! —Grita Sartén.

Comienzan a disparar, el daño es tanto como para hacer temblar el suelo y hacer un agujero mientras los pedazos de cemento vuelan hacia nosotros. Corremos por donde vinimos pero los tiros de aquellas armas, cada vez se acercan más. Nos metemos por unos callejones entre los edificios y giramos hacia la derecha, allí parece que nos estaban esperando. Me atrapa un hombre, bastante alto y de cabello hasta los hombros. Me meten a un coche sin que pueda hacer nada, a mi lado tiran a Jorge, cierran la puerta y nos movemos. Dentro los hombres nos apuntan, miro el suelo y no me muevo, ni siquiera los miro a la cara. Si Janson nos está buscando, nos tendrá fichados por nuestros rostros.

—¡¿Dónde está?!, ¡¿dónde se la llevaron?!

Jorge golpea al hombre que nos apunta, lo empuja hacia la puerta del coche y se abre, ambos caen al suelo y lo sigue golpeando. Veo que se acercan los chicos y Brenda para detenerlo.

—¡Aquí estoy, aquí estoy! —Grita la muchacha.

—¡Ahí queda uno! —Un hombre gordo me señala, aún me encuentro dentro del coche, observando como Jorge se levanta.

Un hombre alto y con músculos se acerca y me estira del brazo para sacarme.

—¡Ni se te ocurra hacerle algo! —Thomas lo amenaza.

—¿Qué?, ¿no sabe defenderse sólo? —Me lanza como una pluma hacia los brazos de Thomas. —, ¡todos cálmense, estamos del mismo lado! —Dice el mismo tipo alto y con músculos.

—¡¿Cómo que del mismo lado?!, ¡¿ustedes quienes son?! —Grita mi hermano.

El Hilo Rojo: Maze Runner |Minho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora