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9. 𝑯𝒐𝒍𝒂, 𝒊𝒅𝒊𝒐𝒕𝒂.

—Distraje a Janson pero no por mucho tiempo —Les informo.

—Algo es algo —Thomas se quita la máscara después de hablar.

—¿Dónde está Newt? —Pregunto a mi hermano.

—Está sacando a los demás chicos junto con los sueros —Me contesta él.

—¿Y Teresa? —Pregunta Gally.

—Unos guardias me descubrieron subiendo, ella aprovechó y escapó

Camino a paso rápido por los pasillos del ala médica mientras suenan las alarmas. La gente sale asustada de las salas y nos miran extrañados. Detrás de mi vienen Thomas y Gally, sin sus máscaras.

—Abajo, abajo —Los detengo al doblar la esquina y nos metemos en una sala. Los guardias de Janson comienzan a entrar, seguidos de él.—, sigamos, Minho está cerca

Salimos de la sala y nos encontramos de cara con Ava. Gally me empuja dentro de la sala y Thomas le apunta a la mujer. Lo último que veo es a Gally intentando detenerlo, caigo dentro de la sala y las puertas se cierran. Veo pasar a Janson con un arma. Me levanto, tomo un arma que hay allí tirada y salgo de la sala, corro directo hacia donde tienen a Minho. Con el corazón latiendo mucho más rápido de lo normal.

Pongo mi huella y la doble puerta se abre. Al entrar veo a Minho acostado en una camilla, un médico lo revisa mientras que otros dos observan las pantallas y un guardia está parado al lado de la camilla. Todos me miran alarmados cuando entro.

Al ver al chico en esa situación, mi corazón da un vuelco y mi cuerpo comienza a temblar de la rabia.

—¡Ordenes de Janson, todos salgan de la habitación! —Les grito, bastante seria.

—Nombre —Dice uno de seguridad.

—Soy Maia, la mano derecha de Janson... ¡ahora todos fuera! —Les apunto con el arma.

—No saldremos de aquí hasta que el venga y nos de la orden... rápido, otro sedante, el chico está despertando —Dice el doctor.

El doctor acerca una aguja al brazo de Minho, el chico abre los ojos y le clava algo en la pierna a uno de los hombres, yo le disparo al que tiene la aguja. Una bala no le da, la siguiente tampoco y a la tercera cae al suelo, sujetando su abdomen. El guardia se lanza sobre Minho que intenta detenerlo con los pies ya que está atado a la camilla. Intento disparar pero ya no hay balas. Corro hacia el hombre y le doy un golpe en la espalda con el arma, se retuerce de dolor cuando cae al suelo.

Desato a Minho de la camilla y otro doctor se acerca con el sedante, el pelinegro forcejea con él y le clava la aguja en el cuello.

—¡Thomas! —Grito.

El guardia se levanta y me apunta con el arma, dispara pero Minho me empuja y comienza a correr hacia él, le quita el arma y lo mata. Me extiende el arma y salimos corriendo de la sala. Delante vemos un guardia que apunta a alguien, Minho corre y lo golpea con toda su fuerza contra la pared, acto seguido lo levanta de la ropa y lo estampa contra una ventana que se rompe en mil pedazos, delante de nosotros vemos a Gally y a Thomas. Los tres se abrazan.

—¿Esto es real? —susurra Minho, mirándome casi sin pestañear.

—Hola, idiota —susurro y sonrío.

El muchacho se acerca, levanta su mano y pincha mi mejilla con su dedo índice. Como si quisiera comprobar que en verdad estoy allí y no es parte de una ilusión que creó su mente.

Los dos nos abrazamos y suelto el aire que contenía sin saberlo. Ahí es cuando noto que estoy temblando, bajo los brazos de Minho.

Los latidos de su corazón van tan rápidos como el mío. Incluso diría que exactamente igual. Me relajo de a poco al tenerlo frente a mi, al ver que está vivo y bien. Sólo nos falta salir de aquí.

Nos separamos y nos damos la vuelta. Los ojos del pelinegro se van instantáneamente hacia una sola persona.

—¿Gally? —susurra.

—Es una larga historia —Contesta el nombrado.

Llegan más guardias y tenemos que seguir corriendo, esta vez, hacia la salida. En frente aparecen más y nos acorralan, abro la puerta que tenemos al lado y entramos. Le pongo los seguros y Minho y Gally ponen una mesa de metal en la puerta.

—No hay salida —Dice Gally.

—Thomas, la ventana —Le susurro.

Chispas salen de la puerta, no la están abriendo, la están cortando.

—Apártense —Les digo a los tres, levanto el arma y disparo, pero el vidrio no se rompe, solo le queda un agujero.

Los chicos levantan un contenedor de metal entre los tres y lo lanzan a la ventana, la cual se rompe enseguida. El contenedor cae a una piscina llena de agua que hay abajo, pero está lejos.

—Okey, se puede, solo hay que tomar impulso —Dice mi hermano.

Thomas se aleja lo máximo posible de la ventana y nos espera.

—Thomas, ¿estás seguro? —Pregunta Minho.

—La verdad, no —Contesta el pelinegro.

—Que motivante —Le digo yo.

—Si, en verdad nos inspiras, novato —Le dice Gally, con cierta burla amistosa.

La puerta se abre con un golpe, echamos a correr los cuatro a la vez y saltamos por la ventana. Siento una extraña sensación en mi estomago que me hace gritar, pronto toco el agua y me hundo en la piscina. Nado hacia arriba, Minho me sujeta del brazo y me lleva a la orilla.

—¿Estás bien? —Me pregunta.

—Si, creo que si —susurro mientras me quito el cabello de la cara.

Salimos de la piscina y cuando vamos a empezar a caminar hacia la entrada de la estación del tren, cuatro guardias nos detienen, apuntándonos con sus armas.

—¡Ustedes cuatro, no se muevan!... —Grita uno de ellos. Thomas lleva la mano al arma que hay en su pantalón. —¡no, que ni se te ocurra!, los quiero de rodillas y con las manos en la cabeza

El Hilo Rojo: Maze Runner |Minho|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora