4. 𝑵𝒐 𝒎𝒆 𝒆𝒙𝒕𝒓𝒂𝒏̃𝒆𝒔.
Cuando termino de grabar mi nombre en la pared, con algo de esfuerzo, me voy hacia las mesas. Ya no iba a poder volver a dormir.
Mientras tanto...
Alby camina hasta Newt, hoy se había levantado muy temprano para hablar con Maia pero de todos modos debía ir al laberinto con Minho, después de lo de Ben.
—¿Estás listo? —Le pregunta el rubio.
—Si, ¿alguna novedad sobre el hilo rojo?
—Por ahora todo normal, no parece que conozca a nadie, ha estado hablando con Thomas y peleando con Minho
—¿Peleando? —Pregunta Alby, alarmado.
—Nada malo, solo la actitud de siempre de Minho
—El la molesta
—Algo así, parece que le divierte molestarla, de hecho, ahí va él, hacia Maia
Ambos voltean y ven a Minho, dando saltitos rápidos hasta la muchacha que se está sentando en una de las mesas.
Mientras tanto...
Me siento allí, veo a un muchacho en la lejanía, parece que está cocinando.
—¿Te has caído de la hamaca? —Me doy la vuelta, es Minho.
—Algo así, supongo... veo que no soy la única
—Esta es mi rutina, en diez minutos entro al laberinto
—¿Puedo ir?
—Novat... Maia, sé que soy tan hermoso que necesitas estar cerca mío, pero no, no puedes seguirme al laberinto —Sonríe victorioso.
—¿Quieres cerrar la boca?, nadie dijo que quiero entrar por ti
—Si, claro, lo que tu dig...
—¡Ya!, ¿no se te hace tarde?
—Si, no me extrañes, te prometo que volveré
Guarda una manzana en su pequeña mochila y se va hacia la entrada del laberinto donde se encuentra con Alby. Ambos esperan a que las puertas se abran y entran corriendo, sin perder ni un solo segundo.
A la izquierda, en la lejanía, veo que Chuck y Thomas se acercan a Newt que está observando un enorme tronco cortado a la mitad. Suspiro, me paro de la mesa y voy hacia ellos.
—Buenos días —Digo al llegar a ellos.
—Si, parece que son buenos días, ¿no? —Pregunta Newt, con una sonrisa pícara.
—¿A qué te refieres?
—Nada, nada
El silencio envuelve el lugar y me siento al lado de Chuck, sobre un enorme tronco caído.
—¿Has probado algún trabajo? —Me pregunta el niño.
—No, yo quiero ser corredora —Le contesto y levanto los hombros.
—Es muy peligroso —Dice Newt, entrando a la conversación. —, como ya dije, te tienen que elegir, no puedes entrar al laberinto si no te aceptan
—¿Por qué entraría Alby entonces?, el no es un corredor —Pregunta Thomas.
—Ya todo es diferente —Le contesta Newt. —, Alby fue a seguir los pasos de Ben antes del anochecer, ¿vas a ayudar? —Señala las raíces del tronco, parece que quieren sacarlo.
—¿Entonces volverá al lugar donde picaron a...
—Alby sabe lo que hace, ¿okey?, sabe más que cualquiera —El rubio parece estar enojado por alguna razón. Yo no entendía ni sabía quién es Ben.
—¿De qué hablas? —Pregunta Thomas, muy confundido y casi en susurros.
—Lo que escuchaste es lo que es, ¿okey?... —Newt da unos pasos hacia nosotros. —cada mes aparece un novato en la caja, pero alguien llegó primero, ¿verdad?, alguien tuvo que pasar un mes completo en el área, sólo... ese fue Alby, no debió ser fácil pero cuando llegaron más novatos, uno tras otro, entendió las cosas y aprendió que lo más importante de todo es que nos tenemos el uno al otro, todos estamos en esto juntos
El silencio vuelve a abrazarnos y, después de unos segundos, Thomas se levanta con un enorme cuchillo y se acerca a las raíces del árbol, para ayudar a Newt.
—Bueno, ¿en qué puedo ayudar yo? —También me paro.
—Puedes traer fertilizante del bosque, ya se nos terminó —Dice el rubio, lanzándome un pequeño bote blanco.
Mientras tanto...
—¿Pasa algo con Maia? —Le pregunta Alby a Minho, aprovechando los cinco minutos de descanso.
—¿Pasar algo?, ¿cómo qué?
—He visto que la estas... molestando un poco
—Soy así con todos, lo sabes y... ¿puedo ser sincero?
—Si, puedes
—Algo en ella se me hace familiar
Mientras tanto...
Me adentro al bosque, balanceando el bote de adelante hacia atrás, una y otra vez.
Escucho sonido de tormenta, miro hacia arriba y veo que el cielo se está cubriendo de nubes grises y negras.
—Que sorpresa encontrarte aquí
Escucho una voz masculina. Me doy la vuelta y veo a un chico alto, delgado y pelirrojo.
—Yo, sólo vine a... buscar... —Se acerca a mi con una sonrisa que da miedo.
—Yo solo te voy a pedir una cosa... mantén esto en secreto
Camino hacia atrás y me choco con un árbol, el aprovecha y se acerca aún más, quedando a un palmo de mi.
—¿De qué hablas?, aléjate
—Linda, solo quiero... divertirme, quizá unos besos, tu sabes, no debo ser el primero con quién haces esto
—¡Aléjate, idiota!
Lo empujo por el pecho y retrocede unos pasos, se ríe casi en susurros y antes de que pueda irme, me empuja contra el árbol. Con una de sus manos me sujeta de las muñecas y con la otra me toma la cara, me aprieta las mejillas he intenta besarme mientras yo intento que no lo haga.
Me suelta las manos, aprovecho para golpearlo y alejarlo. El chico me toma de la camiseta y estira, la rompe un poco por el cuello y el pecho, también lastimándome, haciendo rasguños en mi piel.
Salgo corriendo pero me alcanza y ambos caemos al suelo. Tomo una piedra y le doy en la cabeza. El pelirrojo cae a mi lado, me paro lo más rápido que puedo y salgo corriendo. Me toco el pecho, cerca del cuello y en mis dedos queda sangre. Arde como el mismísimo infierno.
Al salir del bosque, la lluvia empieza a caer sobre mi, borrando algunos rastros de sangre y de lágrimas, además de mojar mi ropa y cabello.
Veo que algunas personas corren a resguardarse bajo un pequeño techo, los sigo y busco a Thomas o a Newt con la mirada. Cuando los encuentro, los escucho hablar.
—Ya tenían que haber vuelto —Dice Thomas. —, ¿qué pasa si no vuelven?
—Seguro vuelven —Le contesta Newt.
—Pero... ¿qué pasa si... —Thomas me ve al darse la vuelta. —Maia, ¿que pasó?
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El Hilo Rojo: Maze Runner |Minho|
FanfictionFanfic de la trilogía 'El corredor del laberinto'.