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10. 𝑵𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒆𝒓𝒕𝒆.
Me despierto cuando aún está oscuro, por el duro suelo, me estiro, sintiendo un dolor leve en la espalda y el cuello. Todos están dormidos. Observo alrededor, nubes negras se acercan por detrás, luces y ruidos vienen de allí, parece una tormenta eléctrica. Miro hacia delante y veo, entre la oscuridad, luces.
—¡Oigan, despierten! —Grito como puedo, estoy bastante deshidratada y cansada. —, ¡arriba todos! —Me levanto del suelo y todos comienzan a despertar.
—¿Qué pasa? —Pregunta mi hermano.
—Thomas, veo algo... ¡allá, son luces!
—Lo logramos —susurra Minho.
Un fuerte rayo cae detrás de nosotros, luego otro y otro más. Las nubes se acercan a nosotros cada vez más.
—Hay que irnos —Pide Thomas, levantando su mochila.
—Si —Dice Newt, con miedo.
—¡Vámonos! —Vuelve a gritar Thomas.
Me coloco la mochila, Chuck se acerca a mí y como es costumbre, nos tomamos de la mano y corremos detrás de los demás.
—¡Rápido, no se detengan! —Grita Thomas, que va primero.
Los rayos, además de caer detrás de nosotros, caen a nuestro lado. Ya casi estábamos llegando al edificio que se veía a lo lejos.
—¡Adentro, todos! —Thomas sujeta la mano de Chuck y lo hace correr más rápido, más bien lo arrastra, tanto que me tengo que soltar de él.
Teresa se acerca a Thomas y me adelanta, pronto me voy quedando atrás, hasta ser la última, Minho va delante de mí. Veo que un rayo va a caer sobre él, corro y lo empujo hacia delante con todas mis fuerzas. Alcancé a moverme pero algo del rayo me alcanzó, salí disparada hacia un costado, con la vista borrosa y mis oidos sólo captan un sonido agudo. Más adelante veo a Thomas gritando en el suelo pero no lo escucho. Minho llega hasta mi y me habla pero es más de lo mismo, me toma de las mejillas pare que lo mire, yo asiento, me ayuda a pararme y seguimos corriendo.
Veo a Thomas correr con Teresa y Chuck, Newt, Sartén y Aris van delante. Poco a poco voy recuperando el oído.
Sartén nos espera en la puerta, entro yo, luego Minho y la puerta se cierra detrás de nosotros, dejándonos en una completa oscuridad.
Siento que una mano me toma de la muñeca, me asusto pero me relajo enseguida.
—Tu... —susurra Minho a mi lado. —estás loca, me salvaste del rayo pero casi te mueres tú
—Pero no pasó —susurro.
—Si hubiera pasado... no puedo perderte, Maia
—Ni yo a ti, por eso lo hice... lo siento —Aprieto su mano y él la mía.
Thomas enciende una linterna y puedo ver los rostros de los demás. Todos nos miran automáticamente a nosotros dos, entonces nos soltamos.
—Hey, ¿por qué huele tan mal? —susurra Teresa y camina hacia delante.
Un grito me asusta, Thomas alumbra mientras Teresa retrocede. Allí hay un infectado atado a una cadena en la pared. A la derecha aparece otro y luego a la izquierda. Intentan atacarnos pero no llegan. La linterna se mueve en todas direcciones y puedo ver que hay más de ellos, tal vez cincuenta o más, todos atados.
Una puerta se abre a un lado y una silueta camina entre la oscuridad y entre los infectados, hacia nosotros. Una chica de cabello corto nos sonríe.
—Están hechos un asco —Se da la vuelta y camina por donde vino. —, vengan, síganme —Ninguno de nosotros se mueve y ella lo nota. —, ¿o prefieren quedarse con ellos?
Caminamos en una fila, de uno en uno entre los infectados, entramos por la puerta que ella abrió y avanzamos por un pasillo hasta una puerta corrediza de vidrio. Allí la estancia se abre, es enorme. Se ven paredes destruidas, construcciones de madera, luces que apenas alumbran el lugar y gente, mucha gente.
—No se retrasen, Jorge se muere por conocerlos —Dice la chica.
Seguimos a la muchacha por una escalera y a través de otras salas.
—¿Quién es Jorge? —Pregunta Thomas.
—Tranquilo, hace mucho que nadie sale del desierto, tiene mucha curiosidad... —La chica se gira hacia Thomas y lo mira de arriba a abajo. —también yo —Sonrío por sus palabras.
—¿Soy en único que tiene un mal presentimiento? —Pregunta el rubio.
—Solo vamos a ver que tiene que decir —Thomas le contesta a Newt mientras subimos otras escaleras, estas son de metal.
—Jorge, aquí están —Dice en alto cuando entramos a la sala y luego se sienta en un sofá.
Un hombre susurra cosas mientras toca una radio que hay sobre la mesa. Una mesa contra un enorme ventanal. Se gira con ambas manos en su cintura y nos mira uno por uno antes de hablar.
—¿Han sentido que todo el mundo está en su contra?... tres preguntas... —Toma una jarra de vidrio. —¿de donde vienen? —También un vaso. —, ¿a donde van?... ¿cómo me beneficio?... no hablen todos a la vez
—Vamos a las montañas y buscamos al brazo derecho —susurra Thomas y la gente ríe.
—Están buscando un fantasma —Se sirve lo que creo que es agua y bebe. —, pregunta número dos, ¿de donde vienen?
—No te importa —Minho le contesta y le tomo de la mano para que se calme.
El tal Jorge levanta los hombros y las personas que hay en la sala nos tiran al suelo, impidiendo que nos movamos.
—¡Suéltame, idiota! —Le grito al que me sujeta.
—Tenías razón —El hombre me suelta cuando la chica habla, me paro y veo que Jorge tiene un aparato en su mano.
—¿De qué estás hablando? —Pregunta Thomas.
—Lo siento, hermano, estás fichado —Le dice a mi hermano. —, tu eres parte de Cruel, lo que significa que tu eres muy valioso... revisen a los demás
Me vuelven a sujetar y la chica se acerca a mi.
—¡Jorge!, aquí tenemos a otra
La gente de la sala se nos acerca, amenazantes, nos atrapan y nos llevan a un lugar donde no hay luz eléctrica, en el medio de la sala hay un hueco y varios pisos hacia abajo de caída. Pensé que nos iban a lanzar pero no. Nos atan de los pies y nos dejan colgando allí en el medio, de cabeza.
